viernes, 3 de septiembre de 2010

OPINIONES SOBRE LA CONSTITUCIÓN

PUBLICADO PARA HOY 4 DE SEPTIEMBRE


Por Jorge Luís González Suárez


El Cerro, La Habana,(PD) Durante la pasada Feria Internacional del Libro y en este verano, con los tradicionales eventos culturales donde se comercializan una variedad de títulos de producción nacional, se han ofertado algunos ejemplares interesantes. Dentro de ellos hay uno que llama la atención por ser algo inusual. El best seller de la temporada es nada más y nada menos que la Constitución de la República de Cuba.

Esta edición actualizada fue impresa por la Editora Política, La Habana 2010. Con un formato de bolsillo, buen papel, letra legible, salió al módico precio de $2.00 m.n. para el alcance de cualquiera. Aunque no dice su tirada puede considerarse por el número vendido como una cantidad aceptable.

No pretendo con esta crónica analizar los artículos y su contenido, sino algunas de aquellos criterios emitidos por la población en el momento de su adquisición.

Ante todo es beneficioso aclarar que desde hace más de 15 años de forma aproximada no se vendía en librerías este documento. Su actualización se produjo mediante el acuerdo V-74 de la Asamblea Nacional del Poder Popular por la ley de Reforma Constitucional del 26 de junio del 2002, por tanto esta es su última versión. Si tenemos en cuenta esta fecha podemos afirmar que aparte de la impresión en la prensa plana de entonces su salida al mercado poblacional duró 8 años.

Sin embargo lo más significativo a considerar es las expresiones populares que representan síntomas del pensamiento existente, el cual casi nunca aflora a la luz pública por razones obvias.

El juicio más abundante dicho se reflejó en la frase “es importante conocer nuestra ley general”, por tanto esto da entender la ignorancia de las personas, y me pregunto. ¿Por qué estatuto votaron éstos?

Otra opinión recogida al azar fue “nunca en mi vida había visto una Constitución”. Quienes así dieron su parecer estaban privados del conocimiento de sus derechos y deberes. Vale una pregunta. ¿En qué mundo anárquico están viviendo?

La idea que mayor proliferación alcanzó fue “así cuando la policía me pare yo voy a enseñarles la ley”, aludiendo a la forma de defenderse ante las violaciones que se puedan cometer contra ellos.

Hubo quienes fueron más allá y dijeron, “como la hicieron tan pequeña el papel no sirve ni para limpiarse el c. con ella. Es evidente que a pesar de la vulgaridad estos individuos no creen autoridades y funcionarios respeten nuestro código nacional.
Estas y otras apreciaciones similares salieron a relucir con la compra de este instrumento de la legalidad. Todos quienes así se manifestaron y muchos más tal vez que no expresaran nada por temor cuestionan nuestro decreto. ¿Cómo vivir en un país donde no se sienta uno seguro de su legislación?

Los criollos desde inicios del siglo XIX intentaron siempre promover ideas de legitimidad las cuales reflejaron por escrito en numerosos edictos contra los abusos de la dominación colonial de España.

La Asamblea de Guáimaro en 1869 quien inició nuestra tradición de regirnos por una Carta Magna redactada mientras aun se combatía por nuestra libertad, a las que siguieron posteriormente Jimagua y La Yaya.

La etapa republicana nació también con su decreto, el cual aun lastrado por la Enmienda Platt, fue también una forma de reafirmar una posición democrática para la vida de todos los ciudadanos.

En 1940 se produce el acontecimiento más participativo donde mayor consenso de tendencias y partidos políticos hubo para crear la Constitución de mayor espectro de opiniones.

La Revolución tardó 17 años en establecer su código de leyes el cual se modificó en la fecha antes mencionada por la votación popular promovida por el Estado. Si hoy la ciudadanía cuestiona el instrumento legislador ¿por qué ante el referéndum propuesto por Osvaldo Paya se negó el mismo?

Martí expreso en el periódico Patria en 1894 “lo que se borra de la constitución escrita, queda por algún tiempo en las relaciones sociales”. Se podrá cambiar el texto pero el pensamiento humano prevalecerá.

Nuestro pueblo en general es respetuoso con sus tradiciones y costumbres, gusta obedecer aquello que tenga un sentido de orden pero rechaza algo impuesto sin objetividad.

La cifra de 8 198 237 electores que realizaron la firma pública y voluntaria es una cantidad numeral, cuanto se dice a viva voz es algo distinto, una cosa no juega con la otra.

“Una constitución es una ley viva y práctica”. Estas palabras también de nuestro Apóstol destacan algo innegable, la ley está para organizar la vida de los hombres en sociedad, hacerla factible es el camino para su obediencia.

primaveradigital@gmail.com

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