miércoles, 27 de abril de 2011

Natalia Bolívar: Batista era mayombero, santero y practicante de Ifá



Batista se salvó del asalto al Palacio Presidencial llevado a cabo el 13 de marzo de 1957 por el insurgente Directorio Revolucionario porque había sido alertado por las profecías de la Letra del Año.

martinoticias.com 27 de abril de 2011

Foto: EFE/UPI

El general Fulgencio Batista en una imagen tomada en 1958.

La etnóloga y escritora cubana Natalia Bolívar revela en una entrevista que el general Fulgencio Batista Záldivar era un iniciado en tres de los principales cultos afrocubanos arribados a la isla durante la trata negrera.

En un diálogo con el cantante Amaury Pérez para el espacio televisivo, Con dos que se quieran, y que recoge hoy el blog del poeta y escritor Emilio Ichikawa, Natalia Bolívar asegura que Batista era un mayombero (Regla de Palo Monte) iniciado en Sancti Spíritus, que tenía hecho Santo (Regla de Palo Monte) y que poseía su casa de Ifá (Babalao) por la cual se regía.

Bolívar declara que Batista se salvó del asalto al Palacio Presidencial llevado a cabo el 13 de marzo de 1957 por el insurgente Directorio Revolucionario porque había sido alertado por las profecías de la Letra del Año, que vaticinaban acerca de que la máxima figura política del país debía agenciarse una salida secreta, salida que construida después detrás de su escritorio, puntualiza la etnóloga, le sirvió al general para escapar a último momento de los insurgentes que metralleta en mano llegaron hasta su despacho, según publica el blog de Ichikawa.

Natalia revela la amistad que la unió con la escritora e investigadora Lydia Cabrera, quien partió al exilio recién arribado Fidel Castro al poder en la isla, y que fue más que censurada, prohibida y borrada de los anaqueles de las bibliotecas del país.

Bolívar critica en la entrevista el hecho de que a la autora de El Monte, libro devenido en Biblia de las religiones afrocubanas, no se le rinde al presente el debido tributo por sus fundamentales aportes a los estudios etnológicos en la isla.

También se trasluce una crítica al ostracismo al que las autoridades comunistas condenaron en un momento la práctica de las religiones sincréticas, llegando a prohibir la popular Letra del año: “Bueno, la Letra del Año, antes de la Revolución, durante los años 30, 40, se sacaba por los grandes babalaos. Había grandes casas de babalaos, sobre todo cinco casas y ellos sacaban la Letra del Año. Ahora, ¿qué es la Letra del Año? Es la predicción, a través de Ifá, que tú sabes que es uno de los sistemas adivinatorios más perfectos que hay, si quieres que te diga que para mí es el más perfecto, porque no se te escapa. Son 16 patas con 256 combinaciones, con cuatro mil y pico, no hay escape posible. Sacaban la Letra del Año para Cuba y para el mundo entero. Esto se suspendió un tiempo y volvió otra vez en los años 90, ochenta y pico o noventa, se volvió a sacar la Letra del Año”, se puede leer en el blog de Ichikawa.

La autora de Los Orishas en Cuba revela además su pertenencia a la alta sociedad cubana y crítica por otro lado el rompimiento de los lazos familiares en el país, atribuyéndolo, según dice, a un desmedido amor por Cuba, sin reconocer que los lazos familiares en la isla han sido intencionalmente dañados por una política de Estado interesada durante medio siglo en poder controlar la sociedad mediante el método de socavar sistemáticamente su base fundamental, la familia.

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