viernes, 28 de mayo de 2010

CUANDO EL RAYO TRUENA


Por Luis Felipe Rojas RosabalPublicado Hoy

San Germán, Holguín, 27 de mayo de 2010, (PD) Hace solo unos días, cuando anunciaron la destitución de Jorge Luis Sierra Cruz, ministro de Transporte e integrante del Consejo de Estado, más de un holguinero respiró profundo, con o sin rencor, pero sí con mucho alivio.

La destitución de Sierra Cruz finaliza un ascenso meteórico de alguien que trepó hasta los ramajes del poder haciendo gala de la estolidez como banderín de triunfo.

Su periodo de Primer Secretario del Comité Provincial del PCC en la provincia coincidió con el tenebroso Periodo Especial, tiempo en que los radicados en estas llanuras orientales cubanas vieron aumentar considerablemente los cuerpos de inspectores, las inútiles movilizaciones agrícolas y militares y bajar considerablemente el nivel de vida de los ciudadanos.

El destituido Sierra fue coautor de los cinco frentes de producción agrícola identificados con el nombre de patriotas holguineros de las guerras de independencia. El invento no fue más allá de volver a crear algunas comunidades rurales en torno a los contingentes agrícolas, volver a dividir a cientos de familias debido al rigor de los albergues y convertir a la provincia en una de las de mayor aporte de alimentos a la canasta básica… fuera de la provincia.

De la misma manera, Guardalavaca se convirtió en el tercer polo turístico del país y entonces fuimos los que menos disfrutamos de esas nimiedades que son el turismo, el buen descanso y el merecido confort, tan ligados a la vida moderna.

Por alguno de estos castigos deben haberlo ascendido a ministro, miembro del Secretariado del Comité Central del Partido Comunista y luego al Consejo de Estado. En la cartera de transporte aportó la significativa novedad de los ómnibus Yutong y la entrada de las doce locomotoras chinas. Desde entonces, desapareció el antiguo parque de autobuses para destinos interprovinciales y los nuevos precios fueron meteóricos. También descubrieron que las locomotoras chinas para alcanzar la debida velocidad y mantener la calidad de sus piezas, debían rodar por líneas férreas en mejor estado que las cubanas.

Mientras fue el comisario político holguinero, impuso un record de salidas en escena en el tabloide semanal Ahora. Otra desgracia por la que lo recordábamos era por la de dejarnos sin alimentos, bebidas y refrescos para impulsar a ultranza el cacareado Plan Montaña o Plan Turquino-Manatí. Estas acciones consistían en hacer ver un desarrollo económico y un nivel de calidad de vida elevado en las zonas montañosas, mientras todos sabían que no hacía más que mover productos de una zona a la otra para aparentar un ascenso social inexistente.

Ahora que debe bajar la cuesta por detrás, por el lado más difícil, y sin la compañía de asesores, adulones ni complacientes subordinados, estará acordándose del Primero de Mayo en la noche, cuando habló ante la televisión y ratificó su compromiso de defender la revolución “ante las amenazas externas”. La tormenta interna, la que le movió el piso, no la vio venir.

Foto: Marcelo López

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