viernes, 29 de octubre de 2010

INHUMANO Y CRIMINAL


Por Rodolfo Ramírez Hernández


Santiago de Las Vegas, La Habana, 30 de octubre de 2010, (PD) El pasado 8 de octubre de 2010, el periódico Granma, órgano oficial del Partido Comunista de Cuba (PCC), publicó un artículo relacionado con experimentos realizados con humanos por médicos de EE.UU.

Según el rotativo, en la década de los años 40, Guatemala fue escenario de pruebas científicas con seres humanos, a los cuales se les inoculaba diversas enfermedades venéreas: sífilis, gonorrea y otras, que causaron la muerte de decenas de personas.

Sara Marta Fonseca Quevedo, residente en el municipio Boyeros, Ciudad de la Habana, Secretaria Ejecutiva del Partido Pro Derechos Humanos de Cuba (PPDHC), afiliado a la Fundación Andrei Sajarov y miembro del grupo de apoyo a las Damas de Blanco, refiere: “El 10 de Diciembre de 2009, fui víctima por parte de la Seguridad del Estado de una inoculación a la altura del omoplato derecho mientras marchaba con las Damas de Blanco, y todavía son tan cínicos que publican eso”.

Muchos opositores cubanos aseguran que a lo largo de todos estos años de dictadura han sido inoculados en protestas callejeras, otros en prisiones, a veces a través de la comida.

Si en la década del 40 alrededor de 1500 personas, prisioneros de guerra, prostitutas y enfermos mentales, fueron infectadas con diversas enfermedades por científicos norteamericanos, esto se cataloga como algo criminal e inhumano, pero la prensa oficial debería hacer un artículo sobre los inoculados en Cuba.

Fonseca explicó: “En el momento que me pincharon, sentí mucha rigidez en todo el cuerpo, la lengua se me adormeció, veía como si fuesen candelillas, sentí mucho mareo, pero continué caminando hasta que me restablecí un poco. A raíz de eso sufro de hinchazones en las articulaciones y decaimiento”.

Las inoculaciones de enfermedades no solo han sido un problema en otras naciones, el gobierno cubano también carga con esa culpa y cabe perfectamente en esa lista.

Cuantos son los inoculados es algo desconocido, pero según los defensores de los Derechos Humanos, en el país deben de ser miles.

Dice Sara Martha Fonseca: “No he ido a atenderme con un médico, no quiero saber que fue lo que me inyectaron, además ellos son capases de aprovechar el análisis para contagiarme alguna enfermedad maligna, y temo eso. Yo quisiera preguntarle a los Castro, ¿si eso no es inhumano y criminal?”.

¿Cuántos cubanos más tienen que soportar esto? Para mantener a una familia en el poder, el próximo en ser infestado puede ser cualquiera de nosotros. Si en Guatemala se va a abrir una investigación, en Cuba habría que hacer otra.

ramirezhernandez.rodolfo@yahoo.com

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