viernes, 10 de diciembre de 2010
ALGÚN DÍA
Por Alvaro Yero
Mantilla, La Habana, 11 de diciembre de 2010, (PD) Para mí es doloroso ver como se le va la vida a tantos jóvenes dentro de la Isla. El tiempo cada ves se les agota más y menos posibilidades hay de un futuro mejor.
Ya son casi 52 años, los gobernantes de verde olivo han acabado con el sueño de todo ser humano pensante de esta tierra: ser feliz.
Un nuevo año llega a su fin y Cuba continúa oprimida bajo un sistema inventado por retrasados mentales, fanáticos de las escopetas y los palos, mafiosos, obstinados y chacales.
El 2011 lejos de representar un año nuevo, representa más de lo mismo y menos de todo, más hambre y necesidad.
“Solo le pido al tiempo, a la luna o las estrellas, a quien sea, que después de esta vida no me den mas ninguna y menos en Cuba”, escribió un joven de 22 años antes de suicidarse. Esto me indignó tanto que decidí escribir, sólo escribir.
“Estos señores, los Castro, no representan de veras ni la más minima”…. Y ahí quedó callada la madre del que yo catalogué de cobarde por carecer de valor para seguir luchar por la libertad de esta aldea llamada Cuba.
Espero que el lector entienda de que hablo, porque verdaderamente solo los que vivimos en Cuba saben lo que digo.
Aunque escribo esto con un nudo en la garganta, todavía me sobran fuerzas para llamar a estos señores, los Castro, cobardes, y así lo hago y lo haré hasta morir de viejo, si no es que algún día me da por correr la misma suerte que este muchacho, dos años menor que yo.
Auque el cambio es inevitable, las huellas que dejará esta dictadura serán dolorosamente irreparables. Hijos de la vergüenza, Fidel, Raúl, no se imaginan el odio que han sembrado en la mente de casi 12 millones de personas.
Es posible que yo no pueda disfrutar de la libertad, pero sí lo harán mis hijos, que aunque juré no tenerlos hasta que los hermanos Castro desaparecieran de la faz de la tierra, tengo esperanzas de restregarles en sus últimos días la felicidad que será para mí tener un beb libre.
Ja, ahora me río porque recordé que no hay mal que dure 100 años. Algún día habrá libertad. Ellos lo saben. Un nuevo día está por llegar. Su fin como jefes se acerca y a pesar de todo les deseo un feliz año nuevo, que el 2011 traiga el fin de su poder. Los aliento a vivir su vejez en una verdadera democracia, donde soportarlos será cosa de muchachos. Felicidades.
yerofelipe@gmail.com
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