miércoles, 3 de marzo de 2010
Lágrimas del corazón
Cuando el martes 23 de febrero nos encontrábamos un grupo en fila, para pasar a los respectivos centros de información – a los que llamamos “Internet”- en la Sección de Intereses de los EEUU, a primeras horas de la mañana, el tema sobre la salud de Orlando Zapata Tamayo no se hizo esperar.
Jorge Olivera, miembro de los 75 y con licencia extrapenal por motivos de salud, le preguntó a Elizardo Sánchez, al frente de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (CCDHRN) quien nos comentó que había visto el día anterior a la madre de Zapata, la Sra. Reina Tamayo.
Todos estábamos muy preocupados por el estado de salud tan grave de Zapata, hablamos de la posibilidad de que se creara un Comité de Solidaridad, que se sumaría al reclamo de tantos cubanos residentes en Cuba y en el extranjero, así como de los que sin ser cubanos proclamaban su rechazo a propósito de las medidas arbitrarias tomadas contra este joven encarcelado.
En la mente de muchos estaba la esperanza de que pudiera restablecerse con una buena atención médica, aunque el mal ya estaba hecho. Su cuerpo resquebrajado sufrió la falta de alimentos y agua por más de 80 días. El traslado a varios hospitales se realizó cuando era muy tarde.
Por eso cuando ocurrió su fallecimiento fueron muchos los cubanos que se estremecieron de dolor. Miembros de la sociedad civil vieron sus vidas reflejadas en la de él, todos corren el riesgo de ser encarcelados cuando son vejados a cada instante. Las veladas dentro y fuera de la Isla, y el intento de llegar a Banes para apoyar en su dolor a la afligida madre surgieron al unísono.
Las noticias, los comentarios, los artículos sobre la muerte de Orlando Zapata Tamayo, joven negro de 42 años inundaron la Internet, y artículos como el de Enrique Ubieta, publicado en CUBADEBATE dejaron que desear cuando lo acusó de tener “un largo historial delictivo”, sin aclarar la cantidad de juicios sumarios que lo condenaban de por vida después de haber sido sancionado a 3 años de privación de libertad cuando se desempeñaba como miembro del Partido Alternativa Republicana.
Ya debía haber sido liberado pero sus principios lo hicieron un fuerte activista por la democracia, y su condición de negro humilde fue la razón de que las humillaciones de todo tipo recayeran sobre él, quien fuera trasladado a varias prisiones lejanas de su natal Banes, en la provincia de Holguín, como para que flaqueara él o su inclaudicable madre.
Ubieta omitió las golpizas que recibiera Zapata que dejaron en él graves secuelas, y los malos tratos y castigos en celdas tapiadas, olvidó también este reportero las veces que ese hombre al que se refirió de manera tan despectiva no tuvo visitas familiares, o tuvo que sufrir al ver a su madre recorrer tantas prisiones lejanas para encontrarlo cada vez más depauperado.
La estricta huelga de hambre que comenzara el 3 de diciembre no cesó hasta pasado los 80 días. Personas ajenas a los grupos independientes existentes en Cuba lamentaron el hecho y comentaron que las autoridades eran los responsables del fallecimiento de Orlando Zapata Tamayo, si bien al llegar con vida en su primer mes de huelga, tenía que haber sido ingresado en un hospital donde hubiera tenido las mejores condiciones para su restablecimiento.
Hecho que no ocurrió desde el momento en que Zapata en estado grave fue trasladado a diferentes hospitales como el Hospital Amalia Simoni, en Camaguey, el Hospital Nacional, en la capital para luego, en la misma provincia ser trasladado al de la prisión Combinado del Este, y finalmente ser llevado al Hermanos Amejeiras, cuando ya era inevitable su deceso.
Reina Tamayo debe saber que son muchos los cubanos que tuvieron frases de elogio, desearon la salud o incluyeron en sus oraciones que ocurriera el milagro de la salvación de su amado hijo, pero no fue así. No obstante, este sentir sincero de tantos hombres y mujeres en Cuba y en el mundo se ha convertido en un milagro de amor y solidaridad, a sabiendas de que todo el sufrir en su corta vida se ha convertido en salvación para su alma. Su nombre estará por siempre junto al de tantos otros, que ya no viven, pero cuyas ideas y principios no pudieron ser vulnerados.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario