martes, 12 de julio de 2011

Cuba: no sólo el gobierno envejece



Las últimas cifras difundidas por la Oficina Nacional del Censo de la isla muestran que casi uno de cada cinco cubanos tiene más de 60 años de edad.

Roberto Casin | martinoticias.com 12 de julio de 2011

Foto: Reuters

Una anciana se busca la vida vendiendo merengues en una calle de La Habana.

La tendencia al envejecimiento se mantiene como un factor permanente en Cuba, donde de prevalecer las condiciones actuales los expertos estiman que dentro de dos décadas el 30 por ciento de la población tendría más de 60 años.

Por lo pronto, las más recientes cifras difundidas por la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE) indican que de poco más de 11 millones de habitantes que tiene la isla casi dos millones rebasaron esa edad, el 17,8 por ciento.

Los mayores porcentajes de personas en la tercera edad se registran en las provincias de Villa Clara (21,3 por ciento), La Habana (19,9 por ciento), y Sancti Spiritus (19,3 por ciento).

Hace una década, Cuba ya era considerada el país que más envejece en América Latina, cuando las estadísticas indicaban que el 13 por ciento de los habitantes superaban los 60 años.

Entre las razones oficialmente aducidas para explicar tal vuelco demográfico figura la misma que por motivos de prosperidad económica muestran las naciones desarrolladas: un aumento en las expectativas de vida.

Sin embargo, en Cuba, con indicadores económicos muy por debajo de la media mundial, la explicación descansa más en el alto índice de abortos que históricamente se ha practicado en la isla.

También, debido al acuciante déficit de viviendas en el país, son numerosas las parejas que rehúsan tener hijos o se limitan a la hora de tener familia, lo que incide negativamente sobre la tasa de fecundidad.

Aunque el envejecimiento de la población es un fenómeno que afecta globalmente a todo el mundo, en naciones pobres como Cuba los perjuicios son mayores.

Un reciente informe de Naciones Unidas destacó que el envejecimiento demográfico tiene importantes consecuencias en todas las facetas de la vida humana, “en el crecimiento económico, el ahorro, la inversión, el consumo, los mercados de trabajo, las pensiones, los impuestos y las transferencias intergeneracionales”.

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