
Por Ramón Dìaz Marzo
Habana Vieja, La Habana, 11 de febrero de 2010, (PD) El 4 de febrero, en el semanal programa televisivo de los jueves por el canal 2 de la TV cubana, el periodista José Alejandro Rodríguez le dedicó el poco tiempo de su espacio “LOS PAPELITOS HABLAN” a varias ciudadelas aquí en Ciudad Habana, cuyos moradores, desde el año pasado conviven con las heces fecales y las aguas albañales. Las viejas tuberías han reventado y los excrementos salen a presión de los inodoros de estas pobres personas que viven en edificios apuntalados, es decir, a punto de que los techos y las paredes les caigan encima.
Según las cartas de protesta que han llegado a las manos del periodista José Alejandro, todos estos vecinos ya cubrieron y transitaron por el indescifrable laberinto de los decretos burocráticos que hay que cubrir y llenar para que Papá Estado se ocupe de destupir y arreglar estas tuberías podridas por el tiempo y al término de casi 6 meses estos vecinos siguen viviendo entre la mierda.
Estos vecinos alegan en sus cartas que han acudido al gobierno de la ciudad, han reportado a las autoridades correspondientes el problema a través del delegado de circunscripción y demás personas de autoridad que responden ante la población y les sirven de puente con el Estado, y los excrementos continúan haciendo de las suyas, saliendo por las tazas sanitarias de las pobres gentes como si buscaran la libertad que alguna tupición subterránea les niega para que salgan al mar.
Deseo puntualizar algunas cosas al periodista José Alejandro Rodríguez.
Estimado Alejandro, yo sé que Ud. no puede decir públicamente todo lo que habría que decir. No pongo en su boca lo que Ud. no ha dicho, pero hago uso del sentido común y sé, y escribo (y para eso existe la prensa independiente cubana) que Ud. sabe que hay un excremento mayor y es el responsable de todos los excrementos del país y de que las cosas no funcionen correctamente.
Durante 51 años este excremento mayor, asistido por otros pequeños excrementos, pero igual de dañinos, ha preparado el camino a estos excrementos biológicos que ahora afectan a los vecinos de marras. Pero Ud. sabe que los excrementos que han reventado en estas ciudadelas citadinas buscando un camino libre, no son los únicos excrementos que padecemos. De hecho, la nación cubana es un gran excremento político, una sociedad que no funciona, un gobierno que nada ha hecho, hace, ni hará, por combatir a los diferentes tipos de excrementos que nos convierten la vida cotidiana, y valga la redundancia, en un EXCREMENTO.
El tema de los excrementos es el pan nuestro de cada día. No sólo vivimos con los excrementos, sino como los excrementos, y nada podemos hacer porque en resumen, nos han convertido en excremento frente a la figura grotesca de Papá Estado.
A diferencia de los vecinos haitianos que necesitaron un terremoto para salir por “los aires”, nosotros los cubanos, sin necesidad de terremotos, en cualquier momento saldremos por los aires; esto significa que en cualquier momento Cuba reventará presionada por los excrementos de todo tipo que hemos acumulado durante 51 años y la isla entera desaparecerá.
Nosotros también somos una nación condenada a desaparecer como la haitiana. Yo pienso que ya hemos desaparecido. Constantemente los cubanos, como verdaderos excrementos, escapan legal o ilegalmente de la Isla para dejar de ser excrementos y convertirse en personas.
Ahora mismo ha comenzado una etapa de aislamiento dirigida por los Comandantes de la Revolución que impedirán que nuestros deportistas participen en juegos y campeonatos internacionales, como son los casos del Campeonato Mundial de Boxeo y los Juegos Centroamericanos que se celebrarán próximamente en Puerto Rico.
Los comandantes de la revolución saben que si abren el banderín la isla de Cuba se quedará vacía, y eso que a su favor podríamos hablar de cierta tranquilidad ciudadana que reina en el país, y no el caos y las “guerras civiles” que reinan en otros países libres de nuestro mundo donde uno, sin beberla ni comerla, puede terminar acribillado a balazos en plena vía pública a manos de un ser endrogado, loco, o sicótico de guerras.
La buena noticia es que todos los comandantes de la revolución tienen una avanzada edad y no podrán durante muchos más años continuar haciéndole daño al pueblo de Cuba. De modo que si hemos soportado la mano férrea de la dictadura durante toda nuestra vida, ahora no tenemos que desesperarnos cuando la libertad está a punto de realizarse por las leyes naturales que dirigen nuestro mundo.
El tema de los excrementos en las ciudadelas de nuestra capital habanera muy pronto no podrá ser tema de periodismo. Surgirán otros temas, asesinatos, reorganización de mafias como ocurrió en la extinta Unión Soviética cuando reventó y tuvo que liberar a los países satélites esclavos. Todos esos males son el precio que hay que pagar por vivir en una sociedad libre. Pero nosotros los cubanos no somos como los haitianos, que antes del terremoto no habían hecho nada por ellos mismos para construir una nación próspera. Los cubanos somos eficientes y productivos cuando tengamos un gobierno que nos permita desarrollar la libre empresa y como geográficamente somos pequeños estoy seguro que entre 5 y 10 años la nación cubana podrá resurgir de los escombros, las ruinas y los excrementos del totalitarismo de estado.
ramon597@correodecuba.cu
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