viernes, 8 de octubre de 2010
GASTRONOMIA DISFUNCIONAL
Por Moisés Leonardo Rodríguez
Cabañas, Habana, 9 de octubre de 2010 (PD) La gastronomía estatal es una muestra más del colapso que sufre el país: aunque cumpla los planes, en lo absoluto satisface las necesidades de los usuarios.
Se caracteriza por el maltrato al consumidor, la mala calidad de los productos, las alteraciones de pesos y precios, la deficiente higiene, la poca variedad en la oferta y tantos males más que enumerarlos resultaría en una nueva versión del cuento de la buena pipa.
Se lanzó en meses pasados una ofensiva con la intención lograr la excelencia en las unidades gastronómicas a lo largo de la avenida 23 del Vedado habanero. Ellas debían servir de modelo para todo el país. Con un fuerte trasfondo mediático, fueron remodeladas las destartaladas instalaciones. Pero los meses han pasado y a lo largo de las alrededor de 40 cuadras de la avenida 23, el cuartito está igualito.
Precios inaccesibles a la media de la población, baja calidad de elaboración, pobre diversidad de los platos ofertados, violación de los horarios, son solo algunas de las deficiencias persistentes en los remodelados establecimientos.
Los puntos de venta de café recién colado a 1 peso mn la taza se reducen a tres, distantes entre si unas 15 cuadras. Uno en 23 y 16, el segundo en 23 esquina a G y un tercero en 23 entre K y L. Un cuarto, ubicado en 23 esquina a O, fue desmontado después de salir publicada en Cubanet la noticia de que llevaba más de un año rota la cafetera de presión. Se afectó el servicio a la población pero se lavó la imagen de los que mandan. Vale la pena, diría el psicólogo Calviño.
Recientes declaraciones del presidente Hugo Chávez han disparado la alarma entre algunos cubanos. Al anunciar su intención de apoderarse de le empresa Polar, aseguró Chávez que la elaboración y venta de cigarrillos, cerveza y ron “son las armas del capitalismo para inundar de vicios a los pueblos y para mantener a los pobres dominados y explotados”.
Agentes de la CIA deben estar infiltrados en esto de la gastronomía de la isla. Aun durante los años noventa, cuando las personas caían desmayadas en las calles por la deficiente alimentación, cuando se vendían trocitos de caña a peseta en unidades gastronómicas cubanas, la oferta constante era, y sigue siendo, cigarrillos, cerveza y ron.
La diferencia de la estrategia capitalista al aplicarla a la isla es que se añade otra oferta: condones. Seguramente con ello pretenden incrementar el envejecimiento de nuestra población. ¡Qué cabrones me han salido los capitalistas!
corrientemartiana2004@yahoo.com
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