lunes, 21 de marzo de 2011
Licencia pa Pepe
Escrito por Juan Gonzalez Febles
Lawton, La Habana
21 de marzo de 2011,
(PD) La decepción parece ser la reacción más generalizada ante la inmensa mayoría de las medidas emprendidas por el gobierno del general Raúl Castro. Desde la limitadísima apertura para el trabajo por cuenta propia, hasta la venta de computadoras, teléfonos móviles, entrega de tierras ociosas, autorización para hospedaje de nacionales en hoteles dedicados al turismo y para concluir, los despidos masivos, todo ha llegado tarde y mal para un consenso de opinión generalizado, de la población encuestada para este trabajo.
El general y su ministro primado, el señor Marino Murillo, podrían ser los personajes políticos más impopulares del momento. La inmensa mayoría de los choferes de taxis que mantienen un contrato de renta de vehículo con el estado, opinan que los términos del acuerdo son leoninos. Estos trabajadores deben pagar una suma diaria que consideran excesiva, sólo para comenzar el día. Esto debe ser abonado si trabajan o si no. El alza de los precios del combustible, que los interesados deben sufragar y el impuesto sobre el taxímetro, obligan a los choferes a burlar el fisco y de esta forma engrosar las filas de los “ilegales”.
“No hay vida con esta gente. ‘Pa’ vivir, tienes que robar”. Así me dice uno de estos trabajadores a modo de despedida, cuando le pago la carrera concertada a espaldas del taxímetro y abandono su vehículo.
Otro fenómeno de actualidad en la Isla es la cantidad creciente de personas que entregan las licencias que obtuvieron para trabajo por cuenta propia. Leyda O. entrego la licencia a partir de la cual vendía alimentos ligeros desde el portal de su casa.
-¡No puedo con los inspectores! Son una pandilla de vividores que te hace la vida un yogur. Los impuestos acaballantes, la comida carísima y esta gente que no te ayuda con nada…
Para otros, todo es menos complicado. Hacen lo que tengan que hacer para vivir por la izquierda. No tributan al fisco y la pasan mejor al no estar controlados. De esta forma, los inspectores se convierten en riesgo cierto, pero menor. Darío P., es un excelente plomero que trabaja por la izquierda. Esta es la forma de decir para el trabajo ilegal que no tributa al fisco, ‘Por la izquierda’, es la frase discurso de la realidad del momento en la Isla.
Orlando C., que vende viandas, vegetales, hortalizas y lo que puede, en un deambular incesante y trashumante por las calles, fue más categórico. “¡Los únicos que ganan algo con toda esta mierda de las licencias son los pejes gordos! Esto es pa banqueros de bolita y los camajanes de la droga. No hay más na”.
El lavado del dinero producto del juego ilícito, ampliamente extendido en el entramado social cubano, la prostitución y la droga, esta última, afirmada en nuestro entorno a despecho de todas las operaciones ‘coraza’, pasadas y por venir, se perfilan como las variables ganadoras de este proceso. Parece ser que la amplia corrupción extendida como un cáncer por toda la sociedad cubana, posibilita que los actores aparentemente más opuestos a la ontología ‘revolucionaria’, podrían ser en la actualidad los más beneficiados con las terapias de choque económicas, que lleva adelante la administración del general presidente Raúl Castro con sus “reformas”.
Existe en la actualidad una licencia para cuentapropismo definida como “Licencia de acompañante” para turistas. Para algunos constituye el reconocimiento de la prostitución como fenómeno y un primer paso que acercaría al gobierno cubano a los estándares de Occidente que no criminalizan esta práctica. Curioso como esta licencia, es ciertamente la más moderada en términos de rigor tributario.
No obstante, la salida más rentable de acuerdo con un consenso cada vez más extendido es la conocida salida del país. Esta es atractiva como venga. Lo mismo da el controvertido PRE o Permiso de Residencia en el Exterior que la terminal salida definitiva del país. Una fórmula muy socorrida consiste en la búsqueda oficiosa de antepasados hispanos, para obtener la ciudadanía española y con ella, la oportunidad de emigrar o de obtener la ayuda económica que el Reino de España oferta a sus nacionales en el exterior.
Para ello, se mueven los más abracadantes mecanismos tanto desde la orilla cubana como desde la ibérica. Se da continuidad a un capítulo más enriquecido de corrupción que abarca trapicheos y corruptelas tanto en la Isla como en España. Certificados de nacimiento y defunción apócrifos, que garantizan la necesaria ascendencia hispana al negro más negro de Los Sitios o a la mulata más auténtica de Belén. Todo vale y llega precedido por el fracaso del modelo revolucionario, la decepción y la quiebra total de la moral ciudadana.
Una bella joven que hacía cola para obtener las planillas que se ofertan a los candidatos a súbditos de la corona española en la sede diplomática del Reino de España en La Habana, en respuesta a mis preguntas, me dijo con la más arrobadora sonrisa: “Tío, esta es la lucha de verdad. La que lo resuelve todo. ‘Tá’ bueno ya de parches, la licencia que es, está aquí. Lo mío es una licencia pa Pepe, pa vivir la vida real donde sea por cuenta propia
juanchogonzal@gmail.com
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