domingo, 8 de mayo de 2016

Migrantes en Panamá: ¿Por qué se van de Cuba?


Conversamos con algunos en la localidad de Paso Canoas

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Migrantes cubanos en un albergue (Foto: EFE)
Migrantes cubanos en un albergue (Foto: EFE)
PASO CANOAS, Panamá.- Con la comunicación oficial de una rápida salida desde territorio panameño hasta México, y de allí hasta Estados Unidos, los cubanos que se encuentran en Paso Canoas están muy animados y optimistas, y al mismo tiempo, agradecidos al gobierno de Panamá, de manera especial a su presidente Juan Carlos Varela, por su gesto solidario y humanitario en pos de solucionar lo que se convirtió en verdadera crisis migratoria.
Se espera que en los próximos días se comience un proceso que logre trasladar a los más de 3 000 cubanos, algunos por más de tres meses en este país, lo que ha sido declarado por el presidente en entrevista a la televisión nacional y a otros medios de prensa.
En medio de la alegría y los preparativos del viaje, nos acercamos a varios migrantes con la intención de ahondar en dos aspectos fundamentales: uno, el motivo por el que decidieron salir de Cuba, el otro, su opinión respecto a la solución del conflicto por parte de las autoridades panameñas.
Los primeros entrevistados se encontraban en el humilde centro de salud de la localidad de Aserrío, provincia de Chiriquí, en trámites de su vacunación para actualizar su estado de salud con fines de viaje.
Una joven doctora pediatra, procedente de La Habana, nos dijo: “mi perspectiva fue viajar, conocer otros lugares, estoy aquí por casualidad. Pensé regresar a Cuba, pero algunas amistades me motivaron a emprender este viaje. La esperanza que alberga mi corazón es que se dé una solución rápida al problema migratorio, que ciertos países abran sus fronteras, para que todos puedan seguir rumbo a su destino, pues no solo hay cubanos, los que ya tenemos una respuesta, sino cientos de africanos”.
Un joven técnico veterinario del centro de Cuba, se mostró muy comunicativo al referirnos: “Me sentía reprimido; siempre me ha gustado decir lo que pienso, eso en Cuba es imposible porque te desaparecen. No veía avances en mi vida, estaba detenido en el tiempo”.
Un diseñador habanero que viaja con su pareja, una joven colombiana, expresó: “Dejé Cuba por la situación económica, quiero ayudar a mi madre y hermanos. Desde allá no podía hacer nada por ellos, la situación es cada vez más difícil, busco oportunidades de trabajo”. Su pareja es una joven asesora comercial de la localidad de Pereira, Colombia, y comentó: “Mi país es muy corrupto, hay mucha delincuencia, violencia, narcotráfico y por más que quieras estar apartado de estas cosas, siempre corres el riesgo de involucrarte indirectamente a través de amistades o familiares”.
Todos coincidieron en agradecer al gobierno panameño su disposición de ayudar a solucionar un conflicto que en el fondo no es de ellos; muy particularmente, al presidente del país, que ha dado muestras de su “poder de decisión con sabiduría y justicia”.
En un bus procedente de la frontera entre Panamá y Costa Rica rumbo a David, viajaban dos cubanas que hacían sus compras de alimentos en los mercados locales. Una es licenciada en Cultura Física, la otra cursaba el tercer año de la carrera de Derecho; ambas coincidieron en la idea de haber dejado Cuba por cuestiones políticas, por desacuerdo con su régimen y su economía, igualmente encontraron muy acertada la disposición del gobierno de Panamá por las gestiones realizadas para solucionar la crisis.
La tarde del pasado domingo, se encontraban muchos migrantes cubanos en uno de los ríos de San Isidro, en las cercanías de la frontera, algunos procedentes de Santa Clara, Ciego de Ávila, La Habana y Cienfuegos. Coincidieron en algunos puntos: no se sienten realizados, no encuentran la forma de salir adelante, no tienen las condiciones mínimas desde el punto de vista económico, no están de acuerdo con el gobierno cubano y con su política, no quieren sentirse obligados y reprimidos. De igual forma, están convencidos de poder seguir adelante, triunfar en la vida y con mucha disposición de trabajar como sea y donde sea. En ellos no se logra percibir una toma de decisiones por sí mismos, sino la influencia motivacional de amistades y familiares que ya han pasado por la experiencia migratoria.
La mañana del martes, en el café del centro comercial Jerusalén, pregunté a varios de mis compatriotas, algunos de Las Tunas y otros de Camagüey. Todos coincidieron en el motivo económico. No obstante, uno de ellos recapacitó y, con método socrático, los llevó a la reflexión acerca del verdadero origen de sus males y sus dificultades económicas. Luego de un breve, pero interesante debate, rectificaron y declararon que la política y sus gobernantes son los causantes de la difícil situación del país.
De manera general, los cubanos que protagonizan el éxodo se pronuncian abiertamente contra el régimen de los Castro, pero esta postura política suele dispersarse un tanto y quedar en un segundo plano. El “sueño americano” resulta más poderoso que una verdadera actitud de firmeza política. Las carencias materiales, la represión y el aislamiento los han conducido a asumir una determinación que podrá atenuar sus penurias; pero no a interiorizar la verdadera causa de sus males, de ahí la conocida respuesta que se reitera al intentar conocer la causa de su partida de Cuba: “por motivos económicos”.
En medio de los preparativos, continúan llegando los últimos cubanos procedentes de Puerto Obaldía. Ya se ha impedido el avance de migrantes desde este sitio. Al otro lado de la frontera, en territorio costarricense, el panorama es totalmente diferente. Cientos de africanos siguen varados en condiciones infrahumanas. Según declaraciones de José Obando, funcionario de la Cruz Roja de Panamá, la fiebre y las diarreas de origen infeccioso ya golpean la salud de estos migrantes que no han tenido la misma suerte de los cubanos; pero que de igual forma luchan por sobrevivir en medio de la adversidad.
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ACERCA DEL AUTOR

Alberto Roteta Dorado

Alberto Roteta Dorado

Dr. Alberto Roteta Dorado. Cienfuegos, Cuba, 11 de enero de 1965. Graduado de doctor en medicina, especialista en medicina general integral y pediatría por el Instituto Superior de Ciencias Médicas de Villa Clara y de Máster en Ciencias y especialista de segundo grado en endocrinología por la Universidad Médica de Cienfuegos. Ejerció su profesión de médico por más de veinticinco años en Cuba. Profesor auxiliar de pediatría y endocrinología, se dedicó al magisterio por más de veinte años. Actualmente radicado en Quito, Ecuador, continúa ejerciendo su profesión. Ha realizado estudios de filosofía, antropología y teosofía. Presidió en su ciudad natal la Fundación Cultural “Oasis Martiano” desde 1993 hasta su salida de Cuba en 2014. Presidente de honor de dicha institución. Dictó conferencias sobre temas martianos y filosóficos en diferentes instituciones cubanas como: Fundación Cultural “Oasis Martiano”, de Cienfuegos, “Memorial Presidente Salvador Allende”, de La Habana, entre otras. Tiene inéditos dos libros de ensayos sobre el sentido de la religiosidad y el pensamiento filosófico de José Martí.

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