17 de Enero de 2011 21:04
Escrito por Ilei Urrutia Álvarez
Es mi obsesión que triunfe una revolución,
iniestra, hostil y violenta.
Luego convertiré a un delincuente del pasado
en guardia pretoriano
y con la adulación, la perfidia y la falsedad
se tendrá que sustentar su gobierno.
Dañina, hermética y vengativa será la revolución,
crearé un imperio del terror invisible.
Luego convertiré a cualquier político mediocre
en un paladín de la idea
y con el hostigamiento, la emboscada y la delación
se tendrá que sustentar su gobierno.
Sórdida, trágica y aburrida será la revolución,
crearé un paraíso policíaco.
Luego haré de un pandillero mal vestido
un cabecilla endiosado
y con la sospecha, la intriga y la traición
se tendrá que sustentar su gobierno.
Caótica, hambrienta y necesitada será la revolución,
crearé un universo de voluntades sometidas.
Luego haré de cualquier verdugo sanguinario
un presidente vitalicio,
y con la mazmorra, el destierro y el fusilamiento
se tendrá que sustentar su gobierno.
Ilei de Jesús
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