El Gallo de Morón, primera víctima de los actos de repudio
Su historia es muy inestable producto del ensañamiento y el fanatismo, como si fuera estatua ecuestre de un caudillo
miércoles, febrero 5, 2014 | Reinaldo Emilio Cosano Alén | 0 Comentarios
LA HABANA, Cuba, febrero -El apuesto Gallo de Morón, instalado en el pueblo de ese nombre, provincia Ciego de Ávila, quedó mudo. El mecanismo de audio del famoso animal dejó de funcionar hace meses. El gobierno no acaba de repararlo. Tantos contratiempos hacen pensar que el anciano gallo de bronce nació con mala pata.
De encopetada cuna, es hijo legítimo nada menos que del Presidente de la República, Fulgencio Batista y Zaldívar y su esposa la Primera Dama, Martha Fernández de Batista, quienes inauguraron la escultura el 11 de septiembre de 1955 entre prolongados vítores, aplausos, bombos y platillos en gran fiesta popular. El Gallo quedó investido de facto como regente de la ciudad, porque con su canto a las seis de la mañana y seis de la tarde pone en movimiento a los moronenses. Sin embargo, ahora no puede, está mudo.
Fueron pocos los años de gloria como símbolo de la ciudad. Batista huyó la madrugada del 1 de enero de 1959 y en fecha tan próxima como el 6 de febrero de 1960, un extremista del Ejército Rebelde, acompañado de varios secuaces, lo derribaron, llevados por la insensatez de que representaba a la dictadura batistiana, cuando en realidad Batista había cumplido el deseo popular de Morón de tener su símbolo local patrimonial. Por suerte, los vándalos no destruyeron la escultura, sino dejaron intacto al Gallo sobre el pavimento.
El hecho provocó la repulsa ciudadana, y la pieza fue puesta nuevamente en su pedestal.
Otro grupo de fanáticos que también consideraban batistiano al Gallo, poco tiempo después no solo lo derribó, sino lo hizo añicos, para que no fuera posible devolverlo a su base. El Gallo no pudo ser reconstruido. Hubo nuevas protestas. El gobierno local encargó confeccionar una nueva escultura, pero nunca se terminó. Continuaban las protestas y reclamos.
Finalmente, los famosos escultores Armando Alonso y Rita Longa crearon la actual versión, situada ahora a la entrada de la ciudad a nivel del suelo, como para que a ningún otro loco se le ocurra tumbarlo.
Recuerdos de Sevilla
Recuerdos de Sevilla
El Gallo de Morón era un antiguo anhelo local desde el siglo XVIII. Un grupo numeroso de inmigrantes españoles, procedentes de Morón de la Frontera, Andalucía, se asentó en esa porción del suelo cubano al que pusieron nombre y querían además una réplica simbólica del Gallo que habían dejado atrás, en la provincia de Sevilla. El viejo sueño fue finalmente cumplido por Batista.
Cuando en 1960 algunos trasnochados derribaron a mandarriazos el Gallo relacionándolo con la caída de una dictadura, tampoco tuvieron visión para comprender que se iniciaba una nueva dictadura, peor y mucho más larga, antítesis del progreso.
Cuando en 1960 algunos trasnochados derribaron a mandarriazos el Gallo relacionándolo con la caída de una dictadura, tampoco tuvieron visión para comprender que se iniciaba una nueva dictadura, peor y mucho más larga, antítesis del progreso.
Los vándalos moronenses que derribaron en 1960 la estatua del inocente gallo, no sabían que, al hacerlo, realizaban uno de los primeros “actos de repudio” que hasta hoy continúa orquestando el régimen contra sus críticos y oponentes.
Esas manifestaciones de histeria colectiva inducida por el poder, continúan siendo utilizadas para reprimir y acallar cualquier expresión de disidencia pacífica, lo mismo contra las Damas de Blanco que contra y cualquier miembro de la sociedad civil.
Finalmente, los moronenses, ofendidos por la pérdida patrimonial, tienen un nuevo Gallo, instalado el 2 de mayo de 1982, pero por el momento está mudo, temeroso de su suerte y contemplativo.
cosanoalen@yahoo.com
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