viernes, 26 de marzo de 2010
ERASE UNA VEZ
Por Frank Cosme
Santos Suárez, La Habana,(PD) Todos los cuentos para niños comienzan con la frase que encabeza este artículo: “érase una vez”. Lo que vamos a relatar no es un cuento, es una historia real para los niños grandes, aquellos que se consideran adultos y los siguen engañando como si estuvieran todavía en la infancia.
Comencemos entonces a contar nuestra historia utilizando la citada frase.
Érase una vez, en una isla del Caribe, un señor que de una manera escabrosa empezó a ser conocido por un hecho que originó la muerte de muchas personas del cual fue él la mente directriz.
Nació en un pueblo lejos de la capital de la república. Su padre negociante en ganado, a veces propio, en otras ajeno, fue un verdadero cuatrero. Después de una revolución, mediante hábiles manipulaciones se alzó con el poder. Llegó a convertirse en presidente vitalicio en la tercera década de su vida. Un tiempo después, un terrible huracán devastó el país, ocasión que dio al señor su capacidad de lucirse y restablecer el orden en poco tiempo.
Posteriormente organizó diversos grupos que en ocasiones a golpes y porrazos, en otras mediante astuta propaganda combinada con leyes, hizo desaparecer de la escena nacional numerosas organizaciones civiles. Si esto no daba resultado, encarcelaba o enviaba al patíbulo a todo aquel que se le oponía, incluyendo líderes religiosos, hasta que nadie se atrevió por muchos años a decir ni ji.
Para estas eficaces acciones, había creado un partido único que se encargó de dominar los medios de difusión, movilizar las muchedumbres dispuestas a vitorearle, hacerle la propaganda y controlar todas las actividades del país.
Rebautizó nombres de calles, edificios públicos, hoteles y hasta provincias en recuerdo a su revolución. Redujo el analfabetismo y se abrieron cientos de escuelas, pero a su vez los niños comenzaban las clases cantando el himno al partido único y las bases de su instrucción cívica eran las opiniones del señor con respecto al papel que debe desempeñar el ciudadano.
Otra innovación fue la creación de los maestros de emergencia. Su imagen aparecía fotografiada o pintada en escuelas, edificios públicos, casas privadas y en cuanto muro o valla anunciadora estuviera disponible.
En cierto momento, su hermano ocupó la presidencia del país. Fue condecorado en múltiples ocasiones y en lo personal es descrito por muchos extranjeros que lo visitan como persona de carácter resuelto y trato agradable, aún así, muchos corresponsales califican su dictadura como más tiránica de lo que fue nunca la de Hitler.
Llegamos entonces al punto de descubrir el anonimato de este personaje. ¿Sabe ya Ud. de quién se trata? ¿Está seguro? Las apariencias a veces engañan.
Se trata nada menos que de… Rafael Leónidas Trujillo y Molina, Generalísimo y Doctor que fue presidente de la República Dominicana a los 37 años después de una revolución contra el presidente Horacio Vázquez en 1930.
Su nombre empezó a sonar antes de esta fecha por el asesinato de 10,000 haitianos. Tiempo después de tomar el poder, un huracán arrasó con el 80% de las casas de la capital. Su partido único, el Dominicano, fundado por él, no solo llegó a controlar todas las actividades del país, sino que llegó a extremos ridículos de adulación. He aquí algunos títulos honoríficos concedidos por este al dictador: Benefactor de la Patria, Restaurador de la Independencia Económica y Libertador de la Nación.
El Benefactor llegó a recibir numerosas condecoraciones tanto nacionales como extranjeras, (Mussolini le regaló una), que este gustaba de exhibirse ostentosamente con ellas, lo que motivó que los dominicanos le encasquetaran el mote de Chapitas.
La capital recibió el nombre de Ciudad Trujillo y tres provincias cambiaron sus nombres originales por las de: Libertador, Trujillo, y Benefactor. Todas las empresas agrícolas e industriales de mayor rendimiento, las agencias de autos, transportes de mar, tierra y otras eran monopolios exclusivos del Libertador, su familia y sus secuaces. Su mujer tenía el dominio absoluto en toda la república de las tintorerías, quincallería y los materiales de construcción.
Para aparentar que era demócrata soltó el poder por un tiempo para darle la presidencia de la República a…..su hermano Héctor Bienvenido. Hasta los músicos cayeron en la tentación de adularlo para congraciarse con él. La letra de un merengue de esa época decía que con Trujillo en el poder suena mejor la corneta, da el violín mejores notas y bailan mejor las mujeres.
Trujillo murió asesinado. Se especula que fue el enigmático Chacal, el mismo que trató de atentar contra Charles De Gaulle.
En fin, la historia de este dictador es similar a la de muchos de esta patria grande que Martí llamó nuestra América, por lo que podemos concluir con una variante de los créditos que aparecen en algunas películas: “Cualquier semejanza con el personaje citado, no es pura coincidencia”
primaveradigital@gmail.com
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Muy buen articulo felicito al Sr.Frank Cosme ,solo quiero advertir una pequeña imprecision : Cuando se efectuo la eliminacion de los Haitianos ya el Dictador Trujillo estaba en el poder esto fue en año 1937.
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