martes, 17 de mayo de 2016

UN DIA COMO HOY, EN LA HISTORIA DE CUBA.

POR: GUIJE CUBA


Natalicios cubanos:



Borrero, Juana: -Nació el 17 de mayo en la Ciudad de La Habana. Poetisa del modernismo cubano admirada por Julián del Casal y José Martí. Falleció el 9 de marzo de 1896 en Cayo Hueso.

Guije.com - estudios en la cultura y la historia de Cuba El 17 de mayo en la Historia de Cuba

• 1895 -

1895 en la vida de José Martí Diario de José Martí en Cuba.



-José MartíMáximo Gómez y acompañantes en el campamento de Dos Ríos. Permanecen en este campamento hasta la madrugada del 19 de mayo que salen del campamento de Dos Ríos y llegan hasta La Vuelta Grande, de allí Martí se lanzó a “la carga”, su caballo dirigiéndose hacia la zona de Dos Ríos donde sucedió el trágico suceso.

• 1890 -




- Incendio de la ferretería Isasi, en la calle de Mercaderes, La Habana, donde murieron varios bomberos. Sus cadáveres fueron enterrados en el Cementerio Colón.

• 1783 -



- Guerra entre Gran Bretaña y España en las aguas de América.

Emeterio S. Santovenia en “Un Día Como Hoy” de la Editorial Trópico, 1946, páginas 281-282 nos describe los acontecimientos del 17 de Mayo de 1783 en la Historia de Cuba:

   “La lucha sostenida por España, aliada de Francia, contra la Gran Bretaña bajo el reinado de Carlos III parecía interminable cuando, en 20 de febrero de 1783, las potencias en guerra celebraron en París un tratado de paz que naturalmente, puso término a los temores y peligros de unos y otros. Los británicos, que hasta con petulancia habían rehusado las bases mismas que sirvieron para el pacto firmado, se apresuraron a aceptarlas en las conferencias de París. ¿Por qué? ¿A qué se debió cambio tan radical como repentino?

   “La respuesta no podía ser más sencilla: los ingleses, enterados de los aprestos navales reunidos por españoles y franceses en Cádiz, habían comprendido que carecían de elementos de guerra con que enfrentarse al formidable armamento organizado por los aliados. El vastísimo plan concebido por un almirante francés, con la sanción de ambos gabinetes, tendía a llevar a cabo una acción ofensiva para expulsar a los británicos de las tierras y aguas de América. Ante actitud de tal violencia por parte de España y Francia se encontró la impotencia de la Gran Bretaña, que, aun cuando no dejó de realizar con su armada verdaderas proezas en las Antillas, estaba aniquilada y era incapaz de resistir el duro trance a qué pretendían someterla sus enemigas.

   “La diligencia de los plenipotenciarios ingleses fue grande. Gracias a ello, lograron precipitar la consumación de lo que no mucho antes habían repudiado. El gabinete francés cayó en el lazo que le tendieron los diplomáticos de la Gran Bretaña. Carlos III, a despecho de las advertencias de Floridablanca, se halló presto a sumarse a la actitud propicia de su aliada. Los dominios de España en América quedaron consolidados a virtud de aquel tratado de París. Pero, habiendo contribuido a la emancipación de las colonias de la América del Norte y reconocido a las mismas como potencia, España quedaba expuesta a pasar por suerte semejante a la que en tal ocasión cabía a la Gran Bretaña. El dictamen que el conde de Aranda presentó a Carlos III después de ajustado en París el tratado de 1783 vaticinó graves conflictos entre la Metrópoli y sus vastos dominios americanos.

   “Al quedar ajustada la paz, el general en jefe de las fuerzas aliadas de las Antillas, Bernardo de Gálvez, determinó regresar a La Habana. Con los generales Girón y Solano, la mayor parte de la escuadra y casi todas las tropas españolas y francesas reunidas en Haití y portador de las copias oficiales de los preliminares y las primeras órdenes para que cesasen las hostilidades, entró Gálvez en el puerto de La Habana el 17 de mayo de 1783. La capital de la Isla lo recibió con transportes de alegría y entusiasmo que, si provenientes aquel día de la victoria que el retorno de Gálvez entrañaba, continuaron al siguiente en atención a la presencia de un hijo del rey de Inglaterra, confundiéndose así con los fulgores del triunfo las manifestaciones públicas con que se celebraba la reconciliación.”

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