viernes, 12 de noviembre de 2010

ESPECULACIONES SOBRE EL EMBARGO DE EE UU CONTRA CUBA


Por Ramón Díaz-Marzo


Habana Vieja, La Habana, 13 de noviembre de 2010, (PD) Del desastre económico que desde siempre ha reinado en Cuba no puede atribuírsele toda la culpa al embargo de EE UU. Nuestros dirigentes llevan medio siglo con la gritería del Embargo. Es cierto que algunas medicinas y tecnología de punta, por tener un por ciento de materia prima manufacturada por la industria norteamericana, no puede ser vendida a Cuba, ni siquiera por terceros o cuartos países.

Pero entremos en materia. ¿Qué se hizo o dónde está el internacionalismo socialista de las grandes potencias, como siempre se ha supuesto que son Rusia y China, para con Cuba? ¿Por qué estas dos grandes potencias no han ayudado a Cuba entregándole tecnología de punta precisamente para que los cubanos fabriquen sus insumos en la isla, y no tengan que importar mercancía manufacturada y se puedan fabricar en nuestra isla, para lo cual sólo tendríamos que importar la materia prima necesaria?

Mi primera especulación ha sido que el pueblo cubano no está a la altura del Comandante en Jefe iluminado, y es un pueblo incapaz y con una abismal carencia de auto estima, como Jorge Mañach escribió en su ensayo pequeña “Indagación del Choteo”.

Pero si recordamos un poco de historia cubana, vemos que nuestro pueblo, cuando ha sido debidamente estimulado materialmente, funciona como lo demostró con algunos pequeños logros, pero logros al fin, en la primera mitad del siglo XX, cuando sacó a la nación de la manigua y el pueblerío, con fábricas, obras sociales que van desde la construcción de carreteras, hasta centros hospitalarios gratuitos y grandes y poderosas escuelas públicas para los pobres y que hoy en día, arquitectónicamente son más capaces de desafiar, sin inmutarse, mejor que cualquiera de las construcciones hechas por la Revolución de 1959, a cualquier huracán.

Durante la república, los norteamericanos convirtieron a Cuba en una pequeña factoría, pero al menos se palpó un renacimiento de la nación que con los rusos jamás fue posible.

El tan llevado y traído Comandante Ernesto Che Guevara, en un memorable y atronador discurso en Punta del Este, Uruguay, en la década de los años 60, dijo que dentro de 10 años (¿1970?) Cuba sería un país que habría salido del subdesarrollo y estaría totalmente industrializado. Y lo que se logró en el año 1970 no sólo fue el fracaso de la zafra de los 10 millones de toneladas de azúcar (que no fueron) sino la totalización, valga la redundancia, de un estado policiaco.

¿Por qué nuestra dirigencia jamás le ha dicho una posible verdad al pueblo cubano: que los rusos y los chinos son unos cabrones que nunca han hecho nada perdurable por Cuba?

EEUU, actualmente y desde hace varios años, mantiene excelentes relaciones con países que históricamente fueron sus enemigos y quizás lo sigan siendo: China, Vietnam, Rusia, y mantiene con estos países un intercambio comercial y sabe Dios si hasta cooperan entre sí con tecnología de punta. ¿Cuál podría ser la verdadera causa de su animadversión contra Cuba?

Esta es la siguiente especulación: los EE UU jamás le perdonarán al Sr. Fidel Castro Ruz que en los años 60 cuando permitiera a los rusos emplazar armas nucleares en territorio cubano a sólo 90 millas de Miami. Mientras el señor Fidel Castro Ruz habite la isla de Cuba, el embargo jamás será eliminado.

La otra especulación o episodio fue aquella prepotente fábrica de cemento que se inauguró en provincia Habana en la década de los años 80 y con la cual nuestra dirigencia predijo, juró, y fundamentó, que el remozamiento de la ciudad de La Habana y la construcción de nuevas viviendas estaba garantizado. Y ese cemento se fue al carajo, y hoy la ciudad se derrumba.

Continuamos con nuestra especulación recordando el gigantesco tubo de suministro de dinero y crédito e insumo y piezas de repuesto que la Unión Soviética estableció desde Moscú hasta La Habana. Sabemos que una gran parte de esa ayuda era para garantizar la potenciación de la izquierda en América letrina, pero nos quedamos pensando por qué el gobierno cubano no tomó una parte de esa ayuda y la empleó en la sociedad cubana, que pagó el precio al protagonizar las campañas de guerra en África aportando miles de muertos.

Una especulación descabellada es suponer que ha sido el propio gobierno totalitario cubano quien aparentó una cosa y por detrás hizo otra. El gobierno se la ha pasado hablando de trabajar y trabajar, producir y producir, pero cuando ve que el pueblo comienza a obtener los primeros resultados utiliza mecanismos ocultos de destrucción para entorpecer el desarrollo del país porque el gobierno totalitario sabe que una vez que el pueblo alcance un status social económico desarrollado, perderá el poder.

Estas han sido, rápidamente, algunas especulaciones que se me han ocurrido a propósito del impacto del embargo norteamericano contra Cuba sin entrar en mayores detalles y dejándole al lector un vasto campo de libre interpretación.

ramon597@correodecuba.cu

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