Los líderes civiles y militares españoles en aquel funesto invierno 1895-96 no ignoraban el descontento que se apoderó de los círculos de poder de la empobrecida España, con la llegada de la Columna Invasora a las ricas provincias de occidente, que eran las que permitían al Estado, pagar los gastos de la guerra en Cuba. |
No hay comentarios:
Publicar un comentario