MIÉRCOLES, 13 DE NOVIEMBRE DE 2013 00:14
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Cuba actualidad, Cidra, Matanzas, (PD) Resulta más que evidente que los principales adversarios de la dictadura castro-comunista son la Internet, el odio y el tiempo.
El daño que estos atrevidos contrincantes ocasionan al ineficiente sistema político-económico copiado por error de los otrora regímenes totalitarios de Europa Oriental, es voluminoso.
Más de ocho décadas de vida han desgastado la salud y la inteligencia de los conocidos líderes del totalitarismo cubano. Hoy, como babosas pegadas a un trozo de madera húmeda, éstos se aferran al poder que alcanzaron en 1959 y que sostienen por medio del terror, la mentira y la violencia.
Y es que el tiempo, esa categoría filosófica que "nunca perdona" -según ha afirmado con razón el popular cantante mexicano Juan Gabriel-, les juega una mala pasada. Es corto el plazo que tienen para demostrar el supuesto éxito de la denominada actualización del modelo económico. Ni sus propios partidarios creen que eso sea posible en un país desordenado y asfixiado por la corrupción oficial.
Ya no es posible que un grupúsculo de ancianitos, desesperados por los continuos fracasos de sus anacrónicos proyectos socialistas, logre el éxito que nos han prometido durante más de cinco décadas. Lo mejor que harían es retirarse de la escena pública y abrirles paso a la juventud, porque sus cacareadas victorias son cosas de un pasado lejano.
Daño le hacen al país cuando reprimen a quienes generan iniciativas para mejorar el estado de la nación. El odio contra los trabajadores por cuenta propia, los opositores y demás actores de la sociedad civil que se esfuerzan por cambiar la desastrosa situación en que sobrevivimos, los descalifica ante la opinión pública. La censura, los encarcelamientos y las golpizas no matan el hambre.
Ridículo es que impidan a los nacionales el libre acceso a Internet. No puede hablarse de libertad para acceder a la red de redes si muchos sitios web son bloqueados con el insano propósito de que las personas –sobre todo, los jóvenes- no conozcan la realidad del mundo que les falsean.
Los cuantiosos recursos materiales y humanos que emplean para vigilar y acosar a los buenos ciudadanos y ciudadanas deberían emplearlos en la estimulación de un amplio y auténtico debate nacional en que se aborden los problemas que nos agobian. Sería bueno analizar cómo liberar la economía y crear mecanismos que permitan a la población ejercer con libertad sus derechos fundamentales.
Desorganizan aún más la economía los líderes del partido comunista y del gobierno cuando sus partidarios incumplen la jornada laboral, tras recibir órdenes de rodear las viviendas de opositores y apedrearlas. El tiempo empleado en actos represivos y campañas ideológicas y politiqueras afecta los niveles de producción y los índices de eficiencia económica.
Especialistas en psicología han reconocido los perjuicios que ocasionan a la salud mental de las personas los escandalosos y violentos mítines de repudio que organizan y dirigen los agentes de Seguridad del Estado contra los demócratas de la oposición. Las heridas provocadas a los librepensadores por ellos y por los grupos de gamberros que en ellos participan, avergüenzan a muchos comunistas decentes.
La mejor evidencia para demostrar la inutilidad de estos crímenes de lesa humanidad perpetrados por los castristas es el hecho de que mientras más éstos recrudecen la represión contra la población, más se aíslan de la comunidad internacional y del pueblo que los desprecia. De poco sirven estas transgresiones de las buenas costumbres, si el crecimiento de la oposición resulta indetenible.
Ninguna acción de "países enemigos" ha dañado más la imagen del régimen que sus propios actos crueles, inhumanos y degradantes. La mentira y las torturas aplicadas en las cárceles, centros temporales de detención y en plena vía pública contra la ciudadanía –incluidos mujeres y niños- no sólo demuestran la furia que los mueve, también manifiestan que el odio, la Internet y el tiempo son sus enemigos capitales.
Para Cuba actualidad: sanchesmadan61@yahoo.com
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