viernes, 28 de mayo de 2010
ME AMAN
Por Ramón Díaz-MarzoPublicado Hoy
Habana Vieja, La Habana, 27 de mayo de 2010, (PD) Ya no tengo dudas: sólo se trata de amor. Antes pensaba que era el destino, una casualidad, pero ahora sé que la mano de la Revolución cubana está detrás de todo. Me quieren aquí, con mis artículos, que para ellos son contrarrevolucionarios. Bajo ningún pretexto permitirán que me separe de ellos, de su inmensa y gloriosa Revolución. No me dejan salir de Cuba porque no soportarían mi ausencia, no poder verme más, no controlarme, no perseguirme por las calles de La Habana. Ellos me necesitan para vivir, para justificar el sueldo que les ofrece la dictadura. Es amor lo que sienten por mí, no odio ni desprecio. No podrían vivir sin la presencia de Ramón en el antiguo ex hotel “Monserrate”.
No se trata de homosexualismo político, porque aquí todo el mundo es hombre, sino del amor del Estado hacia uno de sus ciudadanos. Nunca pensé llegar tan lejos. Nunca imaginé que yo sería una personalidad tan importante para la Revolución cubana. Aparentan odiarme, pero ahora sí estoy convencido que no podrían vivir sin mí. He hecho cuanto imaginar se pueda para irme de Cuba. Casi todo el mundo se va, y yo no lo logro, aunque me haga amigo del Rey de España. No puede ser una maldición vivir en Cuba, ni una obligatoria brujería, sino amor. Puro amor.
¿Y por qué no me dejan partir, recomenzar mi vida en otro país? Porque la Revolución es sabia. La Revolución sabe mucho, sabe del mundo mucho más que yo. Saben que fuera de Cuba me moriría de tristeza. Además, saben que el mundo fuera de Cuba es mucho más cruel y yo no lo soportaría. Porque fuera de Cuba existe el asesinato, la traición, el doblez, las atroces murmuraciones. La Revolución sabe que, aunque con sus limitaciones, dentro de Cuba, en la soledad de mis habitaciones, siempre estaré más seguro que si salgo de Cuba. Porque la Revolución sabe que uno no sabe lo que tiene hasta que no lo pierde. Así que no me aflige descubrir que los próximos años viviré en un país con un gobierno que tanto se ha esforzado en destruirme.
Lo arriba escrito está basado en que han extraviado con habilidad el certificado de nacimiento de mi padre, que nació en Guane, Pinar del Río, y fue hijo de mi abuela Carmen, nacida en Asturias, España. Así que ya no podré optar por la ciudadanía española según la “Ley de la Memoria Histórica”, (Ley 52/2007, de 26 de diciembre).
El Registro Civil de la Habana Vieja lleva 3 meses llamando por teléfono a todos los registros civiles de Pinar del Río para conseguir el certificado de nacimiento de mi padre sin el cual no podré concertar una cita con el consulado español. Para el Alcalde de Cangas de Onís, Asturias, don Alfredo García Álvarez, sólo le fueron suficientes 20 días para enviarme la literal de mi abuela, que nació en el año 1892, con todos los cuños y avisos por correo. Y resulta que aquí en Cuba, y no del otro lado del mundo, no aparece el certificado de nacimiento de mi padre como si la tierra se lo hubiera tragado, lo cual es verdad porque murió en el exilio, pero es como si nunca hubiera existido. Es decir, a los efectos legales mi padre nunca nació en Cuba, nunca ha existido. Pero sí existió cuando se fue del país hacia España en el año 1971, después de trabajar durante 2 ó 3 años en el Cordón de la Habana, castigado por querer viajar al extranjero, salir de Cuba de forma definitiva.
Pero hasta cuándo y hasta dónde hay que soportar a los hermanos Castro que, no sólo han destruido la infraestructura de la Isla, la economía de Cuba, sino que un simple trámite de viajar al extranjero lo convierten en una odisea.
Y ¿por qué el Departamento de Estado del gobierno de los EEUU les otorga visa al cantautor Silvio Rodríguez y al salsero Juan Formell, embaucadores ambos que con tanta eficacia siempre le han servido a la dictadura de los hermanos Castro y a mí, ese mismo Departamento de Estado del gobierno de los EEUU, me negó la visa de refugiado político en el año 2004?
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