sábado, 15 de enero de 2011
Una falacia permanente
Escrito por José Antonio Fornaris
Managua, La Habana, 16 de enero de 2011, (PD) El 31 de diciembre una nota oficial, divulgada a través de los medios, todos estatales, anunció que a partir del actual enero, serían retirados de la libreta de racionamiento los artículos de aseo personal y de higiene. Es decir, la crema dental, detergente líquido y jabón para lavar y de tocador.
Esos productos se vendían racionados, tres o cuatro veces al mes, a precio razonable.
Ahora se ofertan de manera liberada a un costo para la población diez o doce veces mayor que el anterior. El argumento para la medida es que:"el Estado no puede continuar subvencionando esos artículos".
En Cuba, Estado y Revolución es lo mismo. Y Revolución es el pequeño grupo que está en el poder hace 52 años. Por lo tanto, se sobre entiende que quien subvenciona y da cosas gratuitas son "esta gente".
Ese selecto grupo mantiene con sus recursos propios a las Fuerzas Armadas (Revolucionarias), a la Policía Nacional (Revolucionaria), a la Seguridad (del Estado). Además dan atención médica e instrucción gratuita para todos los ciudadanos y han subvencionado por medio siglo, entre otras cosas, la canasta básica a través de la libreta de racionamiento y los medicamentos.
¿Pero de dónde saca el Estado revolucionario con sus dirigentes vitalicios los recursos para todas esas cosas? Eso no lo dicen nunca. La impresión que ofrecen es que todo es generado por sus negocios particulares y de sus ahorros propios.
Tampoco explican cómo pueden mantener su elitista manera de vida, su enorme aparato de propaganda y a los miles de dirigentes profesionales del Partido Comunista.
Nunca dicen que las riquezas naturales o de otro tipo, poco o muchas, que existen en el territorio nacional son de todos los cubanos. Jamás utilizan la frase el "país, la nación o Cuba, no puede continuar con esa subvención porque la situación económica o financiera no lo permite".
Utilizan de manera constante la falacia de que "el Estado no está en condiciones de...". Es una verdad de Perogrullo que el Estado y el gobierno son aparatos a los cuales -gran desdicha de la civilización- hay que mantener. Ellos sólo crean gastos, no producen bienes materiales de ningún tipo.
Pero por suerte para los ciudadanos de muchos países, esos aparatos son eficientes y existen los mecanismos democráticos para su control. En Cuba son totalmente ineficientes. Y sus integrantes más conspicuos, los de siempre, actúan como amos omnipotentes. Han destrozado al país en muchos aspectos y le han introducido virus dañinos a las bases de la nación. Y al parecer, es obligatorio darles las gracias por su benevolencia.
fornarisjo@yahoo.com
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