viernes, 31 de enero de 2014

Celac. Concilio de la infamia.


Celac. Concilio de la infamia.

Hombres que sabrán luchar, pueblos que podrán vencer
 unidos por la verdad, por el amor y el deber.  Obelleiro Carvajal

Hace décadas en las escuelas cubanas los niños y jóvenes interpretaban con mucho fervor el himno América Inmortal, en el que se hablaba de un continente con un fuerte compromiso con la libertad, y de ciudadanos con un profundo sentido de solidaridad y hermandad que trascendía fronteras.
Es difícil conocer cuánto se extendió ese cántico, o si en otros países se compusieron piezas similares con igual mensaje, pero la realidad es que las certidumbres que el compositor cubano Carvajal expresaba en su composición, han sido desde siempre desmentida por la conducta de la mayoría de la clase dirigente latinoamericana y en particular por sus políticos.
Un hito en ese desmentido ha ocurrido en La Habana,  porque aunque la  presencia de líderes políticos latinoamericanos  elegidos democráticamente en la capital cubana nos irrite, es en realidad una situación que no debe causar sorpresas, porque salvo contadas excepciones, los políticos del hemisferio han convivido con las dictaduras que han regido en el continente y han sido particularmente obsequiosos y complacientes con el totalitarismo castrista.
No es que los mandatarios latinoamericanos estén obligados a sacarle las castañas del fuego a los demócratas cubanos, pero la falta de decoro de la clase política latinoamericana hacia Cuba es ejemplo de ignominia y  desidia porque ese tipo de conducta ante una dictadura,  redunda en el relajamiento de la defensa de los valores democráticos en los ciudadanos del propio país del gobernante que acepta sin reparos, compartir con dictadores que reprimen y ejecutan si lo consideran conveniente.
Expresiones como la del ex mandatario brasileños Lula da Silva, en relación al preso político muerto en huelga de hambre, Orlando Zapata Tamayo o el almuerzo de la presidenta de Argentina, Cristina Fernández  con Fidel Castro, cuando estaban acosando y encarcelando a las Damas de Blanco y otros opositores en La Habana, son actos vergonzosos que muestran afición hacia los verdugos y no por las víctimas.
La cobardía de la clase política latinoamericana ante el castrismo trasciende ideologías y compromisos.
Las Cumbres Iberoamericanas de Jefes de Estado y de Gobierno aprobó en 1996 la Declaración de Viña del Mar en la que se reafirmaba el compromiso con la democracia, el pluralismo político, el estado de derecho y el respeto a los derechos humanos, conociendo todos los firmantes que ninguna de esas condiciones eran respetadas en Cuba.
Cinco años más tarde, 2001, en Lima,  Perú, se firmó la Carta Democrática Interamericana bajo la dirección de la Organización de Estados Americanos. 
La Carta resalta el compromiso de los gobiernos del hemisferio con la democracia, el respeto a la dignidad humana y la conservación de la institucionalidad democrática y señala que una situación que afecte gravemente el orden democrático en un estado miembro, es un obstáculo insuperable para la participación de ese gobierno en las diferentes instituciones de la OEA.
No obstante, a pesar de tales declaraciones, dos a falta de una, en La Habana, participando en la Cumbre de la Celac, se encuentran representados todos los gobiernos del continente, y el inefable José Miguel Insulza, que en su condición de secretario general de la OEA, hizo que las sanciones del organismo contra el régimen cubano fueran suspendidas.
Una vez más se ha demostrado que en la agenda de los gobiernos de América Latina no están reseñados compromisos con la democracia y menos aún solidaridad con los perseguidos, porque mientras los Presidentes comparten escenario con el opresor,  los activistas pro democracia de Cuba son encarcelados y acosados por la policía política.
Es una realidad que la primera obligación de un gobernante es defender los intereses del país que representa, pero a partir del momento en que acepta compartir un foro con proyecciones integracionista, establece un compromiso, al menos moral, de trabajar y asistir a quienes no disfrutan plenamente de sus derechos.
Los gobernantes latinoamericanos siguen actuando en contra de sus propios intereses y de los países que representan.  Convienen alianzas sin entrar a considerar que están negociando con individuos que odian el sistema que ellos personifican, y en consecuencia pueden convertirse en objetivo de sus eventuales aliados.
La solidaridad y la convicción de un destino común de libertad y democracia entre los pueblo del hemisferio es un cuento de caminos que se confirma cada vez que gobernantes electos democráticamente se pliegan a la voluntad de caudillos, que a la vez que aspiran a perpetuarse en el poder en sus países, procuran exportar el modelo de gobierno que defienden.
La Cumbre del Celac en La Habana es una ignominia más que comparten los gobiernos de América Latina con los Castro.







Pedro Corzo
Periodista
(305) 498-1714

EE UU: encarcelamiento de Alan Gross es un impedimento para las relaciones

EE UU: encarcelamiento de Alan Gross es un impedimento para las relaciones

La preocupación de Estados Unidos por la situación de los derechos humanos y de las libertades para el pueblo cubano permanece intacta
El contratista estadounidense, Alan Gross
El contratista estadounidense, Alan Gross
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martinoticias.com
La administración Obama reitero que el encarcelamiento del subcontrantista estadounidense Alan Gross por parte de las autoridades cubanas "es un impedimento" para acercar las posturas con La Habana, aunque haya habido avances por parte de ambos países.

El consejero adjunto de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Ben Rhodes, reconoció los pasos dados por las dos naciones para limar sus diferencias, como las recientes conversaciones en materia de inmigración, pero alertó de que Cuba continúa atentando contra los derechos humanos.

Agregó que "si nos fijamos en las Américas, ha habido un gran movimiento hacia un mayor respeto por los derechos humanos. Nos gustaría verlo en todas partes, incluida en Cuba".

Rhodes aseguró que la preocupación de Estados Unidos por la situación de los derechos humanos y de las libertades para el pueblo cubano permanece intacta y subrayó que las políticas que ha ejecutado el Gobierno de Obama respecto a Cuba siempre se han enfocado en las libertades económicas y políticas de los cubanos.

EEUU: Celac "traicionó" a la democracia con espaldarazo a Cuba

EEUU: Celac "traicionó" a la democracia con espaldarazo a Cuba

La declaración final de la CELAC traicionó la dedicación declarada de la región a los principios democráticos al respaldar el sistema unipartidista en Cuba, dijo el portavoz del Departamento de Estado.
Vista general de la primera sesión de la II Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac).
Vista general de la primera sesión de la II Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac).
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Estados Unidos acusó este martes a los países de América Latina y el Caribe de "traicionar" los principios democráticos, al respaldar el régimen cubano durante una cumbre regional en La Habana, dijo el portavoz del Departamento de Estado.

"Estamos decepcionados que la CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños), en su declaración final, traicionó la dedicación declarada de la región a los principios democráticos al respaldar el sistema unipartidista en Cuba", declaró el funcionario.

El gobierno estadounidense halló a la declaración "particularmente inexplicable" para una organización que "supuestamente apoya la democracia y los derechos humanos", señaló el funcionario del departamento de Estad, que solicitó el anonimato.

"Hallamos especialmente descorazonador e inconsistente que la CELAC decidió aceptar sin cuestionar las acciones represivas del país anfitrión para impedir a sus ciudadanos de expresar pacíficamente sus aspiraciones democráticas", afirmó.

Justamente el miércoles Estados Unidos animó a los líderes latinoamericanos que estaban en la cumbre de la Celac a reunirse con opositores cubanos durante su presencia en la isla.

"Urgimos a los miembros de la Celac a demostrar claramente su apoyo a la concentración pacífica y la libertad de expresión en las Américas", reiteró este jueves el portavoz de la diplomacia estadounidense.

La Nación: el ejercicio retórico de CELAC en La Habana

La Nación: el ejercicio retórico de CELAC en La Habana

Asegura el diario que la cumbre terminó presidida por el jefe de Gobierno del país anfitrión: en este caso, el dictador Raúl Castro.
Los presidentes de Colombia y Ecuador, Juan Manuel Santos (2i) y Rafael Correa (2d), posan junto a sus cancilleres, María Ángela Holguín (i) y Ricardo Patiño (d).
Los presidentes de Colombia y Ecuador, Juan Manuel Santos (2i) y Rafael Correa (2d), posan junto a sus cancilleres, María Ángela Holguín (i) y Ricardo Patiño (d).
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Martinoticias.com
El diario argentino La Nación publica este jueves que la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) acaba de concluir su reunión cumbre, celebrada en La Habana, Cuba, en el intento de crear un espacio común en una región que cuenta con una población total de 600 millones de habitantes,

Asegura el diario que es sintomático que la cumbre terminara presidida por el jefe de Gobierno del país anfitrión: en este caso, el dictador Raúl Castro.

Creado en 2010, en México, ese ente regional promueve fundamentalmente la integración y el desarrollo de sus miembros.

Asegura el diario que si esa integración se lograra, se trataría de la tercera potencia económica del mundo. Pero la realidad es bien distinta. En medio de una maraña de retórica inútil y de una diversidad innecesaria de instituciones que se suman y hasta se duplican, la integración latinoamericana parecía hasta no hace mucho avanzar tan sólo en el capítulo de la política.

Pero, declara La Nación, la notoria pérdida de influencia de la izquierda bolivariana, al hacerse inocultable el fracaso de sus estrategias, ha afectado seriamente el preocupante avance que se insinuaba en ese plano.

En lo económico, las visiones de los países son absolutamente disímiles. Mientras los del Pacífico abrazan la economía de mercado y la libertad de comercio, los del Atlántico se encierran en sí mismos y recurren al dirigismo y al proteccionismo. Algunos, como Venezuela y la Argentina, preocupan hoy seriamente al mundo porque evidencian el hundimiento de sus "modelos" mientras buscan a terceros a quienes culpar de sus propios errores. Están, por ello, empantanados en una altísima y destructiva inflación, con una pérdida vertiginosa de reservas, fuga de capitales y una sustancial ausencia de inversión externa.

Señala el diario que en procura de alejarse de EE.UU y Canadá, estos países terminan por aceptar las dictaduras marxistas gobernadas por partidos únicos, pese a que pisotean constante y abiertamente los derechos humanos y las libertades civiles de sus ciudadanos.

Apunta La Nación que, precisamente, el secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, al reunirse con el general Raúl Castro, se refirió a las detenciones arbitrarias de los opositores y le pidió públicamente que su país ratifique los pactos de derechos humanos que suscribió en 2008.

Redefiniendo valores.



Redefiniendo valores.
Por Rosa María Payá.

Culminó la reunión de los presidentes de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) o sus representantes en La Habana.
Durante la I Cumbre el mundo escuchaba que la CELAC nacía para afirmar la unidad latinoamericana y eliminar de la ecuación a los Estados Unidos. Todos sabían que era la alternativa de Fidel Castro y Hugo Chávez a la Organización de Estados Americanos y posiblemente también a las Cumbres Iberoamericanas.
Podría pensarse que el romanticismo anti-norteamericano se iba quedando obsoleto ante la falta de liderazgo actual de EUA en comparación a décadas anteriores. Pero no, destilar odio anti-yankee sigue siendo la excusa funcional para que violadores de derechos humanos continúen reprimiendo sin ser cuestionados y ganando más de una simpatía entre ingenuos y oportunistas.
Estos últimos parecen no haber visto el apretón de manos entre el dictador de turno y Barack Obama. Ni el bajo perfil de la Casa Blanca ante el barco norcoreano cargado de armas cubanas violando las sanciones estadounidenses y de la ONU, y poniendo en peligro la seguridad del Canal de Panamá.
La alta clase política no parece ver el peligro de que la organización regional que se perfila como la mayor y más importante de las Américas sea el bebé de los dos gobiernos más antidemocráticos de toda la región.
Está controlada por un hombre que llegó al poder de manera dinástica como parte de una dictadura que jamás ha sido elegida por sus ciudadanos y que se torna cada vez más violenta.
Veamos algunos hechos aparentemente inconexos. En el 2010, luego de dejar morir al preso político Orlando Zapata Tamayo, el gobierno cubano no dejó entrar al país al relator de la ONU contra la tortura. El Secretario General Ban Ki-Moon, ya está en La Habana, quizás con la condición de no hacer preguntas.
Desde hace dos años la represión contra la sociedad civil cubana y venezolana solo ha ido en aumento. Durante el 2013 se documentaron más de 6000 detenciones arbitrarias por motivos políticos en Cuba, mientras miembros de la oposición en Nicaragua temen por sus vidas y escapan al exilio.
Oswaldo Payá, líder de la disidencia cubana y gestor de la mayor movilización ciudadana independiente de los últimos 55 años, muere en un atentado luego de una persecución por miembros de la Seguridad del Estado de la Isla, sin que las autoridades cubanas reciban aún ninguna consecuencia.
Nicolás Maduro toma el poder en Venezuela luego de elecciones evidentemente fraudulentas, y es inmediatamente reconocido por el ejecutivo de toda la región. La pasada Cumbre Iberoamericana en Panamá se realizó con la ausencia de la mayoría de los mandatarios.
Hace más de 4 años que los mandatarios de la OEA decidieron dejar sin valor la expulsión de Cuba y, a pesar del desprecio profesado y expresado por el gobierno cubano hacia su Secretario General y hacia la organización, José Miguel Insulza está en La Habana con motivo de la CELAC.
Probablemente a cambio intentará que el gobierno cubano participe en la Cumbre de las Américas en el 2015.
El nuevo orden regional es una expresión más de la hemiplejia moral de los actuales presidentes latinoamericanos cuando se trata de los derechos humanos de los cubanos.
Se vuelve a callar el sufrimiento de un pueblo que lleva más de 65 años sin participar de elecciones libres y plurales. Pero no puedo evitar sentirme retórica al mencionarlo porque todo el mundo --desde el Parlamento Europeo, hasta el gobierno español, hasta las relatorías de Naciones Unidas, saben que las reformas en Cuba son un fraude, que mi padre murió en un atentado luego de muchas amenazas de muerte del gobierno cubano, y que todos los días se violan derechos fundamentales en mi país.
Sin embargo, la mayor parte de estos poderosos actores parecen estar todo el tiempo pretendiendo.
Así encontramos a Ban Ki-Moon visitando La Habana y felicitando a los dictadores por sus supuestos avances económicos, mientras algunos de los estados más antidemocráticos del planeta dominan el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas.
Y es que si no se está actuando, se está cediendo terreno, y uno muy preciado: el de los valores de base de la democracia, que parecen ahora redefinidos a fin de no poner en evidencia la hipocresía.
¿De qué otra manera se entiende a Raúl Castro jactándose de conservar la pena de muerte ante toda América Latina, en su aceptación de la presidencia pro tempore de la CELAC?
Los populistas con tintes totalitarios que Cuba ha fomentado muestran su agradecimiento, pero los ciudadanos al sur del Río Bravo, que ven cómo cambia el color político pero sigue la corrupción y la manipulación, comienzan a despertar. Los cubanos sabemos que solo nosotros podemos conducir nuestro país hacia la verdadera democracia, y constatamos la insolidaridad y el doble estándar internacional.
La esperanza vuelve a la persona, al ciudadano que es quien tomará la última decisión. Es hora de reaccionar como hermanos latinoamericanos para detener la amenaza que el gobierno cubano y el pensamiento antidemocrático significan.
Contamos con nosotros mismos.

Yoanny Sanchez llega a Miami - América TeVé



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