miércoles, 6 de febrero de 2013


Arresto de un aliado refleja el declive de Ahmadinejad

DUBÁI (Reuters) - El arresto del otrora temido fiscal iraní Said Mortazavi es un paso más en la caída de la carrera política del presidente del país, Mahmud Ahmadinejad, un golpe asestado por los ultraconservadores que se posicionan para tomar el poder en las elecciones de este año.
La fiscalía anunció el martes la detención, producida el lunes.
Ahmadinejad, repudiado por los reformistas tras la violenta represión de las protestas masivas por su disputada reelección en 2009, se ha visto cada vez más aislado conforme el líder supremo, el ayatolá Ali Jamenei, árbitro definitivo en cualquier asunto del país, ha marcado distancias con el populista, pero menos poderoso presidente.
Mientras Ahmadinejad se prepara para dejar el cargo en agosto tras su segunda legislatura, sus rivales conservadores maniobran para sacarle de escena y podrían atacar a otros aliados suyos.
Aunque las luchas internas podrían frustrar las esperanzas occidentales de llegar a un acuerdo pronto sobre el programa nuclear iraní, los rivales de Ahmadineyad, más seguros de su base de poder, podrían mostrarse más pragmáticos que él en diplomacia.
Por ahora, los líderes iraníes parecen centrados en el interior antes de las elecciones de junio. Como ocurriera en Francia hace dos siglos, la revolución islámica de 1979 también ha "devorado a sus hijos", con el arresto y eliminación de antiguos aliados y la concentración de poder en manos de un núcleo aún más pequeño.
Ahora ha llegado el turno de que Mortazavi, acusado de supervisar el maltrato y asesinato de manifestantes tras las elecciones de 2009 y descrito por Human Rights Wath como un "violador en serie de los derechos humanos", comparta el destino de los cientos de personas que envió a la conocida prisión de Evin cuando era fiscal jefe de Teherán entre 2003 y 2009.
La detención de Mortazavi llega poco después de la humillación que sufrió Ahmadineyad el domingo de manos de su némesis política, el presidente del Parlamento Ali Larijani, cuando las disputas políticas iraníes hicieron una poco común aparición en la escena pública.
Ahmadineyad se enfrentaba a la impugnación de su ministro de Trabajo por dar un nuevo empleo a Mortazavi. El presidente, de aspecto austero y que se ha presentado como el campeón de los pobres, cumplió su antigua amenaza de exponer la corrupción reinante entre sus enemigos políticos, liderados por los hermanos Larijani, acomodados hijos de un respetado ayatolá.
Pero su amenaza quedó vacía porque la cinta que según dijo mostraba al hermano del presidente de la cámara, Fazel Larijani, ofreciendo ayudar a Mortazavi a cambio de favores empresariales, resultó ser inaudible en el Parlamento. Cuando Ahmadineyad pidió más tarde continuar hablando, Ali Larijani denegó la petición y salió de la cámara.
"El arresto de Mortazavi es parte de la venganza por la aparición del presidente en el Parlamento", dijo un diplomático occidental basado en Teherán.
RODEADO DE ENEMIGOS
El presidente respondió en un tono desafiante, pero en declaraciones en el aeropuerto camino de El Cairo poco más pudo hacer que prometer que investigará el caso al volver de su viaje.
"La judicatura no es una organización familiar especial", dijo, según la agencia estatal IRNA, en alusión a otro de los hermanos del presidente del Parlamento, Sadeq Larijani, que lidera la judicatura.
Ahmadinejad está cada vez más rodeado de enemigos que buscan cómo borrar todos los restos de su legado de la estructura de poder iraní, según los analistas, sugiriendo que otros aliados suyos podrían verse perjudicados antes de las elecciones presidenciales de junio.
Además, los rivales del presidente también podrían querer utilizarlo como chivo expiatorio del descontento sobre la creciente inflación y el desempleo rampante, mientras las sanciones occidentales sobre Irán por su polémico programa nuclear hacen sentir su efecto.
Jamenei ordenó la semana pasada a un comité formado por tres hombres leales la búsqueda de un candidato de "unidad" para la presidencia de entre las facciones próximas al líder.
Ali Larijani podría muy bien ser ese candidato, y si fuera apoyado oficialmente por el líder, tendría bastantes posibilidades de ser elegido como presidente.
La facción reformista que ocupó la presidencia antes de Ahmadineyad ha sido silenciada y sus candidatos en las elecciones de 2009 siguen bajo arresto domiciliario.
Para los que le conocen, el presidente del Parlamento es contemplativo, pragmático y un estratega coherente.
"Larijani es un realista, en comparación con Ahmadineyad", dijo una fuente iraní que vive en Europa y ha coincidido con el estatista en varias ocasiones. "Por ejemplo, tendría más posibilidades de llegar a un acuerdo nuclear. Podría gestionar mucho mejor las relaciones con Occidente", añadió.
(Escrito por Jon Hemming, Traducido por Cristina Fuentes-Cantillana en la Redacción de Madrid, Editado por Juan Lagorio)

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