viernes, 29 de octubre de 2010
OTRO COMANDANTE
Por Tania Díaz Castro
Santa Fe, La Habana, 30 de octubre de 2010, (PD) De Eloy Gutiérrez Menoyo -1934- se ha escrito mucho sobre su largo bregar como rebelde y comandante guerrillero contra el dictador Batista, de sus 22 años de cárcel por hacer de frente la guerra a Fidel Castro y por último, de su hombría al quedarse a vivir en Cuba.
Nos vimos para la entrevista hace sólo unos días, un jueves al atardecer. Prefirió no leer antes las preguntas, sino responder espontáneamente, como el pintor zen, que con rápidos trazos sobre el papel, nos hace ver tantas cosas.
Entonces prefiero rastrear el alma de este otro comandante, ahora en guerra contra el odio, y que no me explique, una vez más, que permanecerá en La Habana hasta que el gobierno, que viola sus propias leyes al no concederle su status legal, reconozca su organización Cambio Cubano como una brecha reformista para lograr la libertad y la prosperidad de nuestro pueblo.
Entrevistarlo es la cosa más fácil del mundo. Conocerlo, mucho más. Es un sagitario sin discusión alguna, siempre con su arco a mano. Como dice el zodiaco chino, por su año de nacimiento, tan dotado de inteligencia, comprensión y magnanimidad, fácilmente puede llegar a ser un líder de causas hermosas.
Me pregunto entonces si no es una razón bien de peso para combatir al tigre, de quien es completamente incompatible, un animal atormentador, autoritario, buscapleitos, el que seguro de su belleza y su poder, se mantiene en el centro de la atención, sin importarle nada ni nadie.
Este hombre que tengo frente a mi es tan devoto de sus amigos que se niega a reconocer que un día algunos le hayan podido dar la espalda. Por eso continúa tranquilo, seguro de lo que hace.
Reconoce que su petición de legalizar su organización pacífica es difícil en medio de una dictadura que le teme. Piensa que es tan difícil como conceder una apertura. Saldrían a flote los miles de torturados, golpizas a presos, fusilamientos, ametrallamientos en el mar.
Sin embargo, este sagitario, dicen que tan fiero como parece, es además perseverante y valiente y denuncia, en las mismas entrañas del monstruo, todo lo malo que ve a su paso
¿Qué temor puede sentir, condenado a muerte en plena juventud, al frente de mil 500 hombres armados en las montañas del Escambray, cifra que se duplicó durante los últimos tres meses de combate, durante años en calabozos de castigo, con una doble condena en la cárcel como jefe de una organización opositora?
No le importa sufrir represión: cuando viaja a otras provincias, al prohibirle permutar su apartamento en un quinto piso, sin elevador, por uno en bajos, que la policía política registre su vivienda cuando sale de casa.
Como posee el valor de la experiencia, no deja de repetir que Cuba necesita de otra revolución. Aunque le señalo esa verdad que dijo el poeta mexicano de las revoluciones: “…comienzan con una promesa, se disipan en violenta agitación y se congelan en sangrientas dictaduras”, insiste en que es necesario llevarla a cabo, que aunque no sabe si lo puede hacer alguien del propio gobierno o una fracción del ejército, presiente que puede ocurrir de un momento a otro, porque en política -dice- , todo es impredecible.
Es por eso que está aquí, en el campo de batalla donde podría desatarse en cualquier momento esa revolución. Él, con ese ángel travieso e inquieto que posee, no quiere estar ausente. Sería el fracaso total de su larga carrera como combatiente por la libertad, perder la posibilidad de aportar su grano de arena a esa otra revolución.
Incluso piensa que hasta Fidel Castro llegaría a comprender al fin que todos están hasta la coronilla de él y se largaría a cualquier islote de nuestro archipiélago, el que más le guste.
Nos despedimos casi al anochecer y lo veo bien de cerca. Olvidado de sí mismo, feliz de poder sacrificarse al máximo por sus ideas. Guarda su arco, siempre preparado para el disparo final. Si da en la diana o no, es cosa de tiempo. Piensa vivir muchos años. No importa que sea un fumador empedernido. Los médicos le dijeron que tiene el corazón tan limpio como los pulmones. Por eso, de madrugada puede escribir versos de amor a la patria de todos los cubanos: “Caimán gigante que sangras sobre las olas, herido/ Tus aves trazan el rumbo del horizonte perdido”.
vlamagre@yahoo.com
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario