viernes, 29 de octubre de 2010

KAMIKAZES CUBANOS


Por Roberto Valdivia


Ciego de Ávila, 30 de octubre de 2010, (PD) “El sindicato tiene el desafío de enfrentar el proceso de redimensionamiento de las plantillas infladas, velando porque se ejecute en un clima de franqueza, racionalidad, transparencia y justicia, siempre a partir de la idoneidad demostrada”, expresó Salvador Valdés Mesa, Secretario General de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), en la clausura del 8vo Congreso del Transporte y los Puertos.

Más adelante manifestó que había que hacer comprender a los trabajadores la necesidad impostergable de aplicar el conjunto de medidas decididas por el gobierno y esclarecer que no se trata de que el Estado se encargue de ubicar a cada trabajador, ya que los primeros interesados en encontrar empleo deben ser los propios ciudadanos. Tampoco tendrían protección salarial indefinida, siempre bajo la premisa de salvar la revolución y el socialismo.

En coincidencia con las asambleas de afiliados, los centros laborales y los Comités de Defensa de la Revolución, realizan reuniones para convencer a los trabajadores y la población en general, de la necesidad imperiosa de aplicar el proceso de reordenamiento de las plantillas y el empleo.

Participantes en uno de estos eventos celebrados a finales de septiembre en la ciudad de Ciego de Ávila, en la región central de la isla, quedaron estupefactos cuando el representante de la organización que dirigió el debate, reconoció que las medidas emprendidas por el gobierno son muy duras, difíciles de comprender y perjudican a un gran número de buenos trabajadores con años de servicios, pero son necesarias para salvar a la revolución.

Ante el silencio de los presentes, trató de remediar sus palabras y arremetió contra los enemigos de la revolución. Aseguró que estos manipulaban y tergiversaban toda información concerniente a las orientaciones del gobierno, pero era necesario cualquier sacrificio.

Varios de los asistentes calificaron las palabras un llamado al suicidio, al estilo de los kamikazes japoneses.

Un anciano nombrado Alberto comentó: “En mis tiempos esto era suficiente para ir a la huelga. ¿Cuándo se ha visto que el sindicato apoye el despido de más de un millón de trabajadores? Los gobiernos trazan sus políticas, los sindicatos están para proteger a los obreros de las políticas erróneas. En otros países del mundo, similar situación genera huelgas y protestas sindicales. En Cuba, después de 1959, no existe el derecho a la huelga”.

La CTC de Cuba y sus sindicatos están dirigidos por militantes del Partido Comunista de Cuba (PCC), sumisos servidores de la cúpula gobernante y fieles guardaespaldas de sus intereses.

Una maniobra muy inteligente son las comisiones de expertos, integradas por trabajadores encargados de decidir quién es idóneo o no, es decir, quién se va o quién se queda. El gobierno se lavó las manos como Poncio Pilatos. Al final, es un enfrentamiento entre trabajadores.

No por añoso pierde vigencia el popular refrán que sentencia: “Lo bueno que tiene esto es lo malo que se está poniendo”.

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