Por Luis Felipe Rojas Rosabal
San Germán, Holguín, (PD) Aunque las madejas represivas contra los deseos de libertad en Cuba se enredan cada vez más, día a día asoman o persisten algunas luces, intentos de información libre.
Desde hace unas semanas tenemos noticias del blog colectivo Palenque cubano, donde varios ciberactivistas de la Alianza Democrática Oriental se sumaron a postear a como pudieran, a asumir el peligroso rol y cartelito que se le ha colgado en nuestro país a quienes disienten, denuncian además y ponen al descubierto algunos desmanes.
Los muchachos que escriben en la bitácora Palenque cubano lo hacen desde la más rudimentaria vía: escriben en un trozo de papel y dictan al exterior, donde una red de solidarios se encarga de transcribir y subir las entradas, que ya se agradecen por la valentía y seriedad con que lo hacen.
Anderlay Guerra, un joven ex-preso político, subió hace poco un testimonio desgarrador sobre el método de tortura conocido como ‘la Shakira’. La barbaridad consiste en amarrar al reo por la cintura con una cadena, como la lleva la excéntrica cantante, y maniatarlo a la espalda y las piernas, de manera que parezca un balancín. Los que lo han sufrido por tres o cuatro días, confiesan haberse hecho sus necesidades fisiológicas encima, además de padecer calambres por semanas o meses.
Anderlay me cedió una serie de fotos para mi blog. Ahora denuncia desde su propio sitio.
El Cubano Libre, Porvenir, Victoria, son tres de los boletines que clandestinamente aparecen cada mes en las calles del oriente del país. En formato rústico, presillados a mano y muchas veces encuadernados a sobresaltos, estos tipos de zamizdats criollos hacen las veces de voz única y salvadora más allá del oficialismo ramplón que padecemos.
Los he tenido en mis manos y me asombra la sobriedad y sencillez de su edición. No creo que sea falta de pretensión, es un tipo de periodismo emergente. Por la misma dificultad de tener como espada de Damocles la crueldad de la Ley, se empeñan en informar, denunciar y arrojar un poco de claridad allí donde la propaganda gubernamental ha hecho su zafra.
Es verdad que no faltan algunos tonos editorialistas, como asoma también una propensión arraigada a filosofar y dar rodeos donde debe hablarse más que claro, pero son dolencias generalizadas a un lado y otro de la batalla en que estamos todos: demócratas y apuntaladores del régimen.
Los escritos de Héctor Forés Sánchez, Cristian Toranzo Fundichelis, Alberto Méndez Castelló y Rolando Rodríguez Lobaina, entre otros, son un poco de oxígeno a tanta cerrazón.
He visto correr los ejemplares de mano en mano. La gente los sigue y espera cada mes, con ansiedad y espíritu crítico también. He sido testigo de encendidos debates entre realizadores y gente de bien que quiere verlos mejorar cada día. Nos toca a nosotros ahora acercarnos, entrar a camisa quitada y darles aire, para que vuelen un poco más, como le hace falta a cualquier proyecto alternativo entre tanto candado y cerrojo por decreto.
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