jueves, 14 de julio de 2011

La merma histórica


Escrito por Odelín Alfonso Torna


Arroyo Naranjo, La Habana


julio 14 de 2011


(PD) Las viandas languidecen y el sol del mediodía machuca los vegetales que exhibe la tarima del Chino, en el agromercado del barrio capitalino de Diezmero, pero ni asomo de la rebaja por merma.

Al fondo del centro comercial, las carnes de cerdo y carnero, que llegaron hace horas, son pasto de las moscas. Pero la rebaja por merma sigue sin aparecer.

Hace menos de tres años, a raíz de la hambruna que dejó el paso de tres huracanes por Cuba en el último trimestre de 2008, los Mercados Agropecuarios Estatales (MAE) estaban desiertos. Eran entonces los Mercados Agropecuarios de Oferta y Demanda (MOD) los que mal apuntalaban, a precios exorbitantes, la mesa del cubano.

Los productos agrícolas no vendidos se recogían terminada la jornada y aparecían a la mañana siguiente en las mismas tarimas. Su rostro ya no era el mismo, pero el precio se mantenía. La política del tarimero era no rebajar los productos y el que se atreviera a hacerlo, tenía sobre sí más enemigos que dientes una cabeza de ajo.

El Estado se propuso incentivar las siembras de ciclo corto y lograr un programa de acopio y distribución controlado. Supuestamente el surtido continuo rompería con las retenciones de productos en las tarimas. De esta manera los MAE estaban obligados a rebajar las viandas y hortalizas deterioradas, en tanto los MOD preferían mantener el precio y echarles los productos podridos a los cerdos.

La escalada de precios en los célebres MOD fue atacada por los reporteros oficiales. Productos como el plátano, las verduras y la carne de cerdo, desaparecieron de las tarimas. Los culpables de la debacle fueron los mismo de siempre, ese personaje maléfico e incógnito que llaman “el intermediario”. Fue blanco de la prensa oficialista más de una vez y sentenciado como el sujeto que establece los precios en la oferta y demanda.

La página pasó y aquel zafarrancho estatal que buscaba ahogar la oferta y la demanda no resultó. Con el resurgir de la actividad por cuenta propia, en octubre de 2010, el gobierno cubano autorizó a los particulares a vender productos agrícolas (actividad 142). Estos cuentapropistas pueden ubicar sus puestos de venta donde le plazca. Incluso, mediante el autorizo de los gobiernos locales y la tributación correspondiente, pueden habilitar tarimas dentro de los mismos Mercados Agropecuarios Estatales.

La medida ha generado no pocos conflictos entre tarimas particulares y estatales. En las tarimas administradas por el estado aún predominan los mismos productos, los de mayor control y distribución estatal: boniato, papa, arroz y alguna que otra variedad de frijol importado.

Ahora el fenómeno de la merma se revierte. Los MAE han reducidos sus ventas por la mala calidad de los productos. La merma se origina por el estancamiento en los centros de acopio (concentradores) y una ineficiente distribución. Los administradores de estos mercados se quejan ante las cámaras de la televisión porque los centros concentradores no despachan la merma rebajada de precio.

Caemos nuevamente bajo los efectos de la ineficiencia, amén de una política de precios totalmente dependiente y un mercado agropecuario liberado que gana en calidad y solvencia. Es la economía familiar nuestro principal quebranto histórico. Pero sobre esto último no existen políticas de auxilio ni reportajes en televisión.

odelinalfonso@yahoo.com

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