
20 de Junio de 2011
Escrito por Ilei Urrutia Álvarez
Él disfraza la rapiña con su evangelio particular,
allí la verdad es brutal
y retuerce la verdad misma.
Él congrega por el escarmiento
y su verbo solo es efectivo después de su fusil,
en su prédica se presiente un manual del homicidio.
Él tiene una coartada para dar el tiro de gracia,
una para evadir el combate cuando arrecia
y un teatro para que no lo maten si lo capturan.
Su objetivo nunca fue elevar niveles
sino reducir al suyo
porque su sueño era hacer su sueño el único sueño.
No hay comentarios:
Publicar un comentario