miércoles, 28 de noviembre de 2012

Las bibliotecas públicas, otra cara de la crisis

| Por Aleaga Pesant
LA HABANA, Cuba, noviembre, www.cubanet.org -En mal estado constructivo, la Biblioteca Municipal Antonio Maceo, de la ciudad de Manzanillo, es uno de los pocos centros culturales de la localidad. Con salones mal alumbrados y los muebles deteriorados, no se puede considerar un lugar atractivo para leer.
No es lo peor. En su “laboratorio informático”, a pesar del rimbombante nombre, no hay acceso a internet, solo uno limitado al intranet del Ministerio de Cultura. Quien pretenda una búsqueda más o menos profunda de información sobre cualquier tema, pondrá en aprietos a la especialista principal de la institución, que deberá pedir esa información a la Biblioteca Provincial de Granma, ubicada en la ciudad de Bayamo. Si desde allá lo autorizan, entonces tendrá acceso a la información requerida.
La problemática del sistema de bibliotecas públicas en la Isla fue destapada en parte por un reciente artículo de Amaury Del Valle, del diario Juventud Rebelde, en la sección Informática y nuevas tecnologías, publicado el jueves 22 de noviembre, con el título “¿La sabiduría del mouse?”
El texto, que critica el “corte y pega” en el proceso educativo, incorpora al tema el mal estado de las bibliotecas públicas cubanas y la ausencia de fondos de consulta que permitan la reflexión y el razonamiento en el proceso educativo y de gestión del conocimiento.
Del Valle afirma que junto al insuficiente uso de las bibliotecas, muchas de las cuales poseen una bibliografía poco actualizada, o presentan difíciles condiciones materiales, hay quienes creen que los tiempos de los libros prestados, las horas de lectura en las bibliotecas y los trabajos de clase realizados tras horas de indagación y reflexión, quedaron atrás. A lo anterior, suma las insuficientes condiciones para la consulta, pues, a la falta de materiales actualizados, se agrega que los disponibles en formato digital no siempre lo están para su impresión.
La Directora de la biblioteca de Manzanillo, ubicada en la calle Merchán esquina a Calixto García, es la Licenciada María Rosa Dávila Roig. Consultada, vía telefónica, sobre el artículo de Juventud Rebelde, argumentó que aún no habían recibido el periódico, por lo cual no conocía el artículo. Comentó que la Antonio Maceo tienen un fondo bibliográfico de 30 380 ejemplares, un laboratorio de informática con unas seis PC, tiene visitas de hasta 5 000 usuarios mensuales y realiza unas 50 actividades mensuales para personas de todas las edades.
Sobre el tema de las bibliografías de consulta, refirió que la principal fuente de compra de libros es la Feria del Libro, que se celebra todos los años en el mes de marzo, ausente en esa ciudad de más de 100 mil habitantes. La Licenciada Dávila Roig fue crítica con el cumplimiento del compromiso entre el Ministerio de Educación y el de Cultura, para le entrega de libros de referencia. También criticó los rigurosos controles impuestos desde la biblioteca provincial, que no le permiten desarrollar proyectos específicos para la comunidad.
Un caso diferente puede ser el de la antigua biblioteca pública del Municipio Plaza, en la capital, ubicada en la Casa de Cultura, en Calzada y 8, en el Vedado, ahora convertida en Sala Infantil y Juvenil Eliseo Diego, de la Biblioteca Nacional. Según la Directora, la Licenciada Giselle Barban Labrada, consultada por teléfono, su centro acumula unos 9 472 volúmenes de temática infantil. Cuestionada sobre el destino de una biblioteca para adultos, en el municipio, se limitó a decir, desapareció, no existe.
Aunque periférico y generalizador en su visión sobre los problemas de las bibliotecas públicas en la isla, el texto de Amaury De Valle da la voz de alarma sobre el tema.
aleagapesant@yahoo.es

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