sábado, 1 de mayo de 2010

Despenalicen la discrepancia política


Son las palabras que Reinaldo Escobar dice en sus sueños de cinco segundos frente a las cámaras de la televisión cubana. Leo esta entrevista en Octavo Cerco y lo enlazo porque un tema que nos debemos es el de la salud de los partidos de oposición en Cuba. Yo sigo pensando las sociedades tienen el gobierno que se merecen; y que a la vez las sociedades y los gobernantes necesitan de la oposición. Un país sin partidos de oposición o con una oposición indigna, no va muy lejos.


La entrevista es larguísima y tiene altibajos. Copio los párrafos dedicados al tema de la oposición política, por si no se la quieren leer entera:


Reinaldo: Sin embargo, y a pesar de que admitamos esto, no puede haber una oposición sana donde las personas, para ejercer su opinión discrepante tengan que hacer cosas prohibidas por la ley. Hace mucho tiempo yo escribí un artículo que se titulaba “Las espinas del dinero”, donde tocaba este tema y decía que no se puede hacer política sin recursos económicos, porque es imposible hacer política si tú no puedes imprimir un documento, viajar por el territorio, hacer llamadas telefónicas, contactar personas a través de Internet… La política cuesta dinero como cualquier otra actividad humana.
Este Gobierno prohíbe que se hagan gestiones económicas privadas para poder sufragar los gastos de la política, y entonces aquellos que están haciendo alguna actividad política se ven en la disyuntiva de 1. recibir financiación para hacer sus labores, o 2. renunciar a hacer política. De ahí que los grupos de oposición se vean obligados tarde o temprano a recibir ayudas que ¿de dónde vienen?, del único lugar de dónde podrían venir: de fuera de Cuba.


- Yoani: Como una vez Fidel Castro recibió ayuda proveniente de millonarios cubanos radicados en el exterior, pequeños grupos mexicanos, Carlos Prío Socarrás… Como antes había recibido ayuda José Martí, que había recaudado fondos para hacer política entre los tabaqueros de Tampa…


- Reinaldo: Entonces, el dinero inevitablemente ha envenenado las actividades de la oposición. Y lo ha hecho por la simple razón de que no hay posibilidad de tener cuentas claras como las tiene cualquier partido del mundo, sea o no de oposición.
Cualquier partido del mundo tiene unas finanzas transparentes, incluso con una página web donde publican “Acabamos de recibir 50 pfenings de la Fundación X”. Como aquí no existe la posibilidad de tener esa transparencia, la oposición se ha enfermado también con diversos problemas relacionados con el dinero.


(...)


En cuanto a la labor de esos partidos de oposición te pongo un ejemplo para analizar hasta qué punto están asfixiados de libertad y de derechos. Yo no creo que los Estados Unidos sean un modelo perfecto de democracia, creo que tienen muchos problemas aún, pero a mí siempre me llamó la atención que el presidente Nixon tuvo que renunciar porque se descubrió que había mandado a espiar la sede del Partido Demócrata en Watergate. Imagínate tú entonces cómo es admisible que aquí sea de conocimiento público que este Gobierno tiene un aparato diseñado para infiltrarse en los partidos políticos de oposición, y lo que allá le costó la presidencia a Nixon aquí se vea como algo muy normal, muy justo.

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