viernes, 19 de marzo de 2010

EL PRECIO DE LA LIBERTAD


Por Hildebrando Chaviano Montes

El Vedado, La Habana,(PD) Ahora resulta que el que se muere o está dispuesto a morirse en una huelga de hambre, hace uso de la fuerza, y el pobre régimen castrista, “papá estado”, que tiene que alimentar a los pichones mal agradecidos, se asusta ante la “presión y el chantaje” que para estos inmorales significa la postura viril del Coco Fariñas.

La solidaridad que ha levantado la huelga de hambre y sed de este villareño es lo que necesita la oposición interna cubana y una de las cosas que menos gusta a los gobernantes. Los mercenarios de la pluma al servicio de la dictadura no lo comprenden; ellos sólo escriben lo que les ordenan sus amos y hace mucho olvidaron el significado de los principios morales que deben sustentar a todo ser humano. La dignidad no se compra.

El yate Granma fue comprado con el dinero que Fidel Castro le pidió al ex presidente Carlos Prío. La burguesía criolla apoyó con cuantiosas sumas de dinero todo el proceso insurreccional. Cuando se creía que la barbarie que sufrimos hoy sería una democracia, desde los Estados Unidos y países de América Latina llegó dinero, armas, periodistas y ayuda de todo tipo.

La dignidad no se compra. Ningún opositor o periodista independiente arriesga su existencia o su libertad, como ocurre a diario en Cuba, por dinero alguno. Esta lucha es de pensamiento y a las tiranías no les gusta que las personas piensen.

El manido recurso de descalificar a los opositores, a estas alturas ya no funciona. Los ladrones que acusan a los trabajadores de ladrones, los mercenarios que acusan a los periodistas independientes de mercenarios…

Los presos políticos que malviven en las cárceles de Castro son hombres que han hecho uso de su derecho a pensar y a hablar con voz propia, nadie puede prohibirlo ni autorizarlo. El Coco Fariñas está con ellos, y la oposición cubana está con él.

hildebrando.chaviano@yahoo,com
http://hchaviano5.blogspot.com

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