La ley que rige la actividad de la iniciativa privada en Cuba todavía tiene puntos oscuros que conspiran contra el mercado libre en el país.
Alberto Muller / martinoticias 31 de mayo de 2011
Foto: EFE ‘Una pelea de león contra mono amarrado’.
La ley que rige la actividad de la iniciativa privada o ‘cuenta propista en Cuba todavía tiene puntos oscuros que conspiran contra el objetivo de abrir un escenario de mercado libre en el país.
.El hecho de que la ley establezca que los precios se pacten libremente es un estímulo para consolidar este mercado incipiente. Sin embargo, la ausencia de mercados mayoristas para comerciantes o negocios, dificulta que los precios finales sean competitivos.
Algunos ciudadanos se quejan de estos precios finales en la prensa oficial, según nos dijo desde Cuba, la abogada Laritza Diversent, pero esto de momento no tiene solución, porque el cuenta propista tiene que comprar la materia básica al precio del mercado minorista, que es el mercado único existente para toda la ciudadanía.
Otro problema grave de toda la actividad de negocios en Cuba, -enfatizó la abogada Diversent- que incluye también a los ‘cuenta propistas’, son los inspectores con un poder omnímodo para multar y casi ninguna opción de apelación racional para el negociante.
El inspector multa y para que el ‘cuenta propista’ o negocio tenga derecho a apelar la sanción, tiene primero que pagar la multa. Y en más del 95 por ciento de los casos la apelación es denegada, pues la decisión final recae en el superior administrativo del inspector.
Como dice la frase del argot popular, ‘una pelea de león contra mono amarrado’.
Son conocidas las multas excesivas de los inspectores a los vendedores ambulantes por consideraciones del tiempo que se mantienen en un lugar fijo, aunque la ley no especifica ninguna limitación ni de tiempo ni lugar.
Estos inspectores multan a los negocios en general en forma muy laxa por tres consideraciones básicas: higiene comunal, hornamento público y normas de sanidad. Y las multas, como los impuestos, tienden a ser demasiado altos.
De no reglamentarse esta actividad de inspección con rapidez y racionalidad, la iniciativa privada de los negocios y de los cuenta propistas se verá definitivamente afectada.
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