miércoles, 4 de mayo de 2016

En Cuba ya no se corre rápido


Conversamos con el exatleta Osvaldo Lara, estrella de los cien metros planos

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Osvaldo Lara (Foto: León Padrón)
Osvaldo Lara (Foto: León Padrón)
LA HABANA, Cuba.- Resulta asombroso que ochenta y ocho años después de que Pepe Barrientos hermanara el record mundial de 10,2 segundos en la carrera de los cien metros planos, Cuba no tenga un solo velocista capaz de lograr algo parecido.
Aquella hazaña de Pepe no fue obra de la casualidad, pues entre la década del 20 y el 50 del pasado siglo, la llama de lo que muchos llaman “la prueba reina del campo y pista” se mantuvo ardiendo bajo las grandes actuaciones de figuras como José A. Torriente, Jacinto Ortiz, Rafael Fortún y Raúl Mazorra, a los que siguieron los célebres Enrique Figuerola, Hermes Ramírez, Pablo Montes, José Triana, Silvio Leonard, Osvaldo Lara, Leandro Peñalver y Andrés Simón, entre otros.
En la década de los años 60 y 70 los velocistas cubanos lograron resultados de primer nivel. Hubo cubanos en las finales de los juegos olímpicos de Roma (1960), Tokio (1964) y Ciudad de México (1968). Luego, entre 1980 y 1988, según datos oficiales, se lograron diez de las mejores marcas del mundo y 35 registros entre los cien primeros.
Sin embargo, de ahí en adelante el declive de los corredores cubanos no ha cesado hasta hoy. Para muchos es llamativo que esta prueba del atletismo –que siempre ha gozado, junto a la carrera de los 110 m con vallas, de una tremenda tradición en Cuba– esté sumida desde 1986 en una crisis que parece no tener para cuando acabar.
Para conocer las posibles razones de este descalabro en esta rama del atletismo, CubaNet conversó con Osvaldo Lara Cañizares, uno de los buenos velocistas que dio Cuba en la década de 1980. Nacido el 13 de julio de 1955, en La Habana, es considerado en su época el poseedor de la mejor arrancada en la prueba de los cien metros planos, aunque también corría los doscientos.
Este velocista comenzó a competir en 1977 manteniéndose en la élite de esta disciplina hasta que dijo adiós al deporte activo en 1986. Durante su carrera, representó a Cuba en Juegos Centroamericanos, Panamericanos, Olímpicos y otros circuitos, obteniendo notables resultados. Su mejor marca, de 10.11 en los Juegos Centroamericanos de Medellín en 1978, aparece entre las siete mejores de todos los tiempos en el país.
Luego de su retiro del atletismo activo, comenzó a trabajar como entrenador en varios combinados deportivos de la capital, incluyendo la Escuela Superior de Perfeccionamiento Atlético (ESPA). En 1995 cumplió misión como instructor en Perú, y más tarde en Venezuela, en 2002, trasmitiendo sus experiencias y enseñanzas a un grupo de jóvenes atletas de esos países.
Pero como otros, actualmente Lara se siente abandonado y olvidado por las autoridades deportivas cubanas, que algún día le exigieron sacrificios y se aprovecharon de su gloria.
¿Cuáles son los principales problemas que afrontan los velocistas en Cuba?
Más allá de los grandes problemas de todo tipo que sufren las familias en la Isla, la mayoría de las captaciones de aquellos atletas con aptitudes físicas para la velocidad, técnicamente presentan muchas dificultades. Pocos poseen espíritu de sacrificio, a lo que se añade la falta de concentración tan necesaria en esta prueba. Es por eso que a veces percibimos corredores que a los 18 o 19 años paran los relojes en 10, 25 segundos, pero al no trabajar en los detalles técnicos llegan a los 25 años con los mismos cronos.
¿Qué tendría que hacerse entonces para rescatar la velocidad en Cuba?
Hay que hacer demasiadas cosas. Por una parte los recursos que asigna el INDER para este deporte son irrisorios. Tenemos que ir al pasado y convocar y estimular a los deportistas y a los buenos entrenadores cubanos que ahora mismo brindan servicio en otras latitudes. Además debemos conectarnos con la tecnología mundial para dar tratamiento a la preparación de la fuerza para el área de las carreras de velocidad, y dar atención a las instalaciones deportivas de atletismo.
Vaya a ver el estado calamitoso en que se encuentra el Estadio Olímpico al este de la capital. Y ni qué decir del Pedro Marrero. Esto, sin mencionar los terrenos de la ESPA y otros combinados deportivos que son verdaderos potreros. Así, no puede existir rendimiento en la velocidad cubana, pero si no se hace algo inmediatamente, también
¿Qué opinas del hecho de no haber participado en las Olimpíadas de Los Ángeles en 1984?
A pesar de ganar el oro en los Juegos de la Amistad de Moscú, en 1984, sentí la frustración más grande de toda mi carrera deportiva. Durante cuatro años me había preparado como nunca antes con mucha disciplina y tesón, y estaba en el pináculo de mi vida deportiva. Todos saben que en los juegos Olímpicos de Los Ángeles la gran estrella fue el velocista y saltador estadounidense Carl Lewis quien cumplió su objetivo de ganar cuatro medallas de oro –entre ellas los cien metros con marca de 9.99 segundos– e igualar la hazaña del mítico Jesse Owens en los Juegos de Berlín 1936.
Sin embargo, de no haber existido aquel maldito boicot, yo hubiera ganado la medalla de plata, ya que mi tiempo en Moscú (10,17 segundos) fue mejor que el de Sam Graddy, de EE.UU. (10,19 segundos), ganador de la plata, y que el de Ben Johnson (10,22 segundos), ganador del broce.
leonpadron16@gmail.com
@leonlibredecuba
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ACERCA DEL AUTOR

León Padrón Azcuy

León Padrón Azcuy

León Padrón Azcuy. Pinar del Río, 1958. Curso hasta el 3er. año de la carrera Ingeniería Química de los Alimentos. Se incorporo a la oposición democrática en 1995. En julio del 2002 fundo el Movimiento Liberal Cubano, y en mayo de 2007 el Partido Liberal Nacional Cubano. Fue presidente de ambas organizaciones, y ese año comenzó a trabajar como periodista independiente.

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