domingo, 29 de enero de 2017

A pesar del nuevo Ministro del Interior sigue la represión en Cuba

Por: Yoandris Verane
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SANTIAGO DE CUBA, 27  de enero del 2017 – En el día de ayer fue citado y retenido en la Estación de Policía de La Maya por más de seis horas, el presidente del Municipio de Oposición de Songo- La Maya Yoenis Artola Franco, por parte del agente de la Policía Política, Eider Torres.
El agente Torres mantiene los mismos patrones de la Seguridad del Estado: la intimidación y amenazas, que llegan hasta la insinuación a la ejecución extrajudicial, cuando dicen: “no nos hacemos responsables de lo que te puedas pasar desde ahora en adelante”. 
Sin embargo, la gran contradicción del régimen cubano es cuando la policía política interviene  para coaccionar que una persona u organización presente una queja social. Este caso Artola Franco fue advertido de que si presentaba una demanda más, seria encarcelado. No obstante, la estrategia de los Municipios de Oposición, de hacer corresponsable a la Seguridad del Estado de los conflictos sociales en Cuba, le limita a este órgano represivo su capacidad de intimidación, pues los  ciudadanos se sienten con el deber de reclamar sus derechos. 
El agente policial Eider Torres usurpa el Poder Judicial y concluye que una persona va a ir a prisión, sin pensar en que debe ser procesado penalmente o desconoce la nueva Ordenanza del Ministro del Interior. 
Lo ocurrido con Artola Franco pone en dudas la Ordenanza del nuevo ministro del interior, Julio Cesar Gandarilla Bermejo, quien supuestamente ordenó frenar, revisar y castigar a todos aquellos militares que, en cumplimiento de la ley, cometan excesos y/o abusos en el trato a la población, a los procesados, a los presos, e incluso a quienes el gobierno llama "miembros de grupúsculos contrarrevolucionarios".
Lo que la Seguridad del Estado, con más de medio siglo de represión política, no acaba de entender que las calamidades sociales no se resuelven con la brutalidad policial. Así que cada día el descontento irá escalando posiciones, mientras los represores históricos irán yendo para el cementerio, como acaba de pasar con el Ministro del Interior, Carlos Fernández Gondín

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