
Por Osmar Laffita Rojas
Capdevila, La Habana, 6 de noviembre de 2010, (PD) Una lectura detenida del discurso del ministro cubano de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez en la sesión de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), sobre el tema del embargo, el pasado 26 de octubre, muestra la incoherencia, la manipulación y por sobre todas las cosas, el desmesurado doble rasero del régimen cubano.
El canciller sabe que un elevado por ciento de la información que da a conocer la prensa oficial al pueblo cubano, carece de veracidad. La prensa oficial se caracteriza por esconder e ignorar los asuntos que resultan molestos al gobierno
¿De qué ética, solidaridad y justicia habla el Sr. Bruno Rodríguez? ¿O es que acaso se olvidó que su gobierno está sumido en los más escandalosos casos de corrupción y manejos inescrupulosos de los recursos de la nación, de los cuales no se ha informado nada?
Personeros que hasta hace poco formaban parte del selecto círculo del ex-presidente y que hoy son prófugos de la justicia, estas son las santas horas que no se ha dicho que ocurrió realmente con ellos.
Hay razones más que suficientes para no confiar en un gobierno que no tiene el menor respeto a su pueblo.
Resulta risible que el canciller cubano diga que “el cerco económico de los Estados Unidos contra Cuba” se ha intensificado, cuando al cierre del semestre su gobierno destinó 240 millones de dólares para comprar alimentos precisamente al gobierno que el Sr. Bruno Rodríguez acusa de genocida. Dichas transacciones colocan a Cuba en el lugar 42 de la lista de 124 países que compran productos agrícolas a los Estados Unidos.
¿Cómo es posible que en el mencionado discurso, el representante del gobierno cubano, al arremeter contra el embargo, afirme que continúan vigentes las prohibiciones de viajar a Cuba y que con la administración de Obama nada ha cambiado?
Esto no se ajusta a los hechos reales. Estados Unidos que no tiene vinculo diplomático con La Habana y cuyos ciudadanos no pueden visitar libremente Cuba (si no son de origen cubano), es el segundo emisor de turistas hacia la isla después de Canadá. Al cierre de agosto, habían visitado Cuba 230 671 cubanos que residen principalmente en la nación del norte, lo cual representa el 38% del total de visitantes en el primer semestre del año.
A qué “transformaciones dirigidas a la actualización del actual modelo económico para hacerlo más eficiente” hizo alusión el Sr. Bruno Rodríguez, cuando el pasado el 25 de octubre se puso a la venta la Gaceta Oficial extraordinaria especial números 11 y 12 que recoge las disposiciones del gobierno cubano sobre el proceso del despido de medio millón de trabajadores y la aplicación del trabajo por cuenta propia, muestra del fracaso de ese modelo centralizado y totalizador que ha sumido a la nación en la peor crisis de estos últimos 50 años.
Al canciller cubano se le olvidó que su gobierno es el único del hemisferio occidental que viola y trasgrede de manera flagrante los derechos humanos y las libertades de sus ciudadanos y que sus órganos policiales, judiciales y las diferentes instancias de gobierno actúan de manera impune, al margen de la ley vigente.
Al representante del gobierno cubano se le olvidó que han trascurrido tres años y continúan sin ratificar los pactos de derechos económicos y políticos de la ONU y que el relator contra la tortura terminó su mandato en octubre y todavía no lo han autorizado a visitar las cárceles cubanas.
El gobierno cubano tampoco ha cumplido con la puesta en libertad de todos los presos políticos, como se comprometió con la Iglesia Católica y el gobierno de España.
Es decir, que el discurso del Bruno Rodríguez, en que ataca desproporcionadamente al gobierno de los Estados Unidos por la aplicación del embargo, es otra muestra del doble rasero al que están acostumbrados los gobernantes cubanos.
ramsetgandhi@yahoo.com
Foto: Marcelo López
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