miércoles, 6 de febrero de 2013


Cuba no decide si boxeadores irán a Serie Mundial

La Habana aún no ha tomado una decisión sobre la participación de sus púgiles en la Serie Mundial de Boxeo de la AIBA.
Visita de Ching-Kuo Wu a La Habana.
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Martinoticias.com
El presidente de la Asociación Internacional de Boxeo Amateur (AIBA), el taiwanés Ching-Kuo Wu, quien estuvo de visita en Cuba la semana pasada, dijo a la agencia de prensa AFP que Cuba está a punto de permitir que un grupo de boxeadores participen en las llamadas World Series de Boxeo (WSB), y ganar dinero con las peleas.

Una fuente cercana al Instituto Nacional de Deportes y Recreación, lNDER, en Cuba, quien prefirió el anonimato, aseguró a Martinoticias.com que todavía las autoridades no han tomado una decisión sobre su participación en los programas profesionales de la AIBA, y que no hay plazos para dar a conocer una decisión al respecto.

Recordó la fuente que la AIBA cuenta con tres diferentes proyectos: el clásico boxeo amateur, el profesional y el de la Serie Mundial; y que hay una gran diferencia entre el profesionalismo existente en la Isla hasta 1962 y el que promueve ahora la organización internacional boxística.

Martinoticias.com intentó infructuosamente hablar con el presidente de la Federación Cubana de Boxeo, Alberto Puig de la Barca, entre las 9:30 a.m. y las 3:00 p.m. de este martes, para conocer qué  decisión había tomado el Gobierno sobre las propuestas del presidente de la AIBA, Ching-Kuo Wu.

Federación Cubana de Boxeo

Durante su estancia en La Habana, Wu se reunió con autoridades del Instituto Nacional de Deportes y Recreación, el Comité Olímpico Cubano y la Comisión Nacional de Boxeo.

En la agenda del taiwanés estuvo el explicar a los cubanos los programas de la Serie Mundial de Boxeo y propuso que una escuadra de la Isla tome parte en la edición de esta competición, que comenzará en noviembre.

También intenta convencer a Cuba para que se incorpore a la AIBA Pro Boxing, que comenzará en el otoño, lo que permitiría a los boxeadores aficionados firmar un contrato profesional de tres años y ganar dinero, sin que por ello sean privados de participar en unos Juegos Olímpicos.

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