Publicado para hoy 25 de junio
Por Juan Antonio Madrazo Luna
El Vedado, La Habana, (PD) Puños Arriba a la velocidad del Festival Rotilla, es una de las estaciones discursivas que intenta promover uno de los elementos sonoros más transgresores de la Isla. El Hip- Hop Underground es uno de los dispositivos de la Música Cubana Alternativa (MCA) que más proyecta sus interpretaciones sobre la realidad cubana a partir de una lectura crítica e inteligente.
El hip hop cubano, sumergido hoy en un mar de desiguales marejadas, opera activamente sobre zonas discursivas no legitimadas ni debatidas públicamente. Esta poética de barrio no cuenta con un espacio efectivamente posible. La Agencia Cubana de Rap, como empresa subordinada al Instituto Cubano de la Música, siempre ha mostrado resistencia a registrar en su catálogo a quienes desde la lírica, desafían el discurso oficial. El hip- hop es una cultura mutilada en esta agencia, una empresa con limitaciones, a la que resulta muy difícil dialogar con las estéticas alternativas.
El hip- hop, aparte de de ser una música sin patrias, es un arte de resistencia y de guerrilla que no se resguarda bajo el manto protector de la autonomía del arte ni pide permiso a las instituciones. Es una ofensiva sonora y una proyección ética contra la doble moral, el racismo, la falta de fe, de valores, la violencia policial e intrafamiliar, la dolarización de la economía. Es un canto a la diversidad y por la diversidad. Sus promotores, lejos de ser abanderado de una estética dolce, son voceros de un discurso radical que no claudica; plasman historias de sujetos múltiples que no desean pasar inadvertidos por su tiempo, dibujan un limite vertical, móvil y permeable.
La conservadora y oficialista política cultural cubana, mediante la Agencia Cubana de Rap, ha incorporado esta estación sonora a su catálogo con cierta resistencia, recelos y prejuicios.
La imagen de la cultura underground opera bajo condiciones hostiles. No es conocida suficientemente mas allá de la gente que la ejerce y la disfruta. No tiene presencia en el mercado internacional. Es una interrogante sospechosa para quienes dictan la metodología de la política cultural. Para los ejecutores culturales, Los Aldeanos, El Eskuadrón Patriota, El Libre, Maykel Xtremo y Anderson son eslabones de una generación radical, guerrillas sonoras portadora de un lenguaje antisistema, políticamente un mal ejemplo para la juventud. Ellos son fundadores de un discurso propio muy radical en el cual sienten el peso de su isla y descubren la intensidad de su historia.
En la isla de las utopías, aún las nuevas generaciones, a partir de estéticas discursivas emplazadas desde la diversidad, transitan por un camino nada fácil, sembrado de navajas. Son la conciencia de una sensibilidad diferente. Su campo de batalla es la calle, el rap es una guerra, son ellos quienes deciden su propia revolución.
La estética del hip- hop es una cultura que se expresa al margen, sin ser marginal. Opera en el margen de un mercado oficial que no existe. Crea su propio lenguaje, estereotipos, paradigmas y mercado. Defiende sus propios espacios alternativos, establece alianzas entre ellos mismos.
El movimiento urbano atraviesa por un momento de revolución- evolución. Gracias a estudios underground como Real 70 Producciones, el Laboratorio Experimental Ómnibus Estéticos, Champion Records, 18 a 16 de Malcom, Emetrece Producciones, el proyecto Matraka, instituciones como La Madriguera de la Asociación Hermano Saiz y la ternura y buena voluntad de personas como Melissa Riviere, representante internacional de los Aldeanos, el hip- hop en Cuba respira.
La última edición de Puños Arriba 2010, modalidad que premia la música hip- hop underground, dejó de ser una onda expansiva, un efecto demoledor, con más pena que gloria.
Los medios de comunicación, como la prensa y la televisión, tuvieron un efecto corrosivo sobre el discurso rapero, al no haber promoción y cobertura de un evento que persigue visualizar las nuevas estéticas dentro del movimiento.
Demo como Se picó la naranja y Tiranosaurios de los Aldeanos, Decadencia del Eskuadrón Patriota, estuvieron entre lo más solicitado por el auditorio, escoltado bajo un hostil operativo policial.
Se sintió la ausencia de algunos exponentes de la vanguardia del movimiento como Papa Humbertico, El Discípulo, El Enano, Obsesión y el Adversario.
Las culturas alternativas necesitan autonomía, independencia. El hip -hop es una onda expansiva, un cuerpo vivo, “un sonido hambriento de diálogo”, como señala en un excelente texto el ensayista Roberto Zurbano. Es una plataforma discursiva para las actuales generaciones, que sienten la necesidad de estimular la imaginación de un mundo posible, en el cual sean anuladas las diferencias.
Cuba es una sociedad incomunicada por múltiples estereotipos y prejuicios, una casa que necesita la diversidad tanto como el oxígeno. Cuando la diversidad está en peligro, peligra la vida. El hip-hop demanda autonomía. Desde su matrix revolution confirma su identidad y apuesta por un futuro que está por construir. Mientras tanto le pide a los jóvenes que sean pacientes en la espera, fuertes en la resistencia.
Fotos: Juan A. Madrazo
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