miércoles, 14 de mayo de 2014

Defender “nuestras verdades”

Julio César Álvarez
Cuba actualidad, Santos Suárez, La Habana, (PD) Defender "nuestras verdades" sin actitudes vergonzantes ni temor a ser acusados de oficialistas es la nueva misión de los intelectuales cubanos.
Ahora los escritores y artistas deben luchar por lograr la unidad en sus filas, pero sin la falsa unanimidad, sin la simulación, sin las consignas, y sin la retórica que los ha caracterizado a lo largo de medio siglo.
El presidente Raúl Castro, los ha exhortado a ello al afirmar: "Soy un enemigo absoluto de la unanimidad". Una afirmación tan sorpresiva como incomprensible en un mandatario que no tolera oposición alguna, dado que la unidad monolítica de criterios ha sido y sigue siendo la estrategia fundamental de supervivencia de la Revolución Cubana.
Pero según el primer vicepresidente cubano, Miguel Díaz-Canel, "tenemos que saber diferenciar al que plantea dudas y criterios con honestidad en nuestros espacios de debate, del que busca notoriedad, sobre todo fuera del país, con posiciones oportunistas". Léase al que deje de adular con la pluma a los gobernantes y llame a las cosas por su nombre sin eufemismos hipócritas.
El segundo al mando de la nave cubana también ha animado a los intelectuales y artistas a desmontar en las redes sociales y demás publicaciones de la isla el "oportunismo de aquellos que quieren marcar distancia y convertirse en personajes haciendo guiños al enemigo".
Esta exhortación se parece mucho a la versión digital de los actos de repudio contra los opositores.
Cómo librarse de la acusación de oficialistas si el gobierno sólo les permite defender las verdades que dan lustro y esplendor al régimen, jamás las verdades que lo empañan al mostrar los trapos sucios, imposibles de lavar en una plaza pública revolucionaria.
Cómo librarse de la acusación de oficialistas si siempre tienen su pluma dispuesta para adular y alabar a los gobernantes, pero emulan con Torquemada a la hora de criticar y satanizar a los opositores.
Cómo librarse de la acusación de oficialistas si el gobierno los usa como soldados para enfrentar lo que considera una guerra ideológica del enemigo.
Los obstáculos y condiciones que el gobierno impone a los intelectuales cubanos para la libre expresión y creación serán siempre las mejores armas para mantenerlos sujetos a la carroza oficial. Bajo esas condiciones, los intelectuales no son más que esclavos de las políticas culturales del gobierno.
La falsa unanimidad, la simulación, las consignas, y la retórica seguirán presentes en los espacios de los escritores y artistas cubanos mientras el gobierno sólo les permita expresar "nuestras verdades".
Los intelectuales no sólo tienen la obligación de exponer "nuestras verdades", sino que tienen también la obligación de denunciar nuestras mentiras sin miedo a que el gobierno los acuse de oportunistas con la trasnochada excusa de "querer marcar distancia y convertirse en personajes haciendo guiños al enemigo".
De otra manera, sólo seguirán siendo simples empleados del gobierno, que les paga poco al mismo tiempo que los censura con largueza.
Para Cuba actualidad: ajuliocesar68@gmail.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario