domingo, 30 de noviembre de 2014

UN DIA COMO HOY, EN LA HISTORIA DE CUBA: ESCUDO DE ARMAS DE LA HABANA.

POR: GUIJE CUBA



El 30 de noviembre en la Historia de Cuba

• 1665 -

- Escudo de Armas de La Habana.

Emeterio S. Santovenia en “Un Día Como Hoy” de la Editorial Trópico, 1946, páginas 675-677 nos describe los acontecimientos del 30 de noviembre de 1665 en la Historia de Cuba:

   “Muchas de las poblaciones fundadas en Indias por los castellanos nacieron provistas de títulos y preeminencias notables. Otras no llegaron a poseer tales galardones sino por la acción del tiempo y de sus esfuerzos propios. La Habana, cuyo cabildo municipal fue desde lejanos días guardián de los prestigios y las distinciones que iban mereciendo primeramente la villa y después la ciudad, figuró entre aquellas que tuvieron que bregar con tesón para obtener honores muy apetecidos e
ntonces. ¿Cómo era posible que San Cristóbal de la Habana careciese de escudo de armas? Grande injusticia venía consumándose cuando, en 30 de noviembre de 1665, en Madrid, Mariana de Austria, viuda de Felipe IV y reina gobernadora, otorgó la merced de escudo de armas a La Habana.

   “El ayuntamiento de La Habana había solicitado en 22 de mayo de 1665 de la Reina Gobernadora aquella gracia, aduciendo la razón de que, no obstante las pesquisas practicadas, resultaba desconocido el origen de la merced a virtud de la cual podía usar la ciudad el escudo de armas compuesto de tres castillos y una llave en campo azul. La Reina Gobernadora, muy complacida de que sus vasallos de la capital de Cuba le hiciesen tal requerimiento, accedió a él en términos lisonjeros para La Habana. La real cédula de 30 de noviembre de 1665 fue, en puridad de verdad, una ratificación del honor que debió de recibir La Habana con el de su exaltación, en 1592, de villa a ciudad.

   “Cuanto a su composición, el escudo primitivo de La Habana estuvo formado por los tres castillos y la llave en campo azul, exacta alegoría, según la expresión de un historiador, de sus primeras fortificaciones y de ser supuesto la llave del paso para América. Ya estaba reconocida la importancia excepcional de la situación geográfica de Cuba: en el escudo de armas de La Habana quedó grabada. El acontecimiento, en el orden moral, entrañaba verdadero interés.

   “La Habana mereció de sobra la distinción por la Reina Gobernadora ratificada. Ni escasa ni circunstancial era la importancia que ya tenía lograda la ciudad, relegando a un orden inferior al suyo a Santiago de Cuba. Su excelente posición en el seno del Golfo de México y las condiciones superiores de su puerto habían determinado la preferencia de que comenzó a ser objeto tan luego como tomó incremento el tráfico marítimo en las riberas del Nuevo Mundo. Los destellos de la buena suerte de la capital de Cuba empezaban a ser advertidos. Acaso no hubo por aquel tiempo ningún espíritu que abarcase en toda su amplitud las posibles grandezas de la ciudad. En cambio, se vislumbraba mucho de lo que estaba llamada a ser La Habana como llave del Nuevo Mundo y antemural de las Indias Occidentales.”

AVANZA DE LAZARO LOPEZ A REFORMA

POR: GUIJE CUBA


El 30 de noviembre en la Historia de Cuba

• 1895 -

- La Invasión Libertadora en Camagüey: Avanza de Lázaro López a Reforma, en total 2 leguas recorridas.

NATALICIOS CUBANOS

POR: GUIJE CUBA


Castillo Cancio, Honorato: -Nació en Sancti Spíritus en 30 de noviembre de 1838 y murió sobre el campo de batalla el 24 de junio de 1869. Médico patriota que alcanzó el grado de general. Al estallar la Guerra de los Diez Años se lanzó al combate batiéndose en las más reñidas acciones de la jurisdicción de Morón y Sancti Spíritus. Fue constituyente en Guáimaro y uno de los grandes organizadores del primer momento de la revolución.

NATALICIOS CUBANOS

POR: GUIJE CUBA


Natalicios cubanos:

Arango Núñez del Castillo, Andrés: -Nació en La Habana el 30 de noviembre de 1783 y falleció en Madrid el 14 de diciembre de 1865. Hizo en Cuba sus primeros estudios y en 1800 embarcó para España, en donde siguió la carrera militar, tomando parte en los mil combates a que dio lugar la guerra de Independencia española y alcanzando el grado de coronel. En 1816 comienza su carrera de escritor y de político con las innúmeras vicisitudes de todo orden que ello ocasionaba en España y durante la cual fue nombrado Procurador de Cuba. Fue Senador del Reino en la metrópoli y tuvo buenos recuerdos para Cuba, a la que no regresó jamás ni en viaje de reposo.

De que es historia, es historia: De Pardo Llada

De que es historia, es historia: De Pardo Llada
 

Subject: De Pardo Llada

«YO, QUE FUI EL MAS DURO CENSOR DE GRAU SAN MARTÍN, LO ABSUELVO ANTE
LA HISTORIA»

Por José Pardo Llada

En estos días, amigos del ex-Presidente Grau conmemoraron en Miami un
aniversario más de su muerte. No tengo que recordarle a nadie que yo
fui, quizás, el más duro censor del Presidente Grau. Es más, yo me
hice en la radio combatiendo a Grau San Martín. Me di a conocer en la
radio combatiendo a Grau. Sin embargo después, sin olvidar sus
responsabilidades históricas, que esas les tocan a cada cual,
incluyéndonos nosotros, el tiempo (especialmente el tiempo en el
exilio) me llevó a revisar algunas de las actitudes de Grau, y sobre
todo, muchas de nuestras actitudes, las de los opositores de Grau.

Fue Grau San Martín de los pocos cubanos importantes que supo oponerse
resueltamente a Fidel Castro y tal vez fue de los pocos cubanos
importantes que tuvo razón al quedarse en Cuba afrontando todos los
riesgos. Ahora, a lo largo del tiempo y la distancia, hay que
reconocerle a Grau San Martín, el hombre a quien escogimos como
nuestro adversario de tantos años, virtudes que tuvieron pocos de
nuestros hombres públicos. Y, precisamente debido a ese reconocimiento
que le debe la historia a Gran San Martín, me emocionó esta semana
leer en la revista «República» un artículo de Ricardo Linares en que
reproduce dos cartas históricas; una que le envió el ex Presidente
Grau a mi viejo compañero de la Ortodoxia Beto Saumell y la respuesta,
tan honrosa para Beto, que este le hizo pocas horas después de
recibirla. Ambas cartas transcriptas por Linares del libro «Biografía
de una emoción popular», obra póstuma de Miguel Hernández Bauzá,
albacea testamentario del doctor Grau.

Creo que pocos cubanos saben que Grau San Martín murió en la más
absoluta miseria. El hombre, a quien acusábamos de malos manejos de
los fondos públicos en la famosa Causa 82, no tenía un centavo al
morir. Y en Diciembre 2 de 1966, Gran San Martín le envió esta carta a
Beto Saumell, quien, como yo, había sido uno de los abogados, que
junto a Pelayo Cuervo, había llevado la dirección letrada de la causa
82 contra Grau, y el día 2 de Diciembre del año 1966, repito, el ex
Presidente le envió esta carta conmovedora a Beto Saumell.

       «Mi querido amigo».

      «Para remediar en algo mi difícil situación económica
       actual, he pretendido extraer unos escasos fondos que poseo en
una cuenta
       corriente en la agencia bancaria 4-10-10.  Esto me ha sido imposible
       debido a hallarse embargados en virtud de la Causa que se me sigue
       por el Diferencial Azucarero, en la que usted se encuentra personado
       como acusador privado en representación de una entidad que
       según tengo entendido, ya no existe.  Por nuestra vinculación
       en pasadas luchas revolucionarias en favor de nuestro país, conozco
       su siempre desinteresada disposición a movilizarse en favor de toda
       acción que conlleve una solución justa en las controversias
       en que usted ha intervenido. Es por ello que, teniendo en cuenta estos
       antecedentes, vengo por este medio a invitarle a separarse de
la posición
       letrada que usted mantiene en el mencionado sumario, a fin de
facilitar su
       más rápido desenlace».


      «Créame que mucho agradecería cualquier iniciativa suya en
       este sentido.

       Mientras tanto, soy suyo affmo, amigo y s.s.»


       (Fdo) Dr. Ramón Grau San Martín

Es decir, Grau San Martín en el año 1966 le pedía a Beto Saumell que
desistiera de seguir como abogado acusador para poder sacar unos
escasos fondos que le quedaban en una cuenta bancaria, porque lo
cierto es que Grau estaba en la miseria. Y para honrar a Beto Saumell,
nuestro viejo compañero de la Ortodoxia, transcribo la hermosísima
carta que al día siguiente envió al doctor Grau San Martín, y que
sirve para colocarla (la carta) en el justo enjuiciamiento histórico.
           He aquí la carta de Beto Saumell.

        Dr. Grau San Martín,
        E.S.M.

        Estimado amigo:

       «Me estoy refiriendo hoy a su muy apreciable carta de fecha
        2 de los corrientes». «No habría nada que yo pudiera hacer
        con un mayor sentimiento de profunda estimación hacia usted
        en estos momentos que acceder inmediatamente a su solicitud».
        «Mi gran devoción por su persona desde los tiempos memorables de
        la lucha común contra la tiranía de Machado, si bien
        hubo de quebrantarse algo en el vaivén de las inevitables
        controversias propias de las luchas políticas, resurge de
        nuevo al contacto de las realidades presentes y, justo es consignarlo,
        ante la fuerza de la verdad, que sólo con el transcurso del
        tiempo es capaz de abrirse paso en la maraña de los acontecimientos,
        felices y adversos que necesariamente rodean a todo personaje
        histórico.  Y Ud., sin duda, ha entrado muy merecidamente
        en esta categoría». «Y para mí, en contacto en estos
        días con algo de su intimidad, la verdad se ha abierto paso
        dejándome ver cuanto ha habido de TENDENCIOSO Y MALIGNO en el
        tratamiento de que usted ha sido objeto».

       «Convencido, ante la evidencia de los hechos de la dura
realidad económica
        que lo agobia a Ud. en el presente, me complace poner mi
humildísimo grano de
        arena en su favor, a fin de disminuir en algo la presión que
ejerce sobre Ud.
        un destino inmerecido.»

       «Mañana mismo habré presentado mi escrito retirándome de la Causa.
        Quiero, además aprovechar esta oportunidad para ofrecerme en
todo cuanto pueda
        hacer para encontrar una solución permanente a su situación actual, que
        por lo demás, en nada le deshonra».

       «Debo significarle que no aceptaré ningún género de retribución
        económica por gestión alguna en estos asuntos, por muy
exitosas que ellas
        pudieran ser». «Es en honor de mi vieja devoción hacia usted,
así como en
        honor de su fecunda gestión pasada como Presidente de Cuba,
que en esta hora
        angustiosa me pongo enteramente a sus órdenes con el más
hondo sentimiento
        de estimación y respeto».

       «Nada más podría decir, salvo que deseo con toda sinceridad
que me considere
        su amigo y su muy devoto servidor».

        (Fdo) Dr. Alberto Saumell Soto.
Estas dos cartas no requieren mayor comentario. Quedan así, tal como
están, al juicio inapelable de la historia.

¡A su salud, camarada!

OPINIÓN

¡A su salud, camarada!

Contemplo estupefacto que por primera vez un ministro de Exteriores del Partido Popular acude a Cuba y no se reúne con la disidencia democrática. Va a darle la mano al dictador Castro, no sé si a Raúl o a Fidel, quizá a los dos, pero no estrechará la de ningún opositor a la dictadura comunista que durante 57 años ha machacado al pueblo cubano.
Dice Margallo que «las circunstancias han cambiado y hay que cambiar las relaciones». Al escuchar estas palabras, viene a mi cabeza la política de apaciguamiento de la Europa del siglo XX. Todos sabemos el fracaso y el horror al que nos llevó. Consentir y justificar las acciones de las dictaduras, lejos de amainarlas, lo que hace es engrandecerlas y contribuir a legitimarlas.
ADVERTISEMENT
En Cuba no hay más partido político que el Comunista. La realidad es que los cubanos siguen muriendo en balsas intentado huir de su isla y a los disidentes se les sigue haciendo desaparecer en simulados accidentes. Las palizas a las Damas de Blanco, y a todos los que reclaman libertad, se suceden a diario mientras siguen las cartillas de racionamiento y la pobreza absoluta de su pueblo. 
Sin embargo, algo ha cambiado para el ministro: España es el principal socio comercial de Cuba. El relativismo toma sentido. Lo que antes estaba mal y era duramente condenado, ahora se consiente mientras sigan comprando nuestros productos. Han olvidado los compromisos que adquirimos con el pueblo cubano y los defensores de su libertad cuando estábamos en la oposición. Ahora que el Partido Popular está en el Gobierno, deberían ser respetados.
Mientras jugamos al buenismo con los Castro, lo peor de su revolución se extiende por Latinoamérica y por España. El castrismo creó las bases del chavismo que ha destruido Venezuela: jóvenes estudiantes son asesinados y apaleados por reclamar libertad. Opositores, como Leopoldo López, son encarcelados o son golpeados, como Corina Machado, a quien le rompieron la nariz cuando se dirigía a la Asamblea Nacional. Y en España, ya tenemos a los populistas de Podemos, que beben de su ideología comunista y autoritaria. 
Debemos ser coherentes. Si apoyamos la libertad de los pueblos y la democracia como única forma de gobierno, no podemos fabricar excusas para ayudar a dictaduras comunistas. La Posición Común Europea establece que las relaciones diplomáticas de la Unión Europea con la isla estarán supeditadas a que se produzcan avances democráticos en Cuba, cosa que aún no ha ocurrido. Sorpresivamente, está siendo cambiada por Margallo. No recuerda que eso ya lo intentó el ex ministro socialista Moratinos, que por cierto, está muy satisfecho con esta visita. En aquel entonces, el Partido Popular lo denunció y se lo impidió. Sin embargo, hoy fomentamos y vendemos como un éxito diplomático las nuevas relaciones con Cuba mientras ellos siguen condenando a su pueblo al yugo comunista.
Sin duda, con esta actitud son muchos los que se sienten defraudados. Y, lo que es peor, con esta visita chavistas, castristas, antisistema y demás elenco revolucionario brindarán: ¡a su salud, camarada!

UNPACU: Cada día es más fuerte la represión

UNPACU: Cada día es más fuerte la represión 

Reporta Cuba ActivistaNirma Hernádez denuncia agresiones Foto Luis Lázaro GuancheReporta Cuba ActivistaNirma Hernádez denuncia agresiones Foto Luis Lázaro Guanche
La policía polìtica y otras fuerzas represivas decretan 'toque de queda' a media noche en repartos de Santiago de Cuba para detener y golpear a jóvenes que les resultan sospechosos de andar escribiendo grafitis, denunció José Daniel Ferrer, Secretario Ejecutivo de la Unión Patriotica de Cuba (UNPACU).
Ferrer dijo a Martinoticias que esas acciones policiales ocurren porque activistas de UNPACU han aumentado su activismo y al parecer los militares quieren mantener el control "pero lo hacen de una forma violenta y desafortunadamente la emprenden con todo el que ven en la calles después de las 12.00 de la noche", apuntó.
Tenemos el caso de un joven que no es activista de la UNPACU pero fue golpeado por protestar ante las autoridades cuando le dijeron que debía abandonar las callles y él les preguntó las razones.
"El mismo joven nos pidió que le tomáramos la foto, pero luego solicitó que no publicáramos sus datos porque la hermana que es del Partido Comunista le aseguró que va "a ver eso",, señaló.
Declaraciones de José Daniel Ferrer desde Santiago de Cuba.
El opositor también advirtió que en otras localidades del oriente de Cuba realizan acciones vandálicas contra las casas de opositores. "Les arrojan piedras y asfalto o los golpean cuando exigen sus derechos".
Por su parte activistas de UNPACU en Holguín también han apelado a las redes sociales para dejar constancia de las acciones represivas de que son víctimas en la región.

Idolidia Darias / martinoticias.com

Idolidia Darias estudió Lengua y Literatura en el Instituto Superior Pedagógico Félix Varela en Santa Clara, Villa Clara, Cuba. Es autora  del libro “Escambray, la historia que el totalitarismo trató de sepultar”  y coautora de “Cuba: desplazados y pueblos cautivos”.
Es autora del blog lafronteratransparente.
Más

Raúl Castro recibe en La Habana a Yang Jing, consejero de Estado de China

Raúl Castro recibe en La Habana a Yang Jing, consejero de Estado de China

Archivado en: 
Como parte de su agenda, Yang se reunió con el ministro de Relaciones Exteriores y presidió la firma de un acuerdo bilateral para la capacitación de 'cuadros'.
El general Raúl Castro recibió en La Habana a Yang Jing, consejero de Estado de China, quien realiza una visita oficial a Cuba.
El diario oficial Juventud Rebelde calificó el encuentro de "fraternal", donde "se puso de manifiesto el excelente estado de los vínculos bilaterales y la voluntad de ambas partes de continuar impulsando el desarrollo pleno e integral de estas relaciones".
"Fueron destacadas, además, las importantes coincidencias en el plano político y los fructíferos intercambios de experiencias sobre los respectivos procesos de construcción socialista", añadió el periódico.
Yang Jing, quien fue designado por la Asamblea Nacional Popular (ANP, el Legislativo chino) como uno de los cinco consejeros de Estado para la presidencia de Xi Jinping en marzo de 2013, viajó a Cuba para una visita oficial junto a una delegación del Gobierno y del Partido Comunista de China, informa EFE.
Como parte de su agenda en La Habana, Yang se reunió el jueves con el ministro de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez, y el viernes presidió la firma de un acuerdo bilateral para la "capacitación de cuadros del Estado y del Gobierno".
En julio pasado, Cuba recibió la visita de Xi Jinping, quien se reunió entonces con Raúl Castro.
China es el segundo socio comercial de Cuba y la Isla, el mayor del país asiático en el Caribe, con un intercambio que en 2013 alcanzó un volumen de 1.880 millones de dólares, según datos oficiales.

«Un buen escritor que hasta ahora ha escrito malos libros»

«Un buen escritor que hasta ahora ha escrito malos libros»

José Alberto Velázquez. (R. VILCHES)
Así se cataloga José Alberto Velázquez, poeta, cuentista y autor de una novela aún inédita.
A José Alberto generalmente los intelectuales cubanos no lo soportan, dicen que por pesado, y los comprendo, porque ha de pesar casi 200 libras, quizás más, pero es un gran amigo, excelente persona, extraordinario escritor. Lo conocí, no en un lugar de la Mancha, ni en casa de María Antonia, sino en Buenaventura en Holguín, y eso ha de ser una cábala, un inicio de novela o de vida.
Nació en Las Tunas, en 1978. Egresado del Centro Onelio Jorge Cardoso, mereció, entre otros, los premios nacionales El Árbol Que Silba Y Canta (2010), Celestino de Cuento (2011), y Navarro Luna de Poesía (2011). Es autor de los poemarios En busca del cielo perdido (Sanlope, 2006), Yo desierto (Holguín, 2006), La burbuja heroica (Orto, 2012), y de los libros de cuentos Fracturas y extrañezas (La Luz, 2012) y Gestos brutales (Sanlope, 2014).
Un día abandonó el pastorado de su iglesia, no por el alcohol, las mujeres, el tabaco, si por los amigos, y la literatura. Esta conversación tuvo lugar hace apenas unos días en su humilde morada en Las Parras, mientras Yaneli su esposa nos preparaba un buen café amargo, y sus tres hijos merodeaban a nuestro alrededor.
Háblame de tu infancia. 
Con la infancia suele ocurrirnos de igual manera que con los sueños: aturdimos a los otros con la narración de lugares comunes o breves surrealismos que a nosotros nos parecen espectaculares y, salvo en contadas ocasiones, nunca lo son.
Crecí en un medio de violencia sorda, casi nunca física pero de una intensidad incesante. Hay personas que son malas porque sí, porque han tenido que serlo o han querido serlo, y yo estaba rodeado de ese tipo de personas. También había gente muy buena. No fue fácil pero me hizo fuerte.
Recuerdo una época en que mi madre debió trabajar de noche, y mi hermano y yo dormíamos en el cuartel de la policía. Afortunadamente, no he vuelto a disfrutar de semejante alojamiento. Por otro lado, mi generación fue básicamente preparada para la guerra. Los lemas del aula, el énfasis contrainteligente de los maestros y su grandilocuencia encerraban esta verdad: si fuera necesario (y lo sería) deberíamos derramar hasta la última gota de sangre. Después todo cambió. Las tropas movilizadas en África retornaron, se despenalizó el dólar, todos éramos iguales pero muchos empezaron a ser más iguales que otros. No morimos en combate y desde entonces nos tocó enfrentar una guerra muchísimo menos heroica hasta el sol de hoy.
Recuerdo a mis primas, bellísimas y semidesnudas, lavándose el pelo con jabón en el patio. Los  torrentes de vacas pasando por el camino de tierra. Los primeros tragos y cigarrillos. Las primeras lecturas. Eso es lo que queda de mi infancia. Los narradores orales y escritores de literatura infantil insisten en que todos llevamos un niño dentro. Salvo las embarazadas, nadie puede afirmar tal cosa. La niñez es muy transitoria, un estado de emergencia. Luego somos adultos y lo somos para siempre. Lo demás es neurosis y Freud.
¿Recuerdas lo primero que escribiste?
Sí. Un diario. Tenía 7 años y estaba de visita en la ciudad de Holguín. Eran apuntes privados pero en ellos mentía descaradamente sobre novias y aventuras. Mi familia por el lado materno era y es, aunque amable, muy burguesa, así que la pasé mal sin poder arrojarle, mientras comía, huesos a un perro gigantesco y viejísimo que guardaba la casa. Tampoco pude andar descalzo ni robar nada de la cocina. Desde esa época llevo diarios que no lo son exactamente. Como el hábito de fumar (tabacos) se van y vuelven. Tampoco me demoro en registrar la sarta de banalidades que componen mi vida en la aldea. Lo que sí más hacía, antes y después de los diarios, era dibujar. Creé un mundo alternativo narrado gráficamente y con solución de continuidad. A los 16 años empecé mi primera novela, dando inicio a una saga de 60 intentos fallidos. En el 2010, finalmente, puse punto final a Los hijos del amanecer, que sigue inédita, veremos hasta cuándo.
Eres un escritor que ha escrito poesía, (verso libre, soneto, décima), narrativa, crítica ¿En cuál de estas formas genéricas te sientes con mayor libertad creadora? 
Para mí la vida, per se, es sinónimo de libertad absoluta. Cualquier entidad o persona o concepto que amenace mi independencia, la desconozco. No acepto nada sin antes evaluarlo de acuerdo a los referentes que poseo. Hay verdades absolutas y hay otras que no lo son tanto, y hay mentiras. Así que haga lo que  haga lo ejecuto de acuerdo a mi temperamento y cultura.
No me importa la moda premiable o antologable de turno ni el posible jurado. Quizás por eso mi "carrera" es tan humilde. De todas maneras, creo que la crítica y la poesía son los géneros más propicios a la subjetividad. La narrativa debe obedecer al mundo creado para los personajes y cualquier giro de la perspectiva, la atmósfera, etc., apunta a experimento fallido.
La manía inevitable del canon, las generaciones y los agrupamientos, activan un mecanismo de exclusión. Hay que ser negro, o gay, o rockero. ¿No puede existir, no merece existir un gordo heterosexual monógamo libérrimo y blanco? Parece que no.
El ensayo y el pensamiento en general han derivado hacia un academicismo tonto e ilegible, plagado de citas y tautologías. La poesía, tal vez por conveniencia, se halla entrampada (hablo de Cuba) en un minimalismo donde los poetas se jactan de lo que no dicen en lugar de lo que deberían decir. Queda un espacio posible, que generosamente nos cede el periodismo, para la narrativa, pero se necesitan editoriales, revistas, una maquinaria inclusiva que espero no demore demasiado.
No obstante, prefiero verme como un lector que escribe antes que un escritor que lee. Entre mis lecturas tardías más recientes, por sobre la sorpresa que me han traído un Cormac McCarthy, un Brest Easton Ellis o un Alejandro Zambra, me han deleitado muchoun par de títulos dedicados a la crítica: Mentiras contagiosas, de Jorge Volpi, y Utopía y desencanto, de Claudio Magris. En esos libros se encuentra todo lo que un lector implacable de crítica, literaria o no, puede exigir: valoración personal, audacia, erudición espontánea. Es decir, veneno, error, amenidad. Todo el mundo no puede ser Borges, mas por lo que veo, ni falta que le hace.
¿La beca y el Periodo Especial qué mellas te causaron? 
En el 91 tengo 13 años y me entero que hay Periodo Especial. Como siempre (la Historia es egoísta) uno se ve metido en problemas que no se ha buscado. Imagínate si ya eres pobre en un tiempo que los perros se amarraban con longanizas lo que será de ti en la Opción Cero. Lo mejor de esos años fue que me convertí en un ser físicamente atractivo, una especie de elfo de 150 libras y hermosa mirada triste. Las muchachas, a saco, se acercaban a mí con idéntica velocidad a la que huían al ver mis botas remendadas. Tuve la primera novia a los 16; una mujer el doble mayor que yo a la que no le importaba mi ropa, sino todo lo contrario.
Durante el tiempo que estuve internado en el Politécnico Veterinario de Las Tunas conseguí proveerme de las peores experiencias. Ya aquí sí hubo violencia física en la que siempre llevé la peor parte. Era la subcultura del lazo, el corrido mexicano, la guapería barata. Aprendí a estar solo, a resistir el hambre brutal y las burlas. Existe la leyenda del cubano hospitalario y amable, el que no da lo que le sobra pero comparte lo que tiene. Me hubiera gustado conocerlo por aquellos días mientras mi madre cocinaba, con leña verde, la poquísima comida asignada por el Estado. También quisiera conocerlo hoy.
Hubo libros: novelas policíacas y soviéticas por montones y uno, especial, que robé de la biblioteca del politécnico: La isla de los pingüinos, de Anatole France, una lección magistral de literatura y política, donde aprendí qué es lo que se esconde detrás de la solemnidad de la Historia y la obligación del nacionalismo: lujuria, estupidez, frustración sexual. Bienvenido al planeta Tierra.
¿Te ha causado algún problema ser escritor? 
No. Defino problema como cáncer terminal, tragedias que incluyan a mis hijos o un balazo en la nuca. Los infelices que no han entendido mis pobres apuntes o mi honestidad a ultranza (se dice que revolución es no mentir jamás, ¿no?, pues soy revolucionario), están perdonados. Hay cosas que no tienen remedio y una de ellas es que yo sea escritor. Si no me invitan a las ferias, coloquios y demás banquetes, tengo más tiempo para leer y estar con mi familia.
He sido feliz hasta hoy. Muchos de  nuestros Premios Nacionales de Literatura deben este hecho no a su obra, risible e inofensiva en la mayoría de los casos, sino a haber sido, por su orientación sexual o ideológica, defenestrados en su juventud. Mis libros, si llegan a ser buenos, ya se publicarán. A menudo los escritores outsiders sobrevaloramos a los fabricantes de listas negras.
Soy un poeta, pero también soy un varón, un descendiente de aquellos mambises que corrían de frente a la boca de los cañones. Nunca he suplicado que se respeten mis derechos. Ante la adversidad (que tiene más de haraganería y abulia burocrática que de censura) yo trabajo. Mi obra no es estelar pero la competencia, si excluimos a un par de muertos y media docena de exiliados (casi lo mismo), tampoco lo es.
¿Tienes algún sistema para escribir?  
No. Simplemente trabajar duro. La capacidad de corrección eslo vital. A mi escritura la compulsan obsesiones y tal vez la vanidad. Durante mis años como pastor de iglesias adquirí el pánico al tiempo perdido. Que cada segundo inútil duela. Todos mis conflictos y anhelos se mueven alrededor de la extraordinaria belleza de las mujeres, la distancia radical que existe entre un sexo y otro y lo fácil que se recorre esa distancia cuando irrumpe una conexión que no tenga que ver con los dólares.
Me apasiona la desnudez femenina, descomponer sus partes, disfrutar sus partes. No menos intenso me resulta el análisis del individuo frente a los círculos de poder, llámense como se llamen. La famosa estructura piramidal, donde una cabeza representa a la masa anónima, es puro fascismo.
Los libros llegan de golpe. Un rostro, un abuso, una incomprensión. La trama llega casi completa. Lo otro es escribirla o, como se dice, el pollo del arroz con pollo. Y es difícil. Luchar contra los adverbios, con los sinónimos, contra la persistencia de lo kitsch, llega a fatigarte. Además, ¿para qué hacerlo si tus libros no van a ser publicados ni a ganar premios?
Escribo a cualquier hora, fundamentalmente de mañana, cuando mis hijos y mi esposa se van para la escuela y el trabajo. Tomo café y fumo y alterno lectura y escritura. Mi límite son 6 páginas al día y jamás trabajo los domingos.
Te gusta mucho la música, ¿tiene algo que ver con tu escritura?
No otra vez. Tampoco entiendo demasiado esa "musicalidad" que dicen de la poesía. Cuando un lugar común se impone, el daño que causa es irreparable. Un poema aliterado o de rima sonora no es musical, ni siquiera si imita a ciertos  instrumentos. Rítmico sí puede ser, y armonioso (es decir, escrito para ser declamado o leído en el Taller Literario o en el Acto), mas no musical. Mis preferencias en este aspecto son heterodoxas y nada notables. Me gustan mucho Bob Marley, Elvis Presley y los boleros de antes del 59. El resto se halla diseminado en una ola de grupos y solistas de todas las tendencias y épocas, desde Queen hasta Amy Winehouse, pasando por Gipsy Kings y fragmentos de la Aída, de Verdi.
Hazme un inventario de tus lecturas,  autores preferidos. 
Sería muy, muy largo. Por ahí están RayuelaLolitaEl maestro y Margarita, El gran GatsbyLos detectives salvajes2666La guerra del fin del mundoOrlandoEl hobbit, Los viajes de GulliverAlguien voló sobre el nido del cucoSobre héroes y tumbas, El Señor Presidente, la Anábasis y muchos más. Escritores asiáticos como Yasunari Kawabata, Kenzaburo Oé, Gao Xinjiang y, un poco menos, Mo Yan y Haruki Murakami logran sorprenderme.
Hay que leer estos últimos para comprender ciertas tendencias de la literatura latinoamericana actual, así como la narrativa cubana que hoy gana premios se deriva de la estadounidense: Bukowski, Palahniuk, Stephen King, y un etcétera larguísimo o quizás no tanto. Otros autores que me han salvado la vida: Asturias, Gógol, Twain, Kafka, Faulkner, Carver, Bradbury, Cervantes, Steinbeck, Martí, Graves, Bierce, London, Dickens, Dostoievski, Homero, el Espíritu Santo.
¿Cuál fue tu formación literaria?  
Como ya te dije, la lectura, cuya recurrencia en mí no debe entenderse como un síntoma de petulancia. Llegué a ella por vocación, pero también por aburrimiento. De niño no había televisión en casa (aún no tengo). Todo escritor es, debe ser, un autodidacta. En el 2002 participé en el Centro de Formación Literaria Onelio Jorge Cardoso, pero francamente, aunque hice muy buenos amigos, no me sirvió de mucho. La soledad y la obstinación han sido mis maestros más leales.
En el Onelio algún que otro condiscípulo se la pasaba jactándose de sus lecturas en inglés, y no conocía a Felisberto Hernández o Macedonio Fernández o a Manuel Puig. Las clases y los conferencistas eran de lujo (el propio Heras León, Daniel Chavarría, Graziela Pogolotti…), pero a la escritura se llega por medio de los códigos que imponga la propia escritura. Cortázar, por ponerte solo un ejemplo, es un alud de adverbios y aparentes simplezas que, cuando vienes a ver, ha construido (o derrumbado) una catedral.
En Las Tunas, a finales de los 90, Guillermo Vidal fue un maestro muy cercano, pero jamás me interesó imitarle. Sí hice caso a sus recomendaciones, sobre todo las que se referían a Onetti: "Tienes que leerte Juntacadáveres y El astillero", me decía siempre, no sé por qué. Alberto Garrido me hacía prometerle que iba a dejar la bebida antes de obligarme a leer a Stendhal. Vuelta a lo mismo: "Tienes que leerte La cartuja de Parma y El rojo y el negro", y allá iba yo.
Frank Castell puso en mi mano el libro del que hasta ahora es mi poeta favorito, Arthur Rimbaud. Aida Bahr, en la distancia, me atendió un poco. Carlos Esquivel me ha prestado y presta libros y solemos agotar juntos botellas y conversaciones de indistinto nivel. Rafael Vilches expuso, por mí, su pellejo, en un momento crucial (todo o nada para el Cabezón). Y a mi esposa no le interesa la literatura pero es una amante inmejorable y bellísima y una excelente cocinera. Durante 18 años de amistad y 13 de matrimonio me ha aportado la mínima coherencia necesaria para una misión tan compleja: escribir en lugar de vivir.
¿Consejos para los poetas jóvenes?
No puedo dar otro que lean, aunque resulte un cliché. La "farándula" es buena, pero al día siguiente vienen la resaca y la tertulia otra vez. En el ínterin se van muriendo las neuronas por millones y los libros se quedan sin leer y sin escribir. También resulta vital saber cuál es el momento preciso para salirse del Taller Literario. Allí aprendemos a crear (y a declamar) lo que el asesor tiene entendido como literatura; después escribimos de acuerdo a lo que un jurado pequeño entiende como literatura, y posponemos indefinidamente nuestro compromiso con el lector.
¿Qué criterio te merece la crítica en Cuba?
No conozco a esa señora.
¿Qué escritores tienes presente a la hora de escribir?
Julio Cortázar y Roberto Bolaño.
Nuevos proyectos de libros, y cómo definirías a José Alberto. 
Trabajo en dos novelas, una corta y la otra de mayor extensión. Recién terminé un libro de cuentos, que tal vez sea el último. La falta de estructuras que favorezcan la pluralidad destruye lo que toca. Aquí no hay agentes literarios o editoriales independientes, que sin ser terroristas o pornógrafas no tengan otra obligación que la literatura misma. No puedo (no me interesa) escribir o ser de otra forma, y estoy seguro que en algún lugar hay lectores esperándome. ¿Cómo se llega a ellos con tantos obstáculos y tanto cabildeo y tanto favor sexual de por medio?
Soy, como te dije, gordo, heterosexual, monógamo, descendiente de mambises. No pude escoger una patria, ni un idioma, ni a mis progenitores: pude, en cambio, elegir un carácter, una forma de pensar, y no los cambio ni por un premio Casa de las Américas. Pero fundamentalmente lo que soy es un guajiro de Las Parras que se debe a la lectura; un escritor freelance (léase desempleado) que hojea, cada noche antes de dormirse, El castillo de Kafka. Que, si lo apuran, no teme decir en público que, entre Cecilia Valdés y Paradiso se queda con la primera, pese a la monumentalidad de la segunda. Que su Poeta Nacional es Martí. Un buen escritor que hasta ahora ha escrito malos libros, pero que está a punto de soltar el lastre, si lo dejan. Alguien que necesita con urgencia concretar un puñado de gestos inútiles, o si no, parafraseando al gran Faulkner, romper el lápiz y olvidarse de la literatura.