PUNTO Y. APARTE

Por: El Director

Los cubanos vivimos una época decisiva, tenemos a la intemperie lo más profundo, querido y valioso.

Es época en que el riesgo y el peligro cercan a los pocos que en Cuba sostienen con dignidad, sin hipocresías y sin ambages, ni falsas posturas, la bandera de la verdadera oposición, que no busca un mero cambio de fachada, ni una reforma del sistema totalitario, ni la permanencia del "mismo perro con diferente collar".
Y lo más doloroso y alarmante: nuestra patria está al borde de la disolución como nación y de la absorción por otra nación rica, cuyo caudillo, loco de poder, se gasta millones preparando todo para, a la muerte del viejo y enfermo tirano, anexar nuestro Archipiélago, a su faraónico sueño de establecer una Unión de Repúblicas Socialistas Bolivarianas.

También, por otro lado se corre el peligro, que la locura y obstinación de los actuales detentadores del poder, por sus alianzas non santas, obliguen a la potencia del norte a actuar y que podamos perder, por la ruta menos esperada, nuestra nacionalidad e independencia.

Los verdaderos patriotas tienen que enarbolar desde ya la consigna de que hay que sacrificarlo todo a lo nacional, ya que nada "Nacional" nos debe ser ajeno.
¿Y que es lo nacional para nosotros? Nacional será para nosotros los cubanos genuinos, los que tenemos fe en nuestra patria, todo aquello--organizaciones, ideas, hombres--que pongan la noción de soberanía nacional por encima de cualquier otra cosa.

Nacionalizar a los cubanos, a la mayoría de nuestro pueblo, ligar su destino al destino nacional de Cuba. Ese es el camino más urgente de emprender y la tarea más importante.

A eso hay que aspirar. Esa es la tarea urgente que se impone para ganarle la calle a la tiranía, y nacionalizar a las grandes masas de cubanos, desencantadas con la frustrada "revolución" y desviadas de la ruta nacional por organizaciones, banderas y consignas extrañas a la idiosincracia de nuestro pueblo y negadoras de nuestro Ser Nacional.

Enviado por Nuevo Acción