viernes, 21 de mayo de 2010

EL PATERNALISMO


Por Ramón Díaz-MarzoPublicado Hoy

Habana Vieja, La Habana, 20 de mayo de 2010, (PD) El paternalismo sólo es detectable al término de un tiempo. Al principio viene disfrazado con guantes de seda. Hay paternalismo y paternalismo. Uno de estos paternalismos está guiado por el sentido común y el otro por la excesiva autoridad en el nombre de un ser al que suponemos superior a nosotros, no sólo en el conocimiento, sino en la comprensión de situaciones complejas.

El paternalismo negativo es imposición, control, y abuso de poder. Aceptar el paternalismo como un hecho inevitable es renunciar a volar con nuestras propias alas “sobre los territorios de la oscuridad”.

El paternalismo y el maternalismo ocurren en el seno familiar y social y es un acto de violencia sobre nuestra personalidad a nivel individual y colectivo.

El paternalismo, en su arista negativa, no favorece el crecimiento de la personalidad individual ni colectiva. El paternalismo genera fuentes perversas del control de la conducta del individuo y de la sociedad. Cuando la persona humana comienza a crecer en su autoestima, el paternalismo es un frente enemigo. Los padres y el Estado son nuestros peores enemigos porque jamás aceptarán que hemos crecido y que ya somos responsables de nuestros actos.

Un Estado configurado en la persona de un Rey o Jefe de Estado significa la no libertad en todas las esferas de nuestra vida. Hay que rebelarse contra el paternalismo cuando este se vuelve opresor, no mientras sea ayuda y protección sabia a los más necesitados de la familia y de la sociedad.

“No todo el que tiene poder, tiene saber”. Cuando un gobierno-dictadura como el que sucede en la Isla de Cuba le cierra el paso a las generaciones jóvenes y se “atrinchera” en un “Consejo de Ancianos” deben ser sustituidos. Nosotros tratamos de sustituir a estos dinosaurios pacíficamente pero creo que el tiempo, la muerte natural como ley de la vida, será lo único que nos sacará como nación del hueco donde nos han hundido estos “Padres de la Nación” que tanto “nos quieren”.

“Toda verticalidad es paternalista” y no permite disentir ni que cualquiera de nosotros tome las riendas de su particular vida. Tan satánico es un padre o una madre autoritaria, como un dictador terrible que se comporta como si éticamente estuviera más allá del bien y el mal.

Hay un comentario generalizado entre los cubanos de a pie que el “Sr. De Marras” está asistido por Satanás. Es la única forma de comprender, para los cubanos de a pie, por qué este señor ha hecho con la Isla de Cuba lo que le da la gana en contra de la voluntad de los ciudadanos y no ha existido fuerza capaz, ni a las buenas ni a las malas, de detenerlo.

Mientras tanto uno escribe, lucha contra molinos de viento, sabiendo que todo cuanto escribimos va a parar al latón de la basura porque, hagamos lo que hagamos, las reglas del juego ya están hechas para que estos “señores nos impongan su voluntad” y nada determinemos.

Aquí en Cuba, ahora mismo, los únicos que están cambiando algunas reglas del juego macabro son el periodista independiente y opositor pacífico Sr. Guillermo Fariñas y las Damas de Blanco. Todo los demás “actores” forman parte del entramado de esta tragedia predeterminada y al igual que los periodistas oficiales y hasta “miembros de la nomenclatura” no pueden hacer nada. Esta es la verdad que casi todos saben pero muy pocos se atreven a declarar públicamente.

La prueba de lo que digo es la enorme cantidad de opositores y disidentes, tanto los que nunca han pertenecido a la nomenclatura como los que han pertenecido a ella, que ahora mismo se encuentran del otro lado del charco.

Todos los que han disentido con los hermanos Castro, cuando tuvieron visión de futuro, no esperaron a ser “tronados” y escaparon de la Isla. Y desgraciadamente es muy fácil ser un patriota fuera de Cuba y no hacer lo que ahora mismo están haciendo el Sr. Guillermo Fariñas y las Damas de Blanco.

No hay nada que hacer contra estos hermanos de marras. O están asistidos por Satanás o son ayudados por un complejo engranaje internacional donde ya no se sabe quiénes son los buenos y quiénes los malos.

Ya una vez escribí que es insoportable ser en Cuba periodista independiente y no saber “toda la verdad, y nada más que la verdad”. Hay personas, dentro y fuera de Cuba que se presentan como opositores de la Dictadura, y en el fondo son sus mejores aliados. No sólo trabajamos en condiciones adversas y amenazados constantemente, sino que estamos rodeados de enemigos que jamás darán la cara.

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