lunes, 5 de septiembre de 2011
Guiñitos públicos
Escrito por José Antonio Fornaris
Managua, La Habana
5 de septiembre de 2011
(PD) Hace meses que no se menciona el “bloqueo” en actos oficiales, ni se culpa a Estados Unidos por todos los problemas existentes en la isla. Recientemente Mariela Castro dijo que sería positivo que el Presidente Barack Obama esté un segundo periodo en la Casa Blanca. Y es probable, de acuerdo a como pintan las cosas, que el contratista Alan Gross, condenado a 15 años de cárcel, sea beneficiado con un acto de “libertad humanitaria” cuando esté avanzado el 2012, unos meses antes de las elecciones en Estados Unidos.
Esos son algunos guiñitos no difíciles de observar que se producen desde La Habana. Muy probablemente deben de haber otros gestitos más discretos.
No estamos ni a favor ni en contra de esa actitud; en definitiva, Obama también ha lanzado sus guiñaditas hacia la Plaza de la Revolución.
Lógico, lo menos que deben querer los gobernantes vitalicios de Cuba es que en enero de 2013 un republicano se siente en la Oficina Oval. Sobre todo si forma parte de ese grupo que tiene el té como bebida preferida.
Los demócratas siempre han sido buena gente. Kennedy dio marcha atrás en Bahía de Cochinos, Carter creó la Sección de Intereses Norteamericana en La Habana y permitió el primer gran éxodo masivo, Clinton soportó otro éxodo y no hizo nada que valiera la pena cuando aviones cazas del régimen castrista derribaron en aguas internacionales dos avionetas indefensas con ciudadanos estadounidenses abordo.
A su vez, Clinton firmó acuerdos migratorios con vista a que las naves costeras de la isla no tuvieran que gastar combustible en perseguir a los cubanos que salían por sus propios medios (nadie se va ilegal de su país) del territorio nacional. Los guardacostas estadounidenses, desde entonces, se ocupan de esa tarea.
Con todos esos antecedentes, con Hugo Chávez un poco enfermito y con la situación general en Venezuela no muy envidiable que digamos, con el panorama social y económico de Cuba en “candela”, con líderes máximos e históricos octogenarios, y con los ruidos que han llegado desde Túnez, Egipto, Siria y Libia, es de suponer que las señitas a Obama aumenten.
Lo que está por ver es cómo Barack Obama va a interpretar esos guiños, si se conforma con ellos, si va a actuar de manera original o si simplemente tomará como guía a sus antecesores demócratas.
El filme va a ser rodado de todas formas; es probable, dado los tiempos, que se presenten momentos climáticos. Así que es bueno, de acuerdo a las expectativas de cada cual, que se esté listo para ver la película o para aportar algo al guión. Ser productor o director no es posible ni aconsejable, amén de que esos ya existen.
Están todos invitados. Hay algunas butacas enumeradas pero la mayoría están vacías. Lo difícil es sugerir cual es la fila o el ángulo adecuados para observar el espectáculo.
fornarisjo@yahoo.com
Foto: White House. Wikimedia Commons
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