sábado, 28 de agosto de 2010
HOY EN EL CALENDARIO CUBANO, 29 DE AGOSTO
En La Habana
• Santos católicos que celebran su día el 29 de agosto:
- En el Almanaque Cubano de 1921:
La Degollación de San Juan Bautista, Santos Adelfo y Eutimio, confesores y Santas Sabina, mártir y Cándida, virgen y mártir
- En el Almanaque Campesino de 1946:
La Degollación de San Juan Bautista, Santos Adolfo y Eutimio, confesores Santas Sabina, mártir y Cándida, virgen y mártir
El 29 de agosto en la Historia de Cuba
• 1851 -
- Aprehensión de Narciso López.
Emeterio S. Santovenia en “Un Día Como Hoy” de la Editorial Trópico, 1946, páginas 489-490 nos describe los acontecimientos del 29 de Agosto de 1851 en la Historia de Cuba:
“Con la caída en manos de los españoles del coronel Crittenden y de los que con él habían quedado en las inmediaciones de Playitas del Morrillo se inició la mala ventura de la expedición del general Narciso López. La adversidad pronto se mostró implacable para con el caudillo. Y él no tardó en penetrarse de la realidad abrumadora que lo circundaba: era víctima de un engaño más. Por todas partes encontraba enemigos. La persecución organizada por los leales a España era temible, y el país cubano permanecía casi inmoto en relación con la causa que tenía al guerrero, en el campo de la pelea.
“López se vio precisado, en presencia de tales obstáculos, a abandonar Las Pozas. Se internó en el bosque, dispuesto a luchar en mejores condiciones defensivas. Pero los seis mil hombres echados a perseguirlo, a hostigarlo, no descansabais. Tuvo él que convencerse otra vez de que la adversidad se le había enfrentado. Sus prisioneros eran fusilados en el acto. Sus huellas eran seguidas de cerca e incesantemente. Todo se revolvía contra su fortuna.
“Días hubo en que el general López, olvidando sin duda la culpable actitud de los hijos del país para con su empresa liberadora, se plantó con la valentía y el denuedo propios de quien se creía seguro de vencer. A tres leguas de Candelaria, pues pronto se corrió a la parte central de la región, en el cafetal de Arrasti, logró repeler fiera acometida del insaciable adversario. Desde allí, desde el cafetal de Arrasti, pasó al de Frías, donde al cabo de rudo combate, abrumado por la superioridad numérica del enemigo, dejó el campo de la pelea, y a los muertos, y a los heridos, a la vez que los españoles mandados por el general Ena y el brigadier Rosales contaron entre sus bajas al primero, que, herido mortalmente, no tardó en sucumbir.
“A la ventura tuvo ya que andar el caudillo, perseguido y acorralado. Intentó vivaquear, después del encuentro del cafetal de Frías, en Marticorena, pero también allí fue atacado, de improviso y bajo un temporal de agua y viento, por el coronel Angel Elizalde con gente de todas las armas. Su estrella quedó entonces eclipsada. La persecución arreciaba cada vez más, sin tregua ni descanso. Volvió a ser batido en el demolido ingenio Aguacate y en las serranías de Arroyo Grande. Lucha tan desigual duró hasta el 29 de agosto de 1851, en que un protegido suyo de otros días, José Antonio Castañeda, traicionándolo, lo entregó al enemigo en Pinos de Rangel.”
El Saco
Esta es la anécdota de un joven que en una fiesta pasó gran parte de la noche bailando con una joven muy atractiva. En el transcurso de la noche la temperatura refrescó. La muchacha le dejó saber al galán que sentía un poco de frío a cual comentario el joven le brindó el saco de su traje. Pues claro que ella accedió, lo cual como todos sabemos, son indicaciones muy favorables para el comienzo de lo que puede llegar a ser una bonita relación. Y bueno, eventualmente llegó la hora de regresar a casa. Una vez más, el muchacho insistió que no se fuera desabrigada, y aparentemente ella se fue muy contenta con aquella pieza de vestir prestada.
Algunas versiones de este cuento, porque esto fue famoso en Cuba cuando sucedió, dicen que la parejita habían sido novios anteriormente. Otros dicen que se conocían y aun otros dicen que se conocieron en tal baile. Realmente no sabemos, pero si algún día encontramos este hecho redactado en alguna de esas revistas viejas que nosotros tanto nos gusta hojear, porque sí fue publicado por la prensa, le agregaremos todos esos detalles aquí.
Al otro día el muchacho fue a la casa de la muchacha que vivía en otro pueblo en busca de su saco y tal vez una conversación amena. Si aquello, por lo general, era un proceso bien lento. Había que buscar una excusa para visitar a la muchacha o irse introduciendo en la casa como amigo. Después venía la parte del noviazgo lo cual, claro, comenzaba con el muchacho declarando su interés por la muchacha. Y más tarde, tal vez lo peor de todo y sumamente difícil, había que pedirle la mano de la muchacha al padre o algún adulto en la casa. En sumidas cuentas, una verdadera tortura prolongada, pero así era.
Si el joven iba solamente a recoger su saco o ilusionado a ver a la joven, tampoco sabemos. Sin embargo cuando llegó a la casa de ella tocó en la puerta y le salió una señora mayor. El preguntó por la joven y la señora le respondió que allí no vivía tal muchacha. Al describirla él, ella le dijo que se estaba refiriendo a su hija, la cual había fallecido hacía seis meses.
En las otras versiones, donde ya los jóvenes se conocían, dice que el muchacho al salirle la madre a la puerta le preguntó por ella. No habiéndose visto los jóvenes por un tiempo, él no sabía que ella había muerto hacía seis meses, como la madre le informó. Sea ésta o la otra versión el asombro del muchacho fue bien serio.
Le explicó a la señora lo sucedido y que el no podía creerle, era simplemente incierto. Tan seguro esta él de lo que la noche anterior había sucedido que la señora no encontró más forma de convencerlo que llevarlo hasta el cementerio para que con sus propios ojos viera la tumba de su hija. Fueron hasta el campo santo y allí, sobre la losa de quien bailó con él toda la noche, estaba el saco tendido.
Guije Cuba
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