viernes, 29 de julio de 2011

La bola perniciosa



José Alberto Álvarez Bravo/ Hablemos Press.

La Habana.― Aprovechándose, como ganancia adicional, del secuestro de la libertad de prensa, el régimen castrista ha abusado del mecanismo de la información subterránea, al que en Cuba llamamos “bola”.

La bola, pésimo sucedáneo de la información veraz y objetiva, siempre ha perseguido un fin avieso, preparando a la opinión pública para las peores contingencias o tratando de derruir la honra del adversario.

La policía política castrista, que en su tortuoso y maquiavélico proceder no se detiene ante nada, ha recurrido a la bola perniciosa para intentar degradar mi imagen pública, propalando el infundio de que en el robo legalizado de que fui objeto el 12 de julio de 2011, me fueron ocupados veinte mil dólares, mientras lo cierto es que los ladrones uniformados me robaron setenta y cuatro CUCs, destinados en parte a la manutención de mi anciano padre, de ochenta y siete años de edad, suma que tenía en mi poder como producto de mi labor como periodista independiente y de un modesto envío de los hermanos de Plantados.

Que el régimen recurra a métodos bajos para combatirnos no sorprende a nadie, pero sí es triste que algunos “opositores” se hagan eco de semejantes canalladas, evidenciando hasta satisfacción en prestar el servicio a la dictadura, sin detenerse siquiera ante la elemental pregunta de dónde salió esa fortuna.

Nada, que de todo hay en la viña del señor, y por sus obras los conoceréis.

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