viernes, 23 de julio de 2010

EL SÍNDROME DEL INMOVILISMO

Publicado para hoy 24 de julio


Por Osmar Laffita Rojas

Capdevila, La Habana,(PD) Como Cuba no pertenece a ninguno de los organismos financieros internacionales, le está vedado el acceso a las fuentes normales de créditos. Para solucionar esta situación, recurre al procedimiento de aceptar financiamientos a corto plazo y con altos intereses. Esto sitúa a Cuba entre los países con una delicada y explosiva situación monetaria.

Por carecer de divisas, a finales de 2009 se registró una sensible caída de las importaciones, lo cual se reflejó en los recortes de los planes productivos por falta de insumos de cientos de empresas y la paralización de otras por no poder comprar la materia prima debido a sus elevados costos.

Para escapar de la catástrofe, los gobernantes cubanos se han aferrado al salvavidas venezolano, el cual le garantiza a precios preferenciales el 85% del combustible que consume y el pago de más de 5000 millones de dólares por la venta de servicios de profesionales y especialistas que prestan servicios en las diferentes ramas de la economía venezolana.

Con la aplicación en 1996 de la Ley Helms-Burton, pretexto utilizado por las autoridades cubanas para iniciar el desmontaje de las reformas iniciadas en 1993, se reforzó el fatídico centralismo estatal, el cual se manifiesta en estos momentos en el retroceso y estancamiento de la economía cubana.

Todas las expectativas de aplicación de nuevas variables económicas desaparecieron y se consolidó el verticalismo burocrático y político, lo que condujo al congelamiento de las pocas libertades reinantes en el sector empresarial.

Un círculo de despiadados burócratas, en cumplimiento de las órdenes del Jefe de Estado y Gobierno, decide de forma pésima el destino de la economía.
Más del más 67% de las tierras cultivables están llenas de marabú o mal atendidas, lo cual obliga a comprar más de 1 600 de millones dólares en alimentos en el exterior, principalmente en los Estados Unidos.

Las causas de la baja productividad en el sector de bienes hay que buscarlas en el fracaso del pago por los resultados. La situación es tal que solo son beneficiados por este tipo de pago el 18 % de la fuerza laboral del país. Han resultado perjudicados cientos de miles trabajadores, que devengan salarios miserables que apenas les alcanza para sufragar sus más perentorias necesidades.

La liquidez en manos de la población ha crecido, así como el déficit presupuestario que ha rebasado la barrera del 3 %. Esto puede preocupar a algunos entendidos, pero no a los que aplican la política monetarista en Cuba. Estos sobregiros macroeconómicos los resuelven en la esfera de la circulación con la elevación de los precios de los productos de primera necesidad.

Los millones de pesos en manos de la población, sin posibilidades de realización en bienes y servicios, que dieron lugar a desajustes sociales, son hoy un amargo recuerdo. Ahora hay oferta de todo tipo, pero la gran mayoría no tiene para consumir, porque el dinero no le alcanza.

Este gobierno hace 50 años que hace recortes sociales. El dinero para el desarrollo de actividades claves de la economía, lo destinan hacia otros planes de naturaleza política, con el fin de afianzar gobiernos afines a sus propósitos hegemónicos, por ejemplo, Bolivia y Nicaragua.

Esto no lo explican, pero lo que si saben bien los cubanos son las infinitas penurias y privaciones en que mal viven. Por ejemplo, el déficit de cerca de un millón de viviendas por construir o reparar, lo cual origina terribles niveles de hacinamiento, que hacen la vida de sus moradores realmente espantosa.

ramsetgandhi@yahoo.com
Foto: Marcelo López

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