Por Leonardo Calvo Cárdenas
Boyeros, La Habana, (PD) Cualquier relación humana comienza por el respeto. Las relaciones afectivas deben fundamentarse en la admiración. Siempre resulta una especie de bendición sentir que se cuenta con la amistad sincera y profunda de aquel a quien se admira.
Siento enorme satisfacción al dedicar estas líneas a un hombre que sin perder la nobleza y sencillez de su origen humilde, ha sabido demostrar la firmeza, honestidad y consecuencia de los hombres cabales, aun en los momentos en que la cobarde soberbia de los que desde el poder destruyen a Cuba lo han colocado en situaciones límites.
La mañana del martes 22 de junio, en las afueras de la antigua casona que sirve de sede al Tribunal Municipal de Injusticia del municipio capitalino de 10 de Octubre, decenas de representantes de los más diversos sectores de la oposición se reunieron para manifestar solidaridad y apoyo al Dr. Darsi Ferrer Ramírez, quien después de once meses de injusto y absurdo cautiverio fue sometido al ya acostumbrado sainete judicial con que las autoridades intentan legitimar su miedo y arbitrariedades.
El Dr. Ferrer, médico de profesión e intachable trayectoria laboral, fue hace más de diez años, llamado por su sensibilidad humana y ansias de justicia, a participar en diversos proyectos cívicos y políticos, ha desarrollado una encomiable labor de atención y ayuda humanitaria a los cubanos más necesitados, además de ayudar a dar a conocer al mundo la poco conocida realidad de los menos favorecidos de Cuba.
La labor humanitaria y educativa de su Centro de Salud y Derechos Humanos Juan Bruno Zayas, el impacto y alcance, incluso internacional, de su proyecto “Cubabarómetro”, con el cual ha tomado el pulso de la opinión ciudadana sobre temas sensibles de nuestra sociedad, su participación destacada en el movimiento pro integración racial y sobre todo su persistente vocación de manifestación y convocatoria cívica, han provocado la explicable inquietud de las autoridades cubanas que a través de sus organismos represivos, han sometido durante estos años a la familia del Dr. Ferrer a toda suerte de presiones y agresiones.
Finalmente, la inexistente vocación de justicia y la “paciencia” agotada de los gobernantes cubanos, llevaron a Darsi tras las rejas, bajo una acusación mal fabricada, con el propósito de doblegar a un hombre que ha demostrado convicción y voluntad sin fisuras.
La “jugada” represiva contra el médico opositor y su valerosa familia sólo sirvió para demostrar cuan lejos está este régimen de la verdad, la justicia y el derecho.
El caso de Darsi, declarado prisionero de conciencia por Amnistía Internacional y objeto de la merecida solidaridad de los luchadores antirracistas de todo el continente, se zanjó con una condena que pretende convalidar de alguna manera el injusto periodo de encierro. De paso, deja al desnudo la debilidad de los diseños represivos y de manipulación que persiste en utilizar el gobierno cubano.
El desenlace fue celebrado a viva voz por los opositores presentes ante la avidez de los corresponsales de la prensa extranjera por reportar la justificada emoción de familiares y hermanos de lucha y la mirada incrédula de los agentes represivos, testigos excepcionales de un hecho cada vez más innegable: tanto terrorismo de Estado va causando más pena que miedo.
Esa mañana gloriosa quedará en el recuerdo de todos los allí presentes. Gloriosa y recordable porque el entrañable Darsi recuperó físicamente la libertad que no perdieron nunca su alma y su espíritu de luchador indoblegable. Por cierto, sale de la prisión con su prestigio y convicción fortalecidos para hacer exactamente lo mismo que hacía antes de entrar.
Mañana gloriosa y recordable porque ante ese conocido despliegue represivo de agentes de la policía política y victimas manipuladas, todos los demócratas: socialdemócratas, liberales, conservadores, periodistas independientes, activistas de derechos humanos, moderados y de línea dura, comprobamos cuan edificante es esa unidad que tanto bien le haría a nuestra lucha y al futuro que queremos construir para la sufrida Patria de todos.
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