Cubamatinal/ Tanto Enrique Ubieta como Enrique Núñez Betancourt, mintieron desde las páginas del rotativo Granma cuando afirmaron que el mártir Orlando Zapata Tamayo no era más que un delincuente común.
La Habana, 27 de marzo /PD/En el libro ‘Los disidentes’ de la autoría de Rosa Miriam Elizalde y Luís Báez, editado en 2003 por la Editora Política, aparecen referencias al mártir. En la sección “El dinero mueve la disidencia”, a partir de la página 47, en el testimonio gráfico, aparece la constancia del ayuno sostenido en la residencia de Nelson Aguiar y Dolia Leal. En la fotografía puede verse a Zapata Tamayo en compañía de Nelson Aguiar, René Gómez Manzano, Marta Beatriz Roque, Félix Bonne, Elsa Morejón y Nelson Moliné Espino.
En otra fotografía del mismo libro, unas páginas más adelante, el mártir Zapata Tamayo aparece junto a Marta Beatriz Roque y René Gómez Manzano. Días después fue arrestado y puede decirse que desde entonces, comenzó su tránsito por el infierno carcelario castrista.
La práctica de mentir reiterada e intencionalmente caracteriza a Granma y le ha colocado en la condición de ser un órgano de prensa en que nadie cree, ni dentro ni fuera de Cuba. Este uso de la mentira y la descalificación del contrario como herramienta política, es una práctica ampliamente extendida y forma parte del esquema de gobernabilidad implantado desde 1959. De ella participan tanto los voceros del régimen, como sus diplo-albaceas con rango diplomático a lo largo del mundo.
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