lunes, 7 de octubre de 2013

Vital servicio casi desmantelado


Vital servicio casi desmantelado

Deterioro evidente en el Programa de Dengue
 
Por Marga Parés Arroyo / Mpares@elnuevodia.com
En medio de una epidemia, el Programa de Dengue apenas tiene dos inspectores para el control de vectores para el área metropolitana, donde reside más de la mitad de la población de Puerto Rico. (angel.rivera@gfrmedia.com)
Entre la maleza  y el abandono -con filtraciones en el techo, olor a humedad, pocos materiales y escasos empleados- se encuentran las instalaciones del programa de Higienización del Ambiente Físico Inmediato (HAFI), sede  del Programa de Control de Dengue del Departamento de Salud.
De los 12 inspectores para el control de vectores que hay en toda la Isla, solo dos están asignados al área metro, región encargada de darle vigilancia preventiva y atender las querellas relacionadas al dengue en 16 municipios.
“No tenemos suficiente personal y este es un programa de mucha importancia, encargado de llevar orientación y educación, además del recogido de muestras de los casos sospechosos de dengue en 99 instalaciones de salud”, dijo la doctora Martha Patricia Cano, directora del programa, quien comentó que, aunque los casos sospechosos de dengue han bajado un poco, con 14,821 casos sospechosos hasta esta semana, continúa la epidemia de dengue.
Sequía de funcionarios
Uno de los puntos débiles que enfrenta el programa es la insuficiencia de funcionarios para poder atender todas sus tareas, problema que también sufren otros programas neurálgicos de Salud.
“Con la Ley 7 (de Emergencia Fiscal) y la Ley 70 (de retiro temprano o incentivado) se han ido como 100 inspectores. Estamos casi sin personal. Tenemos que empezar a reclutar, pero estamos en un momento (presupuestario) tan malo que no sabemos de dónde vamos a sacar el dinero para reclutar”, dijo el doctor Carlos Carazo, secretario auxiliar de Salud Ambiental.
El funcionario recalcó que cada solicitud de un nuevo empleado debe ser procesada por la Oficina de Gerencia y Presupuesto (OGP) para su aprobación, lo que dilata los trámites. Agregó que esta situación está provocando demoras en las operaciones normales de la agencia, como, por ejemplo, las inspecciones en establecimientos de comida, aunque, según dijo, estas se siguen haciendo.
Sobre el estado de deterioro en que se encuentran las instalaciones del programa HAFI, comentó que probablemente estos sean trasladados a otra dependencia de la agencia.
“Quedan tan pocos empleados que no vamos a gastar $400,000 en renovar las facilidades. Quizás lo que se haga es dejar allí los plaguicidas”, sostuvo sobre las oficinas que cobijan a la doctora Cano, dos inspectores, una empleada en destaque de la División de Dengue del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades y un guardia  para velar por las maquinarias y líquidos de asperjación  guardados en un almacén sucio y deteriorado.
Situación difícil
“Ante la crisis, hemos tenido que reestructurarnos y estamos en un proceso agresivo de reclutar inspectores”, dijo Rosa Hernández, secretaria auxiliar de  Reglamentación y Acreditación de Facilidades de Salud (Sarafs).
Como ejemplo del estado en que se encuentra la agencia, Hernández comentó que mientras en el 2008 contaban con 78 empleados, actualmente tienen 51. 
“Con la Ley 7 (de Emergencia Fiscal) y los retiros, las personas con basto conocimiento y más  experiencia se fueron. Eso nos ha colocado en una situación difícil”, reconoció.
Además de carecer de empleados para inspeccionar las farmacias, la Sarafs también escasea de suficientes inspectores para supervisar y fiscalizar a los laboratorios clínicos,  ambulancias,  artistas dermatógrafos (que hacen tatuajes y “body piercing”), el programa Medicare y personal para emitir los certificados de salud y los certificados de necesidad y conveniencia. Además, solo tienen  10 personas para inspeccionar  las instalaciones de salud de la Isla, que además de hospitales, incluyen salas de emergencia y centros de diálisis y rehabilitación, entre otros lugares.
Problemas a la vista
“La función normal de la agencia es velar por la salud pública del País para que  se mantenga en óptimas condiciones. De no hacerlo, podrían surgir problemas como el del Hospital (de la Universidad de Puerto Rico) en Carolina”, sostuvo el doctor Ibrahim Pérez, exdirector médico de Salud.
Según el galeno, es importante que, antes de expandir programas y servicios, la agencia se concentre en fortalecer sus funciones inherentes para evitar el posible desarrollo de epidemias, brotes y otros problemas de salud pública.
Por su parte, Enrique Baquero, de la Asociación de Hospitales, comentó que, aunque los hospitales tienen que cumplir con una serie de acreditaciones adicionales a las de Salud (como las de la Comisión Conjunta para la Acreditación de Organizaciones de Cuidado de la Salud), es importante  el ojo inquisitivo de Salud para que las  facilidades de salud no bajen la guardia y mantengan sus niveles de calidad altos.
“Hay que estar encima, si quieren mantener la calidad de los servicios porque, si no, la gente se descuida y empiezan los problemas”, subrayó.

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