viernes, 28 de mayo de 2010

JORNADA CUBANA CONTRA LA HOMOFOBIA

Por Leonardo Calvo CárdenasPublicado Hoy
POR UNA DIVERSIDAD SIN TUTELAJE

Boyeros, La Habana, 27 de mayo de 2010, (PD) La condición de humanos y la condición humana deben ser las claves y referentes esenciales destinados a guiar el derrotero de las relaciones entre los hombres; sin embargo, la humanidad se ha rodeado de muros que obstaculizan la comprensión y el respeto, valores que deben constituir el fundamento indeclinable de la convivencia por encima de cualquier categoría o preferencia.


En una nación tradicionalmente machista, en la cual el último medio siglo de intolerancia y homofobia revolucionaria ha hecho tan complejas las relaciones humanas, asistimos a una nueva jornada de lucha contra la homofobia en el marco de la conmemoración mundial que cada 17 de mayo tiene lugar por tan justa causa.

La jornada se celebra en nuestra isla por tercer año consecutivo, gracias al interés y el compromiso asumido por Mariela Castro, a la sazón directora del Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex) e hija del presidente Raúl Castro para más señas, la cual ha proporcionado un impulso innegable al reconocimiento de la diversidad sexual en el país.

El caso es que de cuando en cuando, algún vástago de la dinastía Castro se encapricha y empeña en ocuparse de algo desde una posición, claro está, hegemónica. Recordamos a Fidelito o José Raúl para sus allegados de antaño, el primogénito oficial, como máximo gerente de la investigación y desarrollo de la incipiente energética nuclear insular (¿?) hasta que acabó con todo aquello, incluso con los nervios de muchos talentos cubanos del ramo, varios de los cuales prodigan hoy genio y nostalgia en muy disímiles rincones del planeta. Por extraño sortilegio del destino, podemos ver a otro hijo del Comandante en Jefe, Tony, el cirujano ortopédico, según dicen aceptable en restauración de caderas, dirigir el béisbol nacional e incluso exaltado al rango de vicepresidente de la Federación Internacional de un deporte que el bisoño doctor Castro no ha practicado ni por computadora.


Ahora Mariela, la ex educadora de guarderías infantiles, encabeza el movimiento que gracias a su influjo, ha conocido un avance significativo en la lucha por el respeto a la diversidad sexual. Duele mucho asumir la obligación de preguntarse si en una sociedad donde los gobernantes se destacan cada día por su conservadurismo inmovilista, otra persona sin las potestades de la estirpe dinástica podría hacer y alcanzar en alguna medida lo que hace Mariela.

Como según enseña la sabiduría popular, la esperanza es lo último que se pierde y a los hermanos Castro le quedan otros hijos, quienes de momento solo se ocupan de sus problemas personales, los que luchamos, por ejemplo, por la integración racial, tal vez veamos algún día a uno de ellos romper lanzas para comenzar a convalidar en positivo esa asignatura pendiente de nuestra realidad histórica y presente. Soñar no cuesta nada, ¿verdad?

Resulta estimulante ver, en este paraíso del escapismo, la simulación y el miedo, cuantos homosexuales se atreven a mostrar su preferencia sexual con orgullo y transparencia consecuente y como avanza, con dificultades pero con firmeza, la lucha contra el machismo, la hipocresía y la intolerancia, que tanto daño hacen a la convivencia humana.

Resulta estimulante ver a personas mayores prodigar amor y crecimiento personal para superar prejuicios mientras acompañan a sus familiares en esta cruzada por el respeto a la diversidad con la esperanza de llegar a ser unos y otros seres humanos más plenos y cabales.

Resulta preocupante ver como se pretende avanzar sin reconocer abiertamente los errores cometidos, si no analizamos profunda y consecuentemente los excesos y desmanes que han convertido en víctimas a tantos compatriotas sólo por motivo de su preferencia sexual. Heridas sin cerrar como las Unidades Militares de Ayuda a la Producción (UMAP), el Congreso de Educación y Cultura de 1971, la parametración cultural o los pogromos de 1980, no deben quedar en el olvido. Personalmente no creo en la reivindicación sin desagravio, sobre todo si los culpables todavía ocupan el poder.


Resulta además lamentable ver a los organizadores de la jornada interrumpir el tan necesario debate para cumplir el horario programado del baile callejero carnavalesco que cada año matiza festivamente la jornada.

Muy a nuestro pesar vemos que la líder de la lucha por la diversidad y la tolerancia reproduce el retrógrado esquema de someter a lapidación verbal a los que se atreven a participar en la lucha por la diversidad fuera de su égida.

En el marco de la jornada del pasado año, al referirse al intento de manifestación de un grupo independiente, la emergente líder dinástica demostró dos carencias fatales en la política moderna y muy normales en el ambiente totalitario insular: primero dijo que no sabía nada de los hechos y después reprodujo el manido discurso de impugnación y descrédito denigratorio e intolerante, lo cual demuestra primero que como sus progenitores genéticos y políticos tiene, cuando conviene, mucho poder y muy poca información y que por otra parte sigue la prehumana y fallida máxima: dentro de la revolución ¿”todo”?, fuera de la revolución nada.

La libertad con orden, pero sin condicionamientos ni cortapisas, es el camino seguro e insoslayable al mejoramiento humano y al equilibrio humanista de la convivencia.

Los patrones de la diversidad tutelada mencionaron varias veces durante la jornada los conceptos de justicia y humanismo. Ojalá tengan la capacidad y el valor de darse cuenta en que medida Cuba necesita que esos conceptos dejen de ser el bello discurso de una jornada anual de tres días, para convertirse en práctica convencida, cotidiana y consecuente.

Fotos: Juan A. Madrazo

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