Publicado para hoy 10 de julio
Por Frank Correa
Jaimanitas, La Habana,(PD) El cubano se ríe hasta de su mala suerte. Bajo la más cruda adversidad se le ve festivo, como Mercerón con su perra suerte y sus caminos sin salidas, cuando llegó ayer a la parada de la ruta 69, en la barriada de Lawton, y pidió el último en la cola.
Hubo silencio en la parada, a pesar de estar repleta. Mercerón pidió el último dos veces más y como nadie respondió dijo que entonces era el primero. Una señora entrada en años pareció despertar de su letargo y gritó, ¡yo soy la última!
Mercerón sonrió, acercándose a la señora le preguntó por qué andaba por las nubes. La mujer lo reprendió como una falta de respeto. Estaba vestida completamente de blanco, y Mercerón la confundió con una Dama de Blanco. Quiso mostrarse solidario con la causa, pero ella se ofendió de mala manera con la comparación. Manifestó a viva voz que aquellas mujeres eran mercenarias al servicio del imperio, y se empeñó en mostrar una camiseta roja que llevaba debajo de la ropa blanca. Recalcó, ¡soy comunista!
En eso apareció la 69 por la avenida Lacret y Mercerón dijo en alta voz:
--¡Menos mal que el ómnibus llegó rápido, se ve que cambiaron al ministro!
Muchas personas de la cola rieron, excepto la señora comunista. Siguiendo con las bromas para molestarla, Mercerón repitió que menos mal, ¡porque ya íbamos a empezar hablar mal del gobierno! La mujer se mostró sumamente ofendida con la frase. Salió en defensa de la revolución diciendo que el gobierno no tenía nada que ver con el problema del transporte.
Mercerón se le acercó más y le dijo al oído: es cierto, porque ellos no cogen guagua. Y añadió: Señora, por favor, no pague… que yo tampoco voy a pagar. La mujer se alteró más todavía. Mientras subía al ómnibus dijo que el pago del pasaje era obligatorio, para ayudar al Estado.
--Lo cierto es que después que quitaron los conductores en las guaguas, el menudo está perdido --, dijo Mercerón mientras pasaba junto al chofer y le hacía un guiño.
La 69 venía repleta. Parado en el pasillo Mercerón pidió en alta voz que por favor, alguien le cediera el “asiento de comunistas” a la señora. Entonces el ómnibus estalló en una carcajada.
beilycorrea@yahoo.es
Foto: Marcelo López
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