domingo, 10 de enero de 2010

Almirante Francisco Díaz Pimienta



Firma del Almirante

Antonio J. Molina nació en Santi Spíritus, Cuba en
1928 y desde 1962 reside en Puerto Rico. Escritor de varios
libros, folletos, dramas, cuentos, poemarios, ensayos, compositor
de la suite "Seis ríos cubanos" y de canciones, dirigiendo
recientemente cortometrajes. Es pintor, crítico de arte, y asesor
cultural de distintos organismos. Pertenece al Cuerp Consular
de Puerto Rico. Es Caballero de Malta. El Rey de España le
concedió la Orden de Isabel la Católica en 1992. El Senado de
Puerto Rico lo honró en ceremonia pública por sus 40 años de
servicio a la cultura.


Francisco Díaz Pimienta

Almirante, valiente marino y constructor de barcos

El más ilustre habanero del Siglo XVII

(1596-1652)


FRANCISCO DÍAZ PIMIENTA, HIJO
GENERAL Y ALMIRANTE DE LA ARMADA DE INDIAS.


Por Antonio J. Molina


Academia de Artes y Ciencias

Sociedad Económica de Amigos del País

Puerto Rico

2009


El conocido geneologista e historiador

Conde de San Juan de Jaruco* relata que

a mediados del siglo XVI, procedente del

Reino de Portugal se estableció en las Islas

Canarias la familia Díaz Pimienta, radi-

cándose en La Habana en la primera

mitad del siglo XVII. El portugués Capitán

Diego Díaz Pimienta casó en Canarias con

Doña Mayor Franco y tuvieron por hijo a

Don Pedro Díaz Pimienta y Franco, quien

fue Tesorero General, Regidor y Teniente

de Capitán General de Tenerife. Testó el


16 de diciembre de 1612 ante Juan de

Pineda. Casó en Garachico con Doña

María Román y tuvieron por hijos a:


1) Capitán Pedro Díaz Franco, Alcalde de

Garachico, fallecido en la Habana el 20 de

marzo de 1629. Había casado con Ana

Ferra.


2) Doña Catalina Díaz Pimienta y Román.

Casó con Don Esteban Llarena Calderón,

natural de Orotava, Canarias, regidor de

la isla de Tenerife.


3) Doña Felipa Díaz Pimienta y Román.

Casó en Puntallana, isla de La Palma, con

Don Luis Hernández y tuvieron por hijos a:


a) Doña María Francisca Díaz Pimienta,

natural de La Palma quien casó con Don

Alonso Camacho que fue quien llevó al Rey

desde La Habana el cobre sacado de las

minas de Santiago de Cuba, y en 1623

peleó en las costas de la Isla contra los

corsarios. Tuvieron por hijo a Don Diego

Camacho Pimienta, Capitán de Infantería

de La Habana y que fue Alférez en los

galeones del Almirante Francisco Díaz

Pimienta.


b) Doña Juana Díaz Pimienta. Falleció en

La Habana el 15 de septiembre de 1631.

Casó en dicha capital con Don Pedro

Antonio Rabasa el 24 de enero de 1595, y

en segundas con Don Alonso Ferrera*,

Alcalde de La Habana en 1613.


c) El Lcdo. Gaspar Díaz Pimienta,

Presbítero. Falleció en la Habana el 2 de

septiembre de 1649.


d) Don Francisco Díaz Pimienta. Fue

Alcalde de la Habana en 1623, fabricante

de galeones. Falleció en dicha ciudad el 22

de mayo de 1631.


e) Don Diego Díaz Pimienta fue Contador

de la Real Hacienda y Alcalde de la

Habana en 1635, donde falleció el 9 de

junio de 1647.


Don Francisco Díaz Pimienta y Román,

llamado "el Viejo" natural de La Palma,

Canarias, donde fue Regidor, Maestre de

Campo General de las Milicias de la

referida isla, Castellano de la fortaleza de

Santa Catalina, uno de los mejores mari-

nos de la época, habiéndose encontrado

en la famosa batalla de Lepanto el 7 de

octubre de 1571. Fue facultado por el Rey

para fundar Mayorazgo en unión de su

mujer por escritura de 24 de marzo de

1607 ante Miguel Brito, escribano de

Palma. Casó con Doña Beatriz Rodríguez

de Acosta.


Don Francisco Díaz Pimienta y Román y

Doña Juana Pérez de Mendizábal tuvieron

por hijo al que es motivo principal de esta

obra:


El General Francisco Díaz Pimienta y Pérez

de Mendizábal, nació en La Habana, en

1596, importante constructor de bajeles en

dicha ciudad, que llegó a ser Almirante de

las Flotas y Armada Real de la Guarda de

las Indias*, Mar Océano y de las costas de

Andalucía. En 1633 Almirante de la flota

de México (a cargo del General Lope de

Hoces), Maestre del Consejo de Guerra y

Gobernador en propiedad de la Real Ar-

mada, Capitán General de la isla de

Menorca, Virrey de Sicilia y Caballero de la

Orden de Santiago en la que ingresó el 23

de julio de 1642 (véase el Asiento 151, pág.

134, tomo 1 de "Los Americanos en las

Ordenes Nobiliarias" del historiador Don

Guillermo Cohmann Villena). Una de sus

proezas más importantes fue ir con 12

barcos (casi todos construidos en La Ha-

bana) e infringirle una gran derrota a los

ingleses a los que sacó a cañonazos de las

islas Santa Catalina y Providencia, ha-

ciendo muchos prisioneros y ganando un

cuantioso botín que tenían los piratas. De

este hecho publicó un libro que se editó en

Madrid en 1642.*


Cuando estaba en el apogeo de su fama en

todo el mundo conocido murió en combate

con los franceses en el asedio de 14 meses

en Barcelona en 1652 recibiendo grandes

honores póstumos.


Debiéndole la Corona millones de pesos oro

quiso compensar a la viuda Doña Alfonsa

Jacinta de Vallecillo y Ojeda, Ochoa y

Velasco, con el título de Marquesa de Villa-

Real de Burriel por Real Decreto de Carlos

II de fecha 14 de diciembre de 1671. Ella

era de origen noble, nacida en Portugalete

el 14 de noviembre de 1677, quien casó a los 15

años con el ya famoso y rico Almirante

habanero.


Según el historiador cubano Dr. Leví Ma-

rrero, Catedrático Eméritus de la Univer-

sidad de Puerto Rico y autor de una

veintena de libros, el Almirante Francisco

Díaz Pimienta le entregó a la corona espa-

ñola, en barcos suyos fabricados en La

Habana (1626) y otros bienes, nada menos

que 4,250,000 pesos en plata, más 578

marcos en perlas, 1,543,000 en metálico,

1,087,00 en añil, perlas, etc. más

1, 250,000 registrados en tierra firme que

suman más de 8 millones de pesos. Por

algo España no quería soltar a Cuba!*


Como dato curioso, en mi libro sobre

Mujeres en Cuba*, aparece una Juana

Díaz Pimienta quien se quejó al Rey de que

su esposo el Capitán Alonso Ferrara no

hacía vida marital pues ella vivía en Ca-

narias. El Rey ordenó que fuese con su

mujer y se llevase de Cuba su fortuna. Ella

ya estando en La Habana pidió tiempo para

poder vender las propiedades (1609). De

este apellido es José Ignacio Díaz Pimienta

e Hidalgo Gato que fue un virtuoso sacer-

dote habanero (1657-1739).


El historiador Francisco Calcagno* afirma

que Díaz Pimienta siguió la carrera de

armas como su padre, que pasó a ser el

primer náutico de su época y se batió en

Lepanto.


El historiador cubano José María Arrate en

su conocida obra publicada en 1761: "La

Habana, Llave del Nuevo Mundo y Ante-

mural de las Indias" dice: Fue hijo de esta

ciudad el Almirante Díaz Pimienta, como lo

expuso a S. M. el Rey, Fray Buenaventura

de Salinas, Comisario General de la Orden

de San Francisco en México, "con las

acciones memorables y empresas heroicas

de este general, que acreditaron en todo el

mundo su gran conducta, experiencia,

valor y fortuna, las que elogia y ensalza con

su delicada agudeza el ingeniosísimo Don

Lorenzo Gracián".


De esta familia Calcagno fue Don

Tiburcio Díaz Pimienta, nacido también en

La Habana en 1675, quien sirvió en los

Tercios de la Real Armada "estuvo en la

guerra primera sucesión y se halló en los

sitios y toma de Olivenza, Morón, Gelves,

Aranjuez y Jurameña". En la plaza de

Evora, gobernando él el castillo de San

Antonio, combatió y resistió al ejército

anglo-portuqués, combatiendo después jun-

to al General Berwick.


Otro Francisco Díaz Pimienta, sacerdote

jesuita lo vemos en La Habana en 1704

para establecer un colegio de la Compañía

de Jesús.*


Según el Conde de Jaruco, el Almirante

estuvo viviendo en La Habana en 1626 y al

año siguiente construyó dos galeones en-

cargados por el Rey. En unión del Capitán

Antonio Veloso, del más tarde Capitán

General de Galeones Don Juan Pérez de

Oporto y de su pariente el Capitán Alonso

Ferrara tuvo el primer astillero conocido

en La Habana situado en lo que entonces

era llamado "Boquete de los Pimienta". Se-

gún la historiadora norteamericana Irene A.

Wright, en su libro sobre La Habana,

asegura que el 13 de diciembre de 1629 fue

nombrado Superintendente de la Fábrica

de Navíos.*


El Rey le concedió el Señorío de Puente

Real (villa fundada por los Reyes Católicos)

que él compró a la Corona en 1646.


Su leyenda aumenta cuando a petición del

Gobernador de Maracaibo le pide ayuda

contra los corsarios y é expulsa a los

bandidos de la isla de San Martín. Trata

de hacer lo mismo con la isla de Tortuga

pero los piratas huyen por culpa del Go-

bernador de Santo Domingo que les avisa

a tiempo, que todo hay que decirlo.


De esta familia es Don José Gregorio Díaz

Pimienta y Roxas Sotolongo*, bautizado

en la Catedral de La Habana el 22 de

mayo de 1754, donde casó el 26 de marzo

de 1778 con Doña María Francisca Carri-

llo de Albornoz, de la familia cubana as-

cendiente de la abuela de la Reina Fabiola

de Bélgica.


Por otra parte Don Marcelino Díaz Pimien-

ta y Carrillo de Albornoz casó en 1822 con

Doña María de Loreto García Menocal de

la familia del Presidente de Cuba Ing. Ma-

rio García Menocal.


Don Pedro Santiago Díaz Pimienta y Pei-

zan, bautizado el 3 de julio de 1828, casó

con Doña Amalia Santoyo y Quintana,

prima de Don Rafael de Molina y Morejón,

nacido en 1799 en Matanzas, tatarabuelo

del autor de esta obra.


En mi libro "Mujeres en la Historia de

Cuba" aparece una María de los Angeles

Díaz Pimienta y González de la Torre

Urrutia, Gobernador de Guane, Pinar del

Río y después Gobernador de Cumaná.


Da la casualidad que Doña María Díaz

Pimienta, hija de los Marqueses de Villa-

rreal de Burriel (título que se le otorgó a la

viuda del Almirante), casada con el Mar-

qués de Ceballos, una hija de ambos,

según el genealogista Armand de Fluviá,

llamada María del Carmen Ceballos y Díaz

Pimienta casó con Don Felipe María de

Pinel y González de Bassecourt, segundo

Conde del Asalto del Morro (título cubano)

pariente cercano del Marqués de González

(también cubano, de los títulos dados por

Carlo III cuando la toma de La Habana

por los ingleses en 1762).


Volviendo al Almirante Díaz Pimienta, Don

Jacobo de la Pezuela afirma que nació en

La Habana y elogia su exitosa trayectoria.

Por su eficiencia en el mando llegó a

sustituir al gran Duque de Medinaceli en la

Capitanía General de Navíos del Rey. En

1625 está de nuevo en La Habana esco

giendo las maderas preciosas conque cons-

truye sus barcos, firmando un contrato

para dicha construcción el 12 de febrero de

dicho año, prometiendo que los terminaría

en 1627. El 18 de diciembre de 1629 fue

ascendido a Superintendente General del

Astillero de La Habana, que es el mejor que

tenía España. En 1633 dirige la famosa

flota que sale de Cuba*, sustituyendo a

Don Lope de Hoces Córdoba. Al año

siguiente tiene que regresar a España por

motivos de salud y es el tiempo de su

matrimonio. Es la época en "que puede

construir barcos de hasta 700 toneladas" y

Felipe IV lo proclama "gloria nacional".


Nuestro personaje se convierte en una

figura mítica "donde la bandera de su bar-

co siempre salió vencedora" hasta su final

en "aquel tenaz y sangriento sitio de

catorce meses que sufrió Barcelona donde

una bala de arcabuz le quitó la vida antes

que la plaza se sometiera, cuya batalla se

ganó al fin".

Con altos honores "fue enterrado en la

Ermita de San Andrés y toda la nación

lloró su muerte".

Por todo afirmamos que fue el habanero

más importante del siglo XVII.


Notas

1) El Conde de San Juan de Jaruco fue un

rico habanero que editó "Historia de las

Familias Cubanas", en 8 tomos, cuya obra

fue considerada por Don Vicente Cadenas,

fundador de "Hidalguía", la obra más

importante en su género en América Lati-

na, que no es poco decir.

2) Doña Juana Díaz Pimienta se quejó al Rey

que su esposo no cohabitaba con ella pues

él estaba en Cuba. El Rey le ordenó al

marido que se reuniese con ella como se

explica en esta obra (Archivo de Indias).

3) Toda la flota que iba a España con los

tesoros de América tenía que reunirse en

el abrigado puerto de La Habana.

4) Don Francisco de Lyra fue el impresor de

ese libro en Madrid, que hoy es tesoro de

coleccionistas. Es uno de los primeros

libros de autores cubanos. En la Biblio-

teca Nacional de Cuba, con sus 16 pisos,

había un ejemplar antes de 1959.

5) Las perlas, entiende el autor podían ser

del botín arrebatado a los piratas ingleses.

6) Ese libro "Mujeres en la Historia de Cuba",

donde hay 200 puertorriqueñas, fue pre-

sentado por el autor en la Mansión de la

América Latina, en el 2005, en París, con

gran asistencia de público, que participó

de la interesante tertulia posterior, y del

cóctel.

7) Calcagno publicó su Diccionario Biográfico

Cubano" en Nueva York, en 1878.

8) El autor acaba de escribir "Las Reserva-

ciones jesuíticas en Cuba", con datos casi

desconocidos.

9) Los cuatro barcos más grandes de la Ar-

mada invencible de Felipe II habían sido

construidos en La Habana. El barco más

grande en madera en toda la Historia, de 4

puentes, fue el "Santísima Trinidad" que

salió de los astilleros cubanos.

10) Los Roxas Sotolongo son de las familias

patricias de Cuba. Emparentaron con toda

la nobleza criolla.

11) El permanecer los barcos de la flota hasta

dos meses a veces, es lo que enriquece a

La Habana; el comercio aumenta y su

puerto en ese momento es de los más im-

portantes del Hemisferio sin duda alguna.


Bibliografía


El Conde de San Juan de Jaruco, "Historia de Familias

Cubanas", Habana, 1954.


Dr. Rafael Nieto Cortadellas, "Dignidades Nobiliarias

Cubanas", Madrid. 1954.


Elenco de Grandezas y Títulos Nobiliarios Españoles,

"Hidalguía", Madrid, 1991.


Armand de Fluviá, "Historia y Vida", Madrid, nov. de

1994.


Dr. Leví Marrero, "Cuba: Economía y Sociedad" (15

tomos) Madrid, 1975.


Antonio J. Molina, "Curiosidades Históricas", Imprenta

Ramallo, Puerto Rico, 1995.

Archivo del autor.


Por: Eduardo E. Rodríguez Candelario
Comunicador del OCPI.

El escrito histórico que acaban de leer es una contribución de un ilustre amigo cubano, director de la Unesco en Puerto Rico, Sr. Antonio J. Molina. Al quien tengo en gran estima y, agradecido y honrado por su aportación a mi página.

2 comentarios:

  1. En Chile continua la historia con el Capitán don Francisco Diaz Pimienta y Olivares..y su gran descendencia.

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  2. Y continua en Chile con Don Francisco Diaz Pimienta Calderon..

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